La flota en la sombra de Putin: La colaboración europea al descubierto
Una impactante investigación ha desenmascarado el alarmante alcance de la colaboración europea en la "flota fantasma" de Rusia, una red de petroleros que ayudan a Putin a eludir las sanciones y continuar exportando petróleo.
El papel de Europa en la flota fantasma de Putin
La investigación, llevada a cabo por un proyecto holandés, ha descubierto que 35 países europeos han alimentado la flota fantasma de Putin, vendiéndole sus viejos petroleros a cambio de considerables sumas de dinero. Grecia, Reino Unido, Alemania y Noruega se encuentran entre los principales contribuyentes, con un total de 127, 22, 11 y 8 buques vendidos respectivamente. Se estima que estos petroleros representan un tercio de la flota fantasma de Rusia, lo que le permite continuar eludiendo las sanciones y usar los ingresos del petróleo para financiar su guerra contra Ucrania.
Motivaciones económicas
La principal motivación para que los países europeos cooperen con Rusia en este asunto es económica. Las sanciones internacionales habían devaluado los viejos petroleros, pero cuando Rusia buscó adquirirlos, su valor se duplicó, lo que llevó a muchos armadores a venderlos con ganancias.
Implicaciones geopolíticas
La flota fantasma de Putin está poniendo a prueba las relaciones al interior de la OTAN. Dinamarca, por ejemplo, se encuentra bajo presión para ocuparse de un petrolero ruso varado en sus aguas territoriales. El conflicto subraya las complejas tensiones entre el deseo de apoyar a Ucrania y los intereses económicos nacionales.
La magnitud de la flota fantasma
La flota fantasma de Putin se estima en unos 600 petroleros, lo que le brinda a Rusia una capacidad significativa para exportar petróleo a pesar de las sanciones. Estos buques operan en un sistema clandestino, utilizando banderas de conveniencia para ocultar sus lazos con Rusia y facilitar sus operaciones.
Impacto en el mercado del petróleo
La flota fantasma también tiene implicaciones para el mercado del petróleo. Al permitir que Rusia continúe exportando petróleo, socava la efectividad de las sanciones y contribuye a la volatilidad de los precios del petróleo. Esto puede tener un impacto en las economías de todo el mundo, especialmente en los países que dependen de las importaciones de petróleo.
Responsabilidad y rendición de cuentas
La investigación plantea serias preguntas sobre la responsabilidad y la rendición de cuentas de los países que han contribuido a la flota fantasma de Putin. Algunos sostienen que estos países han violado el espíritu de las sanciones, si no su letra, y que deberían rendir cuentas por sus acciones.
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