Hormona descubierta como clave para regenerar extremidades amputadas
Los científicos se acercan un paso más a la regeneración de extremidades amputadas humanas tras un descubrimiento revolucionario: una hormona que desempeña un papel crucial en el proceso de autoamputación.
La autoamputación en el reino animal
La autoamputación, o autotomía, es una fascinante adaptación evolutiva que permite a ciertos animales desprenderse de una parte de sus cuerpos para escapar de los depredadores. Este comportamiento se ha observado en una amplia gama de especies, desde lagartos hasta estrellas de mar.
Si bien el desprendimiento de la cola es un ejemplo bien conocido de autoamputación, los mecanismos que subyacen a este proceso siguen siendo poco conocidos. Los científicos han estado estudiando este comportamiento durante años, con el fin de desentrañar los secretos de la regeneración de tejidos.
Hallazgo de una hormona clave: la colecistoquinina
Investigadores de la Universidad Mary Queen de Londres han hecho un descubrimiento que podría cambiar las reglas del juego en el campo de la medicina regenerativa. Al estudiar la estrella de mar Asterias Rubens, han identificado una neurohormona llamada colecistoquinina que juega un papel crucial en el proceso de autoamputación.
La colecistoquinina, que también se encuentra en los seres humanos, es conocida por su papel en la saciedad. Sin embargo, en las estrellas de mar, actúa como reguladora del desprendimiento de los brazos.
Cuando esta neurohormona se libera en respuesta al estrés, como un ataque de un depredador, provoca la contracción de un músculo especializado en la base del brazo de la estrella de mar, lo que lleva al desprendimiento.
Aplicaciones potenciales en medicina regenerativa
El descubrimiento de la colecistoquinina como un factor clave en la autoamputación tiene profundas implicaciones para la medicina regenerativa. Si los científicos pueden comprender completamente el mecanismo por el cual esta hormona desencadena el desprendimiento y la regeneración de tejidos, podría conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para las lesiones de las extremidades.
En el futuro, es posible que las personas que han sufrido una amputación puedan tener la oportunidad de regenerar sus tejidos y recuperar sus extremidades perdidas. Este descubrimiento abre nuevas y emocionantes posibilidades en el tratamiento de traumas y lesiones.
Este descubrimiento no solo revela un aspecto fascinante de la biología de las estrellas de mar, sino que también abre nuevas oportunidades para investigar el potencial regenerativo en otros organismos, incluidos los humanos.
Maurice Elphick, Catedrático de Fisiología Animal y Neurociencia, Universidad Mary Queen de Londres
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