Julio De Vido en prisión por la tragedia de Once: Condena firme y traslado a Ezeiza.
La entrega de Julio De Vido a la justicia marca un hito en la búsqueda de responsabilidades por la tragedia de Once, uno de los desastres ferroviarios más graves en la historia argentina. Tras años de litigios y recursos legales, el exministro de Planificación del gobierno kirchnerista comenzó a cumplir su condena, poniendo fin a una prolongada saga judicial. Este artículo analiza en detalle los acontecimientos que llevaron a su detención, los cargos por los que fue condenado, el impacto de la tragedia en la sociedad argentina y los desafíos que aún persisten en la búsqueda de justicia y la mejora de la seguridad ferroviaria.
- Antecedentes de la Tragedia de Once: Un Sistema Ferroviario en Crisis
- El Rol de Julio De Vido en la Gestión de los Subsidios y la Tragedia
- El Juicio y las Sentencias: Un Largo Camino Hacia la Justicia
- El Impacto de la Tragedia en la Sociedad Argentina y la Búsqueda de Responsabilidades
- La Entrega de De Vido y el Futuro de la Justicia en Casos de Negligencia Estatal
Antecedentes de la Tragedia de Once: Un Sistema Ferroviario en Crisis
La tragedia de Once, ocurrida el 22 de febrero de 2012, no fue un evento aislado, sino la consecuencia de años de abandono y desinversión en el sistema ferroviario argentino. Durante la década de 1990, el gobierno de Carlos Menem privatizó las líneas de trenes, transfiriendo la responsabilidad de su mantenimiento y operación a empresas privadas. Esta política, si bien buscaba modernizar el sistema, resultó en una reducción drástica de la inversión en infraestructura y seguridad, priorizando la rentabilidad económica sobre el bienestar de los pasajeros.
Las empresas concesionarias, como Trenes Metropolitanos S.A. (TMSA), responsable de la línea Sarmiento, se vieron incentivadas a reducir costos, lo que se tradujo en la falta de mantenimiento adecuado de los trenes, las vías y las señales. La obsolescencia del material rodante y la falta de sistemas de control modernos aumentaron significativamente el riesgo de accidentes. A pesar de las advertencias de los sindicatos y de los propios trabajadores del ferrocarril, las autoridades no tomaron medidas efectivas para revertir esta situación.
En el contexto de la década de 2000, el gobierno kirchnerista revirtió algunas de las privatizaciones, pero la inversión en el sistema ferroviario continuó siendo insuficiente. Si bien se realizaron algunas obras de renovación, estas no fueron suficientes para solucionar los problemas estructurales que aquejaban al sistema. La falta de una planificación integral y la corrupción en la gestión de los fondos públicos contribuyeron a agravar la situación.
El Rol de Julio De Vido en la Gestión de los Subsidios y la Tragedia
Julio De Vido, como ministro de Planificación Federal, fue el responsable de la gestión de los subsidios al ferrocarril Sarmiento. La investigación judicial reveló que De Vido, junto con otros funcionarios, había aprobado la asignación de fondos a TMSA sin exigir el cumplimiento de las condiciones necesarias para garantizar la seguridad del servicio. Se comprobó que los subsidios se utilizaban para cubrir otros gastos de la empresa, en lugar de destinarse a la renovación de la infraestructura y el material rodante.
La administración fraudulenta de los subsidios permitió a TMSA mantener un servicio deficiente y peligroso, sin realizar las inversiones necesarias para garantizar la seguridad de los pasajeros. El tren que protagonizó el accidente de Once, un tren de larga distancia que circulaba a alta velocidad, no contaba con los sistemas de frenado adecuados y las vías no estaban en condiciones óptimas. La combinación de estos factores fue determinante para la magnitud de la tragedia.
