Israel y Palestina: Historia, Conflicto y el Legado de una Tierra en Disputa

La relación entre Israel y Occidente ha sido, desde los orígenes del Estado hebreo, un complejo entramado de intereses políticos, religiosos y estratégicos. A menudo presentada como una alianza inquebrantable, la historia revela una serie de maniobras, desinformaciones y promesas incumplidas que sugieren una narrativa mucho más turbia. Este artículo explora la percepción de que Israel ha sistemáticamente engañado a Occidente, analizando los eventos clave que han moldeado esta dinámica, desde la Declaración Balfour hasta el conflicto palestino-israelí contemporáneo, y examinando las implicaciones de esta presunta estrategia para la estabilidad regional y global.

Índice

Los Orígenes del Sionismo y la Promesa de Balfour

El sionismo, como movimiento político, surgió a finales del siglo XIX en respuesta al antisemitismo rampante en Europa. Theodor Herzl, considerado el padre del sionismo moderno, abogó por la creación de un Estado judío como solución al problema judío. La Declaración Balfour de 1917, emitida por el gobierno británico, prometía el establecimiento de un "hogar nacional para el pueblo judío" en Palestina. Esta declaración, aunque aparentemente filantrópica, estuvo motivada por intereses estratégicos británicos, buscando asegurar el control de la región y el acceso al petróleo del Medio Oriente. La promesa, sin embargo, ignoraba por completo los derechos y aspiraciones de la población árabe palestina, sentando las bases para el conflicto futuro. La ambigüedad de la frase "hogar nacional" permitió a los líderes sionistas interpretar la declaración como una promesa de un Estado soberano, mientras que los británicos mantuvieron una postura más cautelosa.

La implementación del Mandato Británico sobre Palestina después de la Primera Guerra Mundial vio un aumento constante de la inmigración judía, impulsada por el antisemitismo en Europa y la promesa de una vida mejor en la Tierra Prometida. La compra de tierras a los palestinos, a menudo a precios inflados y mediante prácticas cuestionables, generó resentimiento y desconfianza. Los líderes sionistas, con el apoyo financiero de la diáspora judía, buscaron establecer instituciones paralelas a las existentes, creando una infraestructura para un futuro Estado judío. Esta estrategia, aunque efectiva en la construcción de una identidad nacional judía en Palestina, exacerbó las tensiones con la población árabe local, que se sentía marginada y desposeída.

La Guerra de 1948 y la Nakba Palestina

La decisión de la ONU de dividir Palestina en dos Estados en 1947 fue rechazada por los líderes árabes, quienes consideraban que la partición era injusta y violaba los derechos de la mayoría árabe de la población. La guerra de 1948, desencadenada por la expiración del Mandato Británico, resultó en la victoria de Israel y la creación del Estado hebreo. Sin embargo, la guerra también provocó la expulsión o huida de aproximadamente 700.000 palestinos de sus hogares, un evento conocido como la Nakba (catástrofe) palestina. Israel argumenta que los palestinos abandonaron sus hogares voluntariamente o fueron instados a hacerlo por sus líderes, mientras que los palestinos afirman que fueron expulsados por la fuerza o aterrorizados por las fuerzas israelíes. La cuestión de los refugiados palestinos sigue siendo uno de los principales obstáculos para la paz en la región.

La expansión territorial de Israel durante la guerra de 1948, que superó los límites establecidos por el plan de partición de la ONU, generó críticas internacionales. Sin embargo, el apoyo político y financiero de Occidente, especialmente de Estados Unidos, permitió a Israel consolidar su posición en la región. La narrativa israelí, que presentaba al país como un oasis de democracia en un mar de autoritarismo árabe, resonó en muchos círculos occidentales. La influencia del lobby pro-Israel en Estados Unidos, a través de grupos como el AIPAC, jugó un papel crucial en la obtención de apoyo político y militar estadounidense.

La Guerra de los Seis Días y la Ocupación de Territorios

La Guerra de los Seis Días de 1967, desencadenada por la movilización de tropas egipcias en el Sinaí, resultó en una victoria decisiva para Israel. Israel conquistó la Cisjordania, la Franja de Gaza, el Sinaí y los Altos del Golán. La ocupación de estos territorios, que continúa hasta el día de hoy, ha sido condenada por la comunidad internacional como una violación del derecho internacional. Israel argumenta que la ocupación es necesaria para su seguridad, mientras que los palestinos y la comunidad internacional exigen el fin de la ocupación y el establecimiento de un Estado palestino independiente.

