Impsa bajo control estadounidense: Primer paso en la privatización
El Gobierno argentino cede el control de Impsa a un grupo norteamericano, marcando un paso hacia la privatización de una empresa emblemática.
La privatización de Impsa: Un cambio de rumbo
Impsa, fundada en 1907 por la familia Pescarmona, ha sido una empresa clave en la industria energética argentina. Sin embargo, en los últimos años, la empresa ha enfrentado dificultades financieras, lo que ha llevado al Gobierno a buscar un socio privado para capitalizarla.
Según fuentes oficiales, un grupo norteamericano ha mostrado interés en adquirir el control de Impsa. Esto implicaría que el Estado argentino perdería su actual participación mayoritaria del 63,7% en la empresa.
Las razones de la privatización
El Gobierno argentino ha justificado la privatización de Impsa argumentando que la empresa es un "pasivo constante" para el Estado. La administración de Javier Milei estima que Impsa genera pérdidas mensuales de 5 millones de dólares y tiene una deuda de 500 millones de dólares con bonistas internacionales.
El Gobierno espera que la entrada de un nuevo inversor estabilice la empresa y la libere de la pesada deuda que actualmente soporta. Además, se cree que la privatización proporcionará una mayor eficiencia y competitividad a Impsa.
El proceso de capitalización
La capitalización de Impsa implica que el grupo norteamericano inyectará recursos en la empresa, aumentando su valor total. Esto dará lugar a un cambio en la distribución de las acciones, ya que la participación del Estado y de la provincia de Mendoza disminuirá.
Después de la firma de una carta de intención, el grupo norteamericano tiene 30 días para presentar una oferta formal de capitalización. El Gobierno entonces publicará la oferta y dará a otros posibles inversores 60 días para mejorarla.
El futuro de Impsa
La privatización de Impsa marca un cambio significativo en el panorama industrial argentino. Queda por ver cómo afectará este cambio a la empresa, a sus empleados y al sector energético en general.
El Gobierno argentino espera que la privatización revitalice a Impsa y la convierta en un actor más competitivo en el mercado global.
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