INTA impulsa la innovación agrícola global con Living Labs y experiencias exitosas.

La agricultura global enfrenta desafíos sin precedentes: cambio climático, degradación del suelo, seguridad alimentaria y la necesidad de prácticas más sostenibles. En este contexto, emerge un enfoque innovador que busca soluciones colaborativas y adaptadas a las realidades locales: los Living Labs agroecosistémicos. Estos espacios de innovación abierta, donde productores, investigadores y comunidades trabajan conjuntamente, representan una nueva era en la investigación y desarrollo agrícola. Este artículo explora el concepto de Living Labs, su origen, la participación argentina a través del INTA, y los beneficios de esta metodología para la construcción de sistemas agroalimentarios más resilientes y sostenibles.

Índice

¿Qué son los Living Labs Agroecosistémicos?

Los Living Labs, o Laboratorios Vivos, son entornos de innovación real que involucran a múltiples actores en el proceso de co-creación de soluciones. A diferencia de la investigación tradicional, que a menudo se desarrolla en laboratorios controlados, los Living Labs se implementan directamente en el campo, en entornos de producción reales. Esto permite una adaptación más rápida y efectiva de las tecnologías y prácticas a las condiciones específicas de cada región. En el contexto agroecosistémico, estos laboratorios se centran en abordar los desafíos de la agricultura de manera integral, considerando la interacción entre los componentes biológicos, físicos, sociales y económicos del sistema agrícola.

La clave del éxito de los Living Labs reside en su enfoque participativo. Los productores, como usuarios finales de las tecnologías y prácticas, son considerados socios activos en el proceso de investigación y desarrollo. Su conocimiento empírico y su experiencia en el campo son fundamentales para identificar los problemas reales y diseñar soluciones que sean relevantes y aplicables. Los investigadores, por su parte, aportan su conocimiento científico y técnico para validar las soluciones y evaluar su impacto. La colaboración entre estos actores, junto con la participación de otros stakeholders como empresas, asesores y organizaciones gubernamentales, crea un ecosistema de innovación que impulsa el desarrollo de soluciones sostenibles.

El Origen de la Iniciativa y el Rol del INTA

La iniciativa de los Living Labs agroecosistémicos comenzó a tomar forma durante la reunión del G20 en Argentina. El objetivo era generar un documento de posición que definiera el concepto de Living Labs y explorara su potencial para abordar los desafíos de la agricultura a nivel global. El INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) jugó un papel crucial en la elaboración de este documento, que se presentó en la siguiente reunión del G20 en 2019. Esta participación sentó las bases para la organización del primer foro internacional sobre "agroecosystem living labs", celebrado en Montreal en 2023, con la asistencia de más de doscientas personas y científicos de todos los continentes.

Según Eduardo Cittadini, Director del Centro Regional Patagonia Sur del INTA, la participación en esta comunidad internacional es valiosa por dos razones principales. En primer lugar, promueve el aprendizaje horizontal, permitiendo el intercambio de experiencias y conocimientos entre diferentes contextos y capacidades. En segundo lugar, ofrece una oportunidad para poner en valor el trabajo del INTA, que, aunque no utiliza el término "Living Labs" de manera formal, ha estado aplicando sus principios durante décadas. El abordaje transdisciplinario, la articulación entre investigación, extensión, empresas y productores, el co-diseño y co-desarrollo tecnológico, el monitoreo y la evaluación son prácticas comunes en el INTA desde hace 69 años.

Principios Fundamentales de los Living Labs en la Práctica del INTA

El INTA ha implementado, de manera consistente, los principios que definen a los Living Labs, aunque bajo diferentes denominaciones y enfoques. La investigación participativa es un pilar fundamental, donde los productores no son meros receptores de tecnología, sino co-creadores de conocimiento. Esto implica un diálogo constante y una adaptación de las soluciones a las necesidades específicas de cada contexto. La extensión agropecuaria juega un papel crucial en la transferencia de conocimiento y la capacitación de los productores, asegurando que las nuevas tecnologías y prácticas sean adoptadas de manera efectiva.

