La historia de la autopsia médico-legal: desde el papa León X hasta los primeros CSI en China

En el año 1521 se llevó a cabo una autopsia médico-legal en el cadáver del papa León X, con el objetivo de determinar la causa de su muerte, ya que existían sospechas de envenenamiento. Esta práctica requería objetividad, honestidad, minuciosidad y rigor. Sin embargo, catorce años antes de la muerte del papa, Antonio Benivieni había escrito la primera colección de autopsias con interés anatomo-patológico, donde describía los resultados de sus investigaciones en cadáveres para determinar la causa de la muerte. Benivieni fue el primer médico en solicitar el permiso de los familiares para realizar la disección de los cuerpos.

En la Edad Media, durante el reinado de Ricardo Corazón de León, se estableció la figura del "coroner", cuya función era investigar las muertes rápidas, incluyendo los suicidios y las muertes accidentales. El objetivo principal de su trabajo no era descubrir al autor, sino dejar constancia por escrito de las circunstancias y las personas involucradas en la muerte, a la espera de que un tribunal se encargara del estudio posteriormente. La legislación establecía que si el "coroner" no era avisado y el cadáver se hacía desaparecer o enterrar, el municipio cometía un delito que podía ser objeto de multa.

Una de las primeras tareas del "coroner" era averiguar la identidad del fallecido, además de tener la potestad de confiscar cualquier objeto que hubiera causado la muerte. En caso de suicidio, todos los bienes e inmuebles iban a parar a las arcas reales. Aunque esta figura no puede considerarse como el primer CSI de la historia, nos tenemos que remontar a la China del siglo XIII para encontrar un escenario similar.

En esa época, Sóng Cí publicó un libro titulado "Recopilación de Casos de Injusticia Rectificada", un manual que instruía a los funcionarios comisionados en la investigación de muertes dudosas. Estos funcionarios hacían las veces de juez, investigador policial y médico forense, y tenían una gran responsabilidad. Entre las recomendaciones que ofrecía Sóng Ci estaba la de no alojarse en una casa donde los dueños estuvieran emparentados con la víctima o el acusado, para evitar sospechas de favoritismo. También se debía examinar el cadáver, sin importar su estado, y se describían diferentes métodos para realizar esta tarea.

El libro también mencionaba algunos conocimientos de entomología forense. Por ejemplo, se relata el caso de un investigador que, incapaz de determinar quién había matado a otro miembro de la aldea, ordenó que todos presentaran sus hoces y las expusieran al sol. Observó que las moscas solo se acercaban a una de ellas, que tenía restos de sangre no perceptibles al ojo humano. Además, el libro hacía hincapi

Fuente: https://tinyurl.com/3pdfhhy2

REFLEXIÓN: La historia de la medicina forense nos muestra la importancia de la objetividad y la minuciosidad en la investigación de muertes dudosas. Desde la autopsia practicada al papa León X en 1521 hasta los manuales de investigación de muertes dudosas en la China del siglo XIII, se evidencia la necesidad de establecer métodos rigurosos para determinar la causa de la muerte. Estos métodos incluyen el análisis del escenario del crimen, la identificación de las lesiones y la medición de las mismas, así como el estudio de la descomposición del cadáver. Aunque en aquellos tiempos se mezclaban elementos supersticiosos, estas prácticas sentaron las bases para el desarrollo de la medicina forense actual. La historia nos enseña que la búsqueda de la verdad requiere de honestidad y objetividad, valores fundamentales en cualquier investigación.