La crisis del aceite de oliva: El secreto de los cambios de consumo
En medio de la crisis del aceite de oliva en España, impulsada por la sequía y el cambio climático, los consumidores reconsideran su uso del ingrediente mediterráneo y recurren a alternativas más baratas.
Consumidores españoles reducen consumo de aceite de oliva
Ante los elevados precios del aceite de oliva, los consumidores españoles han reducido drásticamente su consumo. Las ventas han caído un 22% en el primer cuatrimestre de 2023, y un 30% desde 2022. Para mitigar el impacto, los consumidores utilizan el aceite con más cuidado, alargando la vida útil de cada botella.
Impacto en la producción y los precios
Las sequías y las olas de calor exacerbadas por el cambio climático han afectado a la producción de aceite de oliva en España, el mayor productor mundial. La producción mundial ha disminuido a 2,4 millones de toneladas, muy por debajo de la demanda anual de 3,2 millones de toneladas. Además, las restricciones a la exportación impuestas por Turquía, Siria y Marruecos han agravado la situación, elevando los precios hasta niveles récord.
Medidas de mitigación e impacto del precio
Para cubrir la escasez, el mayor vendedor de aceite de oliva del mundo ha importado de Argentina y Chile, pero no ha podido evitar el aumento de los precios. Sin embargo, la empresa ha mantenido sus márgenes de beneficio trasladando el 90% de los costes adicionales a los consumidores, logrando un beneficio neto de 30 millones de euros en 2023.
Expectativas para la nueva cosecha
Los agricultores españoles esperan que las lluvias primaverales y las temperaturas más moderadas de este verano mejoren la cosecha de octubre a enero, especialmente en el sur, donde la industria del aceite de oliva juega un papel crucial en la economía. Si se materializa, esto podría conducir a una bajada de precios en los supermercados.
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