El co-diseño y co-desarrollo tecnológico son esenciales para garantizar que las soluciones sean relevantes y adaptadas a las condiciones locales. Esto implica trabajar en estrecha colaboración con las empresas y los productores para desarrollar tecnologías que sean asequibles, fáciles de usar y que respondan a sus necesidades específicas. El monitoreo y la evaluación son fundamentales para medir el impacto de las soluciones y realizar ajustes según sea necesario. Esto permite asegurar que las tecnologías y prácticas sean sostenibles a largo plazo y que contribuyan a mejorar la productividad, la rentabilidad y la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.

El INTA ha desarrollado una amplia gama de proyectos que ejemplifican estos principios. Desde la mejora de la eficiencia en el uso del agua en el riego hasta el desarrollo de variedades de cultivos más resistentes a las condiciones climáticas adversas, el INTA ha estado trabajando en la co-creación de soluciones que benefician a los productores y a la sociedad en general. Estos proyectos demuestran la capacidad del INTA para adaptarse a los desafíos cambiantes de la agricultura y para generar soluciones innovadoras que contribuyen a la sostenibilidad del sector.

Experiencias Argentinas Presentadas en el Foro Internacional

En el foro internacional de Montreal, investigadores del INTA presentaron experiencias concretas que ilustran la aplicación de los principios de los Living Labs en Argentina. Lucas Díaz, del INTA Chubut, presentó un balance del trabajo realizado en canales de riego en el Valle Inferior del Río Chubut. Este proyecto se centró en mejorar la eficiencia en el uso del agua y en reducir las pérdidas por evaporación y filtración. La participación de los productores en el diseño y la implementación de las soluciones fue fundamental para asegurar su éxito.

Amparo Gaona, del Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP) del INTA, presentó una experiencia de colaboración participativa en la elaboración y uso de enmiendas orgánicas para el mejoramiento y la fertilidad del suelo. Este proyecto, que forma parte de su tesis doctoral INTA-CONICET, se basó en el conocimiento tradicional de los productores y en la investigación científica para desarrollar soluciones que mejoren la calidad del suelo y reduzcan la dependencia de los fertilizantes químicos. La colaboración entre investigadores, productores y técnicos fue clave para el éxito del proyecto.

Estas experiencias demuestran el potencial de los Living Labs para abordar los desafíos de la agricultura argentina de manera innovadora y sostenible. La participación activa de los productores, la colaboración entre diferentes actores y el enfoque en la co-creación de soluciones son elementos clave para el éxito de estos proyectos.

Beneficios del Intercambio Internacional y el Aprendizaje Horizontal

La participación en foros internacionales como el de Montreal ofrece una oportunidad invaluable para el intercambio de conocimientos y experiencias entre investigadores de todo el mundo. Amparo Gaona destacó el carácter dinámico del evento y la riqueza del intercambio entre investigadores, señalando que fue una experiencia enriquecedora para conocer distintos desafíos y algunas líneas de trabajo que podrían aplicarse en otros escenarios. Este aprendizaje horizontal permite a los investigadores identificar nuevas oportunidades de innovación y adaptar las soluciones a las condiciones específicas de cada región.

El intercambio de experiencias también permite a los investigadores validar sus propios enfoques y aprender de los errores y aciertos de otros. La colaboración internacional puede conducir al desarrollo de proyectos conjuntos y a la creación de redes de investigación que impulsen la innovación en el sector agrícola. La participación en la comunidad internacional de Living Labs agroecosistémicos es, por lo tanto, una inversión estratégica para el INTA y para la agricultura argentina en general.

La posibilidad de conocer diferentes perspectivas y enfoques en la resolución de problemas agrícolas permite a los investigadores ampliar su horizonte y desarrollar soluciones más creativas y efectivas. El aprendizaje horizontal fomenta la colaboración y la innovación, y contribuye a la construcción de sistemas agroalimentarios más resilientes y sostenibles.

noticiaspuertosantacruz.com.ar - Imagen extraida de: https://argentina.gob.ar/noticias/aprendizajes-y-experiencias-en-el-dialogo-internacional-sobre-agroecosistemas

Fuente: https://argentina.gob.ar/noticias/aprendizajes-y-experiencias-en-el-dialogo-internacional-sobre-agroecosistemas

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