Gobierno abierto a revisar calendario nuclear con consenso empresarial y garantías.
El futuro energético de España se encuentra en un punto de inflexión. Tras décadas de debate, el cierre programado de las centrales nucleares, previsto inicialmente para 2035, podría ser objeto de revisión. La reciente declaración de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, abriendo la puerta a estudiar un nuevo calendario de cierre si existe consenso empresarial, ha reavivado la discusión sobre el papel de la energía nuclear en la transición hacia un modelo energético más sostenible. Este artículo analiza en profundidad las implicaciones de esta posible revisión, los factores que la impulsan, los requisitos que el Gobierno ha establecido y los desafíos que se presentan en el camino.
El Contexto: El Plan de Cierre Nuclear de 2019
En 2019, las empresas propietarias de las centrales nucleares españolas – Endesa y Iberdrola – alcanzaron un acuerdo con Enresa, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, para el cierre progresivo de las instalaciones. Este calendario establecía el fin de la vida útil de las centrales de Santa María de Garoña (ya cerrada), Ascó I y Vandellós II en 2027, seguido por las de Ascó II y Almaraz I en 2028, y finalmente, las de Almaraz II y Cofrentes en 2035. El acuerdo, que buscaba dar certidumbre al sector y planificar la transición energética, se basaba en la premisa de que la energía renovable podría cubrir la demanda eléctrica de manera segura y asequible. Sin embargo, la evolución del contexto energético, marcado por la crisis energética global, la guerra en Ucrania y la necesidad de acelerar la descarbonización, ha puesto en tela de juicio la viabilidad de este plan.
El calendario de cierre nuclear se diseñó en un momento en que los costes de las energías renovables eran considerablemente más altos y su capacidad de despliegue más limitada. La rápida caída de los precios de la energía solar y eólica, junto con los avances tecnológicos en almacenamiento de energía, han cambiado el panorama energético. No obstante, la integración masiva de estas fuentes intermitentes en el sistema eléctrico plantea desafíos importantes en términos de estabilidad de la red y seguridad de suministro. La energía nuclear, al ser una fuente de energía firme y de baja emisión de carbono, podría desempeñar un papel complementario en la transición energética, garantizando la disponibilidad de electricidad en momentos de baja producción renovable.
La Apertura del Gobierno: Condiciones y Requisitos
La declaración de Sara Aagesen representa un cambio de postura significativo por parte del Gobierno. Hasta ahora, la línea oficial era mantener el calendario de cierre nuclear acordado en 2019. La ministra ha dejado claro que la revisión del calendario solo se considerará si existe un consenso entre las empresas propietarias de las centrales. Esta condición es fundamental, ya que implica que la decisión no se tomará de manera unilateral por el Gobierno, sino que se basará en una propuesta técnica y económica sólida por parte del sector privado. El Gobierno ha establecido tres principios fundamentales que deben cumplirse para que la revisión del calendario sea viable: garantizar la seguridad de la población, asegurar la viabilidad económica para los ciudadanos y su factura, y contribuir a la seguridad de suministro.
El requisito de seguridad es primordial. Cualquier decisión relacionada con la energía nuclear debe garantizar la protección de la población y el medio ambiente. Esto implica cumplir con los más altos estándares de seguridad en la operación de las centrales, así como en la gestión de los residuos radiactivos. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), como organismo competente, deberá emitir un informe favorable antes de que el Gobierno pueda tomar cualquier decisión. La viabilidad económica es otro factor clave. La revisión del calendario no debe implicar un aumento significativo de los costes de la electricidad para los consumidores. El Gobierno buscará garantizar que la energía nuclear siga siendo una fuente de energía competitiva y asequible. Finalmente, la seguridad de suministro es esencial para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico. La energía nuclear puede contribuir a la seguridad de suministro al proporcionar una fuente de energía firme y predecible, que complemente a las energías renovables intermitentes.
Factores que Impulsan la Revisión: Crisis Energética y Descarbonización
La crisis energética global, exacerbada por la guerra en Ucrania, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del sistema energético español y la necesidad de diversificar las fuentes de suministro. La dependencia de los combustibles fósiles, especialmente del gas natural, ha provocado un aumento significativo de los precios de la electricidad y ha amenazado la seguridad de suministro. En este contexto, la energía nuclear, al ser una fuente de energía nacional y de baja emisión de carbono, se ha convertido en una opción atractiva para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y garantizar la seguridad de suministro. Además, la necesidad de acelerar la descarbonización de la economía para cumplir con los objetivos climáticos internacionales ha impulsado el debate sobre el papel de la energía nuclear en la transición energética.
La energía nuclear no produce emisiones de gases de efecto invernadero durante su operación, lo que la convierte en una fuente de energía limpia. Si bien la construcción y el desmantelamiento de las centrales nucleares generan emisiones, su huella de carbono global es comparable a la de las energías renovables. La energía nuclear puede desempeñar un papel importante en la reducción de las emisiones de carbono del sector eléctrico, especialmente en aquellos países que no cuentan con abundantes recursos renovables. La combinación de energía nuclear y energías renovables puede proporcionar un sistema eléctrico más resiliente, sostenible y asequible.
A pesar de los beneficios potenciales de la energía nuclear, existen desafíos y obstáculos importantes que deben abordarse antes de que se pueda considerar una revisión del calendario de cierre. La gestión de los residuos radiactivos es uno de los principales desafíos. Los residuos radiactivos generados por las centrales nucleares son peligrosos y requieren un almacenamiento seguro a largo plazo. La construcción de un Almacén Temporal Centralizado (ATC) para los residuos radiactivos de alta actividad es un proyecto clave para la gestión de los residuos nucleares en España, pero su ubicación ha sido objeto de controversia y oposición por parte de las comunidades locales. La seguridad de las centrales nucleares es otro aspecto crucial. Si bien las centrales nucleares modernas están diseñadas con múltiples sistemas de seguridad, existe un riesgo inherente de accidentes nucleares, como el ocurrido en Fukushima en 2011. Es fundamental garantizar que las centrales nucleares españolas cumplan con los más altos estándares de seguridad y que se disponga de planes de emergencia eficaces en caso de accidente.
La aceptación social de la energía nuclear es otro obstáculo importante. La energía nuclear ha sido objeto de controversia y oposición por parte de algunos sectores de la sociedad, debido a preocupaciones sobre la seguridad, los residuos radiactivos y el riesgo de proliferación nuclear. Es fundamental informar a la población sobre los beneficios y riesgos de la energía nuclear, y fomentar un debate público transparente y constructivo. La transparencia y la participación ciudadana son esenciales para generar confianza en la energía nuclear y garantizar su aceptación social. Además, la inversión en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías nucleares, como los reactores de cuarta generación, podría mejorar la seguridad, la eficiencia y la sostenibilidad de la energía nuclear.
El Apagón de Mayo: ¿Un Catalizador para el Debate?
El apagón que afectó a la península ibérica el pasado mes de mayo ha reavivado el debate sobre la seguridad del sistema eléctrico y la necesidad de garantizar la estabilidad del suministro. Aunque la vicepresidenta Aagesen ha insistido en no vincular el apagón con el debate sobre el cierre nuclear, algunos expertos argumentan que la pérdida de capacidad nuclear podría haber contribuido a la vulnerabilidad del sistema eléctrico. La ministra ha barajado unas "desconexiones por sobretensión" como la causa del apagón, descartando un ciberataque a Red Eléctrica. Sin embargo, el incidente ha puesto de manifiesto la importancia de contar con una capacidad de generación suficiente y diversificada para hacer frente a las fluctuaciones de la demanda y las interrupciones del suministro.
El apagón ha generado preocupación entre los consumidores y ha puesto en entredicho la planificación energética del Gobierno. La necesidad de reforzar la red eléctrica, invertir en almacenamiento de energía y diversificar las fuentes de suministro se ha convertido en una prioridad. La energía nuclear, al ser una fuente de energía firme y de baja emisión de carbono, podría desempeñar un papel importante en la mejora de la seguridad y la resiliencia del sistema eléctrico. La revisión del calendario de cierre nuclear podría ser una oportunidad para reevaluar la planificación energética y garantizar un suministro eléctrico seguro, sostenible y asequible.
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