Kick: Prohibido a pareja viral por excesos y tras la muerte de un streamer
La plataforma de streaming Kick, nacida como una alternativa más permisiva a Twitch, se encuentra bajo un intenso escrutinio tras la trágica muerte en directo del streamer francés Raphaël Graven. Este suceso ha destapado una realidad preocupante: un ambiente en la plataforma propicio para el acoso, la humillación y la promoción de contenidos peligrosos. El caso de Graven no es aislado, y se suma a una serie de incidentes que cuestionan la responsabilidad de Kick en la moderación de su contenido y la protección de sus usuarios. Paralelamente, la plataforma ha expulsado a la pareja española Simón Pérez y Silvia Charro, conocidos por su controvertido vídeo sobre hipotecas y sus polémicas retransmisiones, evidenciando una política de tolerancia cero que, sin embargo, parece selectiva y tardía.
- El Ascenso y la Filosofía de Kick: Un Refugio para Contenidos Prohibidos
- Simón Pérez y Silvia Charro: De la Hipoteca a la Expulsión Definitiva
- La Tragedia de Raphaël Graven: Acoso, Humillación y la Responsabilidad de Kick
- Adin Ross y la Manosfera: Contenidos de Odio y la Influencia de Figuras Controvertidas
- El Modelo de Negocio de Kick: Priorizando los Beneficios Sobre la Seguridad
El Ascenso y la Filosofía de Kick: Un Refugio para Contenidos Prohibidos
Kick, fundada por los multimillonarios australianos Ed Craven y Bijan Tehrani, también creadores del casino online Stake, se ha posicionado rápidamente como una plataforma atractiva para streamers que han sido vetados en Twitch. Su principal atractivo reside en una política de monetización mucho más favorable, ofreciendo a los creadores el 95% de los ingresos generados por las suscripciones, en contraste con el 50% que ofrece Twitch. Esta diferencia sustancial ha atraído a figuras controvertidas, como Adin Ross, quien fue baneado en Twitch en múltiples ocasiones por comentarios homófobos y la emisión de contenido de odio. La plataforma se ha presentado como un espacio de libertad de expresión, aunque esta libertad ha derivado, en muchos casos, en la proliferación de contenidos abusivos y peligrosos.
La conexión con Stake, un casino online, es fundamental para entender la filosofía de Kick. La plataforma nació, en parte, para permitir la transmisión de contenido relacionado con juegos y apuestas, algo que Twitch prohíbe. Esta orientación ha atraído a una audiencia interesada en este tipo de contenido, pero también ha contribuido a la creación de un ambiente donde las apuestas y el riesgo se glorifican, como se evidencia en el caso de Simón Pérez, quien apostaba en casinos online durante sus directos, a menudo bajo la influencia de sustancias.
Simón Pérez y Silvia Charro: De la Hipoteca a la Expulsión Definitiva
Simón Pérez y Silvia Charro saltaron a la fama hace unos años gracias a un vídeo viral en el que, aparentemente bajo los efectos del alcohol, aconsejaban a la gente contratar hipotecas a tipo fijo. Su popularidad les llevó a Kick, donde continuaron generando contenido controvertido. Las retransmisiones de Pérez, en particular, se caracterizaban por la exhibición de comportamientos imprudentes, como tirar una impresora por la ventana o probar drogas en directo. A pesar de las advertencias y las sanciones previas, la plataforma permitió que estas prácticas continuaran, contribuyendo a la imagen de Kick como un espacio sin reglas.
El último incidente que llevó al baneo definitivo de la pareja involucró una apuesta en un casino online instigada por un usuario del chat, quien ofreció dinero a Pérez para que consumiera drogas. Pérez aceptó la oferta, revelando su predisposición a gastar los ingresos de Kick en sustancias y actividades de riesgo. Charro, por su parte, ha expresado su frustración por la falta de claridad en las razones del baneo, lamentando que la plataforma no les haya comunicado específicamente qué reglas han infringido.
La Tragedia de Raphaël Graven: Acoso, Humillación y la Responsabilidad de Kick
La muerte en directo de Raphaël Graven ha puesto de manifiesto los peligros inherentes a la permisividad de Kick. Graven era víctima de acoso y humillación por parte de otros streamers durante meses, y la plataforma no intervino para protegerlo. Los abusos incluían insultos, amenazas y la difusión de información personal. La retransmisión final de Graven, en la que se quitó la vida, fue presenciada por miles de espectadores, y la falta de moderación en el chat permitió que el acoso continuara incluso durante los momentos críticos.
La Fiscalía francesa ha abierto una investigación para determinar el papel de Kick en la muerte de Graven, centrándose en la posible negligencia de la plataforma en la prevención del acoso y la protección de sus usuarios. Este caso ha generado una ola de críticas hacia Kick, acusándola de priorizar los beneficios económicos sobre la seguridad y el bienestar de su comunidad. La muerte de Graven ha reabierto el debate sobre la responsabilidad de las plataformas de streaming en la moderación de su contenido y la protección de sus usuarios.
Adin Ross y la Manosfera: Contenidos de Odio y la Influencia de Figuras Controvertidas
Adin Ross, uno de los streamers más populares de Kick, es un ejemplo de la clase de contenido que la plataforma atrae. Ross ha sido baneado en Twitch en varias ocasiones por comentarios homófobos, la emisión de contenido de odio y otros comportamientos inapropiados. Su cercanía con Andrew Tate, un controvertido influencer investigado por trata de personas en Rumanía, ha generado aún más controversia. Ross ha utilizado su plataforma para promover ideas misóginas y extremistas, contribuyendo a la toxicidad del ambiente en Kick.
En otra ocasión, Ross pidió a un espectador que condujera su coche hasta el mar a cambio de dinero, demostrando una falta de respeto por la vida humana y una irresponsabilidad alarmante. También ha emitido contenido pornográfico en directo, violando las políticas de la plataforma y exponiendo a sus espectadores a material inapropiado. A pesar de estos incidentes, Ross sigue siendo una figura prominente en Kick, lo que sugiere que la plataforma tolera, o incluso fomenta, este tipo de contenido.
El Modelo de Negocio de Kick: Priorizando los Beneficios Sobre la Seguridad
El modelo de negocio de Kick, basado en una alta participación en los ingresos de los streamers y la permisividad con los contenidos de apuestas y juegos, ha creado un incentivo para atraer a usuarios y creadores sin importar las consecuencias. La plataforma se ha convertido en un refugio para aquellos que han sido vetados en otras plataformas, lo que ha resultado en la proliferación de contenido abusivo, peligroso y, en algunos casos, ilegal. La falta de moderación efectiva y la ausencia de políticas claras han contribuido a la creación de un ambiente tóxico donde el acoso, la humillación y la explotación son comunes.
La conexión con Stake, el casino online, es un factor clave en este modelo de negocio. Kick se beneficia de la promoción de las apuestas y los juegos de azar, y la plataforma no parece estar dispuesta a tomar medidas que puedan perjudicar sus ingresos. La muerte de Raphaël Graven y el caso de Simón Pérez y Silvia Charro son solo dos ejemplos de las consecuencias de esta política. La presión pública y las investigaciones legales podrían obligar a Kick a cambiar su enfoque, pero hasta el momento, la plataforma ha demostrado una resistencia a asumir la responsabilidad por los daños causados por su contenido.
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