Durante el juicio, la fiscalía acusó a De Vido de ser partícipe necesario del delito de administración fraudulenta, argumentando que su omisión en el control de los subsidios y su falta de supervisión sobre la gestión de TMSA contribuyeron directamente a la tragedia. La defensa de De Vido, por su parte, argumentó que el ministro no tenía la responsabilidad directa de la seguridad del ferrocarril y que la tragedia fue causada por errores humanos y fallas técnicas.
El Juicio y las Sentencias: Un Largo Camino Hacia la Justicia
El juicio por la tragedia de Once se inició en 2017 y se extendió por más de un año. Durante el proceso, se escucharon los testimonios de más de 200 testigos, entre ellos sobrevivientes, familiares de las víctimas, trabajadores del ferrocarril y funcionarios públicos. La fiscalía presentó pruebas contundentes que demostraban la negligencia y la falta de control en la gestión de los subsidios y la operación del ferrocarril Sarmiento.
En 2018, el Tribunal Oral Federal N.º 4 condenó a Julio De Vido a cinco años de prisión por el delito de administración fraudulenta. El tribunal también condenó a otros funcionarios y directivos de TMSA, incluyendo a Ricardo Jaime, exsecretario de Transporte, y a Sergio Romero, exgerente de TMSA. Las sentencias fueron apeladas por la defensa de los acusados, quienes argumentaron que no existían pruebas suficientes para sostener las condenas.
En 2019, la Cámara de Casación Penal redujo la pena de De Vido a cuatro años de prisión, pero confirmó las condenas de los demás acusados. La defensa de De Vido presentó un recurso de queja ante la Corte Suprema de Justicia, argumentando que la condena violaba sus derechos constitucionales. En 2023, la Corte Suprema rechazó el último recurso presentado por la defensa de De Vido, confirmando la condena de cuatro años de prisión.
El Impacto de la Tragedia en la Sociedad Argentina y la Búsqueda de Responsabilidades
La tragedia de Once generó una profunda conmoción en la sociedad argentina y puso de manifiesto la necesidad de mejorar la seguridad del sistema ferroviario. Las familias de las víctimas y los sobrevivientes se organizaron en grupos de apoyo y exigieron justicia y reparación. La tragedia también impulsó un debate público sobre la responsabilidad de las autoridades y las empresas privadas en la gestión de los servicios públicos.
La búsqueda de responsabilidades por la tragedia de Once se extendió a otros ámbitos, incluyendo la investigación de posibles irregularidades en la contratación de empresas para la renovación de la infraestructura ferroviaria. Se descubrieron casos de corrupción y sobreprecios que involucraron a funcionarios públicos y empresarios. La tragedia de Once se convirtió en un símbolo de la impunidad y la falta de transparencia en la gestión pública.
A raíz de la tragedia, se implementaron algunas medidas para mejorar la seguridad del sistema ferroviario, como la renovación de las vías y el material rodante, la instalación de sistemas de control modernos y la capacitación del personal. Sin embargo, muchos consideran que estas medidas son insuficientes y que es necesario realizar una inversión más importante y una planificación integral para garantizar la seguridad de los pasajeros.
La Entrega de De Vido y el Futuro de la Justicia en Casos de Negligencia Estatal
La entrega de Julio De Vido a la justicia representa un paso importante en la búsqueda de justicia por la tragedia de Once. Su detención y el inicio del cumplimiento de su condena envían un mensaje claro de que nadie está por encima de la ley y que los responsables de actos de negligencia estatal deben rendir cuentas.
Sin embargo, la larga duración del proceso judicial y los múltiples recursos presentados por la defensa de De Vido demuestran las dificultades que existen para llevar a los responsables de tragedias como esta ante la justicia. La complejidad de los casos, la falta de recursos y la influencia política pueden obstaculizar la investigación y el juzgamiento de los culpables.
La tragedia de Once y otros casos similares plantean interrogantes sobre la necesidad de reformar el sistema judicial y fortalecer los mecanismos de control y supervisión de los servicios públicos. Es fundamental garantizar la independencia de la justicia, la transparencia en la gestión pública y la protección de los derechos de las víctimas.



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