La construcción de asentamientos israelíes en los territorios ocupados, que comenzó poco después de la Guerra de los Seis Días, ha sido una fuente constante de tensión y conflicto. Los asentamientos son considerados ilegales según el derecho internacional, aunque Israel disputa esta afirmación. La expansión de los asentamientos ha fragmentado el territorio palestino, dificultando la creación de un Estado palestino viable. La política de Israel en relación con los asentamientos ha sido criticada por muchos gobiernos occidentales, pero la presión internacional ha sido limitada.

El Proceso de Paz y las Promesas Incumplidas

A lo largo de las décadas, se han realizado numerosos intentos de negociar una solución pacífica al conflicto palestino-israelí. Los Acuerdos de Oslo de los años 90, firmados entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), ofrecieron una esperanza de paz, pero finalmente fracasaron debido a la falta de confianza mutua y a la continuación de la expansión de los asentamientos israelíes. Israel prometió a Occidente que limitaría la construcción de asentamientos como parte de los Acuerdos de Oslo, pero estas promesas no se cumplieron. La falta de un compromiso genuino por parte de ambas partes y la persistencia de la violencia han obstaculizado el progreso hacia una solución duradera.

La continua expansión de los asentamientos israelíes, la construcción del muro de separación en Cisjordania y el bloqueo de la Franja de Gaza han sido criticados por muchos gobiernos occidentales como obstáculos para la paz. Sin embargo, el apoyo político y militar de Estados Unidos a Israel ha continuado sin cesar, a pesar de las políticas israelíes que socavan el proceso de paz. La percepción de que Israel ha engañado a Occidente sobre sus intenciones y ha utilizado el apoyo occidental para consolidar su ocupación de los territorios palestinos ha generado resentimiento y desconfianza.

La Influencia del Lobby Pro-Israel y la Desinformación

El lobby pro-Israel en Estados Unidos, liderado por el AIPAC, ejerce una influencia considerable en la política exterior estadounidense. El AIPAC proporciona apoyo financiero a los candidatos políticos que son favorables a Israel y presiona al Congreso y al gobierno para que adopten políticas que beneficien a Israel. La influencia del lobby pro-Israel ha sido criticada por algunos como una amenaza para la democracia estadounidense y por socavar los intereses nacionales de Estados Unidos. La capacidad del lobby pro-Israel para influir en la opinión pública a través de campañas de relaciones públicas y desinformación también ha sido objeto de controversia.

La difusión de información sesgada y la supresión de voces críticas con Israel en los medios de comunicación occidentales han sido acusadas de perpetuar una narrativa favorable a Israel y de silenciar las perspectivas palestinas. La acusación de antisemitismo se utiliza a menudo para desacreditar a los críticos de Israel, sofocando el debate público sobre el conflicto palestino-israelí. La manipulación de la información y la desinformación han contribuido a la polarización del debate y han dificultado la búsqueda de una solución justa y equitativa.

El Acuerdo Nuclear con Irán y la Estrategia de Israel

El acuerdo nuclear con Irán, alcanzado en 2015 entre Irán y las potencias mundiales, fue un intento de prevenir que Irán desarrollara armas nucleares. Israel se opuso firmemente al acuerdo, argumentando que no era lo suficientemente estricto y que permitiría a Irán eventualmente adquirir armas nucleares. El gobierno israelí, bajo el liderazgo de Benjamin Netanyahu, llevó a cabo una campaña activa para socavar el acuerdo, incluyendo la presentación de información supuestamente incriminatoria sobre el programa nuclear iraní. Algunos críticos acusan a Israel de haber engañado a Occidente sobre la amenaza iraní para justificar su oposición al acuerdo.

La retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán en 2018, bajo la administración de Donald Trump, fue vista como una victoria para Israel. La reimposición de sanciones económicas a Irán ha tenido un impacto devastador en la economía iraní y ha aumentado las tensiones en la región. La estrategia de Israel, que busca aislar a Irán y debilitar su influencia en la región, ha sido criticada por algunos como una política imprudente que podría conducir a una guerra.

noticiaspuertosantacruz.com.ar - Imagen extraida de: https://www.huffingtonpost.es//opinion/israel-enganado-occidente.html

Fuente: https://www.huffingtonpost.es//opinion/israel-enganado-occidente.html

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