La nueva doctrina nuclear de Putin: ¿Amenaza real o fanfarronada?
Ante la intensificación del conflicto en Ucrania, la nueva doctrina nuclear rusa representa un nuevo capítulo en la estrategia de seguridad de Moscú. La doctrina permite respuestas nucleares no sólo a ataques nucleares, sino también a ataques convencionales que amenacen la soberanía de Rusia o Bielorrusia, incluso si proceden de naciones sin armas nucleares pero apoyadas por potencias nucleares.
Doctrina Anterior y Actual
La doctrina anterior, vigente desde 2020, establecía cuatro condiciones para el uso nuclear: ataques con misiles balísticos, uso de armas nucleares o de destrucción masiva contra Rusia o sus aliados, ataques a las instalaciones de mando nuclear rusas y ataques convencionales contra Moscú que amenazaran la existencia del Estado ruso.
La nueva doctrina amplía significativamente estas condiciones al incluir: ataques convencionales que amenacen la soberanía e integridad territorial de Rusia, ataques aéreos masivos con misiles, aviones y drones, y ataques de miembros de bloques o coaliciones militares (como la OTAN) considerados como agresiones de todo el bloque.
Motivos de Preocupación
La rebaja del umbral para el uso nuclear plantea preocupaciones sobre el riesgo cada vez mayor de escalada y el potencial para una guerra nuclear. La vaguedad de la nueva doctrina deja margen para interpretaciones amplias, lo que podría justificar el uso nuclear en una gama más amplia de situaciones.
El hecho de que la doctrina incluya a Bielorrusia como posible objetivo de ataques nucleares añade una nueva dimensión a la situación, ya que podría desencadenar una respuesta de la OTAN, lo que aumentaría aún más el riesgo de conflicto.
Implicaciones para Ucrania
La nueva doctrina nuclear es un claro mensaje a Ