Kicillof vs Milei: Gobernadores critican políticas económicas y defienden la industria argentina.

La reciente cumbre del Consejo Federal de Inversiones (CFI) en Paraná, Entre Ríos, ha expuesto una creciente fractura entre el gobierno nacional de Javier Milei y varios gobernadores provinciales, particularmente aquellos alineados con el peronismo y sectores del radicalismo. El eje central del conflicto reside en las políticas económicas implementadas por la administración libertaria, especialmente en lo que respecta a la apertura comercial y su impacto en la industria nacional. La crítica más contundente provino del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien acusó a Milei de “destruir la industria nacional”, mientras que el gobernador anfitrión, Rogelio Frigerio, defendió una mayor apertura. Este artículo analizará en profundidad las tensiones emergentes, las posturas enfrentadas y las implicaciones para el futuro del desarrollo productivo argentino.

El Cruce Kicillof-Frigerio: Dos Visiones Antagónicas

El intercambio dialéctico entre Kicillof y Frigerio encapsula la divergencia de enfoques sobre el rol del Estado en la economía y la estrategia para el crecimiento. Kicillof, proveniente de una tradición keynesiana, argumenta que la apertura indiscriminada sin protección a la industria local conduce a la desindustrialización, la pérdida de empleos y la dependencia económica. Su discurso en Paraná se centró en la necesidad de políticas activas que fomenten la producción nacional, protejan el trabajo y aseguren un desarrollo equilibrado. Kicillof enfatizó que las medidas de Milei van en contra de las tendencias globales, donde incluso las economías más liberales implementan mecanismos de protección para sectores estratégicos.

Por otro lado, Frigerio, representante de un ala más liberal del radicalismo, sostiene que Argentina ha sido históricamente un país demasiado cerrado, lo que ha limitado su competitividad y su capacidad para integrarse en la economía global. Argumenta que la apertura comercial, aunque pueda generar desafíos iniciales, es fundamental para atraer inversiones, mejorar la eficiencia y diversificar la economía. Frigerio considera que la protección excesiva a la industria nacional ha generado rentas monopolísticas y ha obstaculizado la innovación. Su postura se alinea con la visión de Milei de reducir la intervención estatal y promover un mercado más libre.

La Crítica de Kicillof: Destrucción de la Industria Nacional

La acusación de Kicillof sobre la “destrucción de la industria nacional” no es retórica vacía. Las políticas de desregulación y apertura comercial impulsadas por el gobierno nacional, como la reducción de aranceles a la importación y la eliminación de barreras no arancelarias, han generado preocupación en diversos sectores industriales. Empresas locales, especialmente las pequeñas y medianas (PyMEs), se enfrentan a la competencia de productos importados más baratos, lo que dificulta su capacidad para mantener la producción y el empleo. Kicillof advierte que esta situación podría conducir a un proceso de desindustrialización similar al que se experimentó en Argentina en la década de 1990.

El gobernador bonaerense también critica la falta de una estrategia integral para acompañar la apertura comercial. Considera que es necesario implementar políticas de apoyo a la industria nacional, como créditos blandos, incentivos fiscales y programas de capacitación, para que las empresas puedan adaptarse a la nueva realidad competitiva. Además, Kicillof enfatiza la importancia de fortalecer el mercado interno, promoviendo el consumo de productos nacionales y combatiendo la informalidad. Su visión implica un rol activo del Estado en la promoción del desarrollo industrial y la protección del empleo.

El Súper IVA y las Obras Públicas Paralizadas: Agravantes del Conflicto

La tensión entre la Casa Rosada y las provincias se ha exacerbado por la controversia en torno al “súper IVA” y la paralización de obras públicas financiadas con fondos nacionales. El gobierno nacional ha decidido eliminar la coparticipación federal de impuestos, lo que implica una reducción significativa de los recursos que reciben las provincias. Esta medida ha generado un fuerte rechazo por parte de los gobernadores, quienes argumentan que afecta su capacidad para financiar servicios públicos esenciales, como salud, educación y seguridad. El “súper IVA” es visto como una forma de centralizar los recursos en el gobierno nacional y debilitar la autonomía provincial.

La paralización de obras públicas, por su parte, ha generado un impacto negativo en la actividad económica de las provincias. Muchas provincias dependían de la inversión en infraestructura para generar empleo y dinamizar sus economías locales. La suspensión de estas obras ha provocado despidos, retrasos en los pagos a contratistas y una disminución de la recaudación impositiva. Los gobernadores acusan al gobierno nacional de incumplir compromisos y de no tener en cuenta las necesidades de las provincias. Esta situación ha profundizado la desconfianza y ha dificultado la búsqueda de consensos.

Participantes de la Cumbre y sus Posturas

La cumbre del CFI en Paraná contó con la participación de gobernadores de diversas provincias, cada uno con sus propias preocupaciones y prioridades. Maximiliano Pullaro (Santa Fe) ha mostrado una postura más pragmática, buscando un equilibrio entre la apertura comercial y la protección de la industria local. Sergio Ziliotto (La Pampa) ha expresado su preocupación por el impacto de las políticas nacionales en el sector agropecuario, especialmente en los pequeños productores. Raúl Jalil (Catamarca) ha defendido la autonomía provincial y ha reclamado una mayor participación en la toma de decisiones económicas. Ignacio Torres (Chubut) ha manifestado su inquietud por la situación de las industrias pesqueras y la necesidad de proteger los recursos naturales.

La presencia de funcionarios nacionales, legisladores, autoridades judiciales y referentes del ámbito empresarial, rural, turístico, productivo, académico y sindical en la cumbre refleja la complejidad del debate y la necesidad de involucrar a todos los actores relevantes en la búsqueda de soluciones. Sin embargo, la falta de un diálogo constructivo y la polarización política dificultan la construcción de consensos. La cumbre en Paraná ha servido para poner de manifiesto las profundas diferencias que existen entre el gobierno nacional y las provincias, y la necesidad de encontrar un camino para superar estas tensiones.

El Modelo de Desarrollo Productivo en Debate

En el corazón del conflicto entre el gobierno nacional y las provincias se encuentra una divergencia fundamental sobre el modelo de desarrollo productivo que debe seguir Argentina. El gobierno de Milei apuesta por un modelo liberal, basado en la apertura comercial, la desregulación y la reducción del gasto público. Este modelo busca atraer inversiones extranjeras, mejorar la eficiencia y promover la competitividad. Sin embargo, sus críticos argumentan que este modelo puede generar desigualdad, desindustrialización y dependencia económica.

Los gobernadores que se oponen a las políticas de Milei proponen un modelo más intervencionista, basado en la protección de la industria nacional, el fortalecimiento del mercado interno y la promoción del desarrollo regional. Este modelo busca generar empleo, reducir la pobreza y asegurar un crecimiento más equitativo. Sin embargo, sus críticos argumentan que este modelo puede generar ineficiencia, rentas monopolísticas y falta de competitividad. La búsqueda de un modelo de desarrollo productivo que sea sostenible, inclusivo y competitivo es uno de los principales desafíos que enfrenta Argentina en la actualidad.

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/actualidad/la-falsa-paz-de-cristina-y-kicillof.phtml