Golpe al Sector Ganadero en Santa Cruz: Ley Ovina Derogada y Futuro en Riesgo
La Patagonia argentina, históricamente un bastión de la producción ganadera, enfrenta una crisis profunda. La reciente derogación de la Ley Ovina y la discontinuidad de programas de apoyo nacional han golpeado duramente al sector, poniendo en riesgo la economía regional y el sustento de miles de familias. Este artículo analiza la situación actual, las preocupaciones de los productores, las posibles medidas que se están tomando y las implicaciones para el futuro de la ganadería santacruceña.
El Impacto de la Derogación de la Ley Ovina
La Ley Ovina, durante años, representó un pilar fundamental para el desarrollo de la producción de lana y carne de cordero en Santa Cruz. Su derogación, percibida por los productores como un abandono por parte del gobierno nacional, ha generado incertidumbre y desconfianza. La ley no solo proporcionaba incentivos económicos directos, sino que también fomentaba la inversión en infraestructura y tecnología, elementos cruciales para mejorar la competitividad del sector. La eliminación del fideicomiso asociado a la ley, como señala Enrique Jamieson, dejó la normativa sin financiamiento, condenándola a la ineficacia incluso antes de su derogación formal. Esta situación ha impactado negativamente en la planificación a largo plazo de los productores, quienes se ven imposibilitados de realizar inversiones necesarias para modernizar sus establecimientos.
La pérdida de la Ley Ovina se suma a la discontinuidad de otros programas de acompañamiento, como el PROLANA, que promovía la producción de lana de alta calidad. Esta combinación de factores ha creado un escenario particularmente desfavorable para los productores patagónicos, quienes se enfrentan a una creciente presión económica y a la falta de perspectivas de mejora. La situación es aún más preocupante si se considera que la producción en la Patagonia enfrenta desafíos inherentes, como las condiciones climáticas extremas y la lejanía de los centros de consumo.
El "Ensañamiento" con la Patagonia: Perspectivas de los Productores
Enrique Jamieson, titular de la Sociedad Rural de Río Gallegos, denuncia lo que describe como un "ensañamiento" con la Patagonia, señalando que las políticas implementadas por el gobierno nacional parecen ignorar las particularidades de la producción en la región. La diferencia fundamental entre la producción en la Patagonia y en la pampa húmeda radica en los costos de producción, que son significativamente más altos en la Patagonia debido a la necesidad de invertir en infraestructura, transporte y adaptación a las condiciones climáticas adversas. Esta desventaja competitiva se agrava con la eliminación de los programas de apoyo, que buscaban compensar, al menos parcialmente, estos costos adicionales.
La preocupación de los productores no se limita a la Ley Ovina y el PROLANA. La posible eliminación de la barrera sanitaria, que protege al ganado patagónico de enfermedades presentes en otras regiones del país, también genera inquietud. Jamieson advierte que la apertura indiscriminada del mercado podría poner en riesgo la salud del ganado y la capacidad de exportación de la región. La barrera sanitaria, aunque implica restricciones al comercio, es fundamental para garantizar la calidad y la seguridad de los productos patagónicos, lo que a su vez permite acceder a mercados internacionales exigentes.
La Defensa de la Exportación de Cordero y el Debate Sanitario
Uno de los puntos centrales de la preocupación de los productores es la discusión sobre el ingreso de carne con hueso desde el norte del país. Si bien Jamieson aclara que no se oponen al asado con hueso en sí, enfatiza que la importación de carne con hueso podría poner en riesgo las habilitaciones para exportar cordero patagónico. La presencia de enfermedades en la carne con hueso proveniente de otras regiones podría desencadenar restricciones comerciales impuestas por los países importadores, afectando gravemente la economía de la región. La exportación de cordero patagónico es una fuente importante de ingresos y empleo, y su preservación es fundamental para el desarrollo sostenible de la región.
La defensa de la exportación de cordero no se trata de una negativa caprichosa, sino de una responsabilidad como productores. Los productores patagónicos se comprometen a mantener altos estándares de calidad y seguridad sanitaria para garantizar el acceso a los mercados internacionales. La importación de carne con hueso proveniente de zonas con diferentes niveles de control sanitario podría comprometer estos estándares y poner en riesgo la reputación de la producción patagónica. Además, la industria frigorífica local, un polo importante de empleo y actividad económica, podría verse afectada si se reduce la producción de cordero.
Estrategias de Visibilización y Acciones Legales
Ante esta situación, la Sociedad Rural de Río Gallegos y la Federación de Instituciones Agropecuarias están trabajando en conjunto para visibilizar la problemática y buscar soluciones. Se están llevando a cabo campañas de información dirigidas a la comunidad y a los representantes políticos, con el objetivo de explicar la gravedad de la situación y la importancia de apoyar al sector ganadero. La apertura total para mantener a todo el mundo informado es una estrategia clave para generar conciencia y movilizar el apoyo necesario.
Además de las acciones de visibilización, se están explorando diferentes estrategias legales para defender los intereses de los productores. Se está trabajando con abogados para analizar la posibilidad de impugnar la eliminación de la barrera sanitaria y la derogación de la Ley Ovina. La defensa legal es una herramienta fundamental para proteger los derechos de los productores y garantizar la sostenibilidad de la producción ganadera en la Patagonia. La postergación de la resolución de la barrera sanitaria ha llevado a los productores a tomar medidas preventivas, preparando acciones legales para defender sus intereses en caso de una apertura indiscriminada del mercado.
El Impacto en la Economía Regional y el Sustento de las Familias
La crisis del sector ganadero no se limita a los productores directamente involucrados en la producción de lana y carne de cordero. El impacto se extiende a toda la economía regional, afectando a proveedores de insumos, transportistas, frigoríficos, comercios locales y otros sectores relacionados. La reducción de la actividad ganadera genera una disminución en la demanda de bienes y servicios, lo que a su vez provoca una contracción económica y un aumento del desempleo. La Patagonia, con una economía fuertemente dependiente de la actividad agropecuaria, es particularmente vulnerable a estos efectos.
El sustento de miles de familias depende directa o indirectamente de la producción ganadera. La pérdida de empleos y la disminución de los ingresos pueden tener consecuencias devastadoras para las comunidades rurales, que ya enfrentan desafíos como la falta de acceso a servicios básicos y la dificultad para acceder a oportunidades educativas y laborales. La situación es aún más preocupante si se considera que la Patagonia es una región con una baja densidad de población y una alta dependencia de la actividad económica local. La preservación del sector ganadero es, por lo tanto, fundamental para garantizar el bienestar social y el desarrollo sostenible de la región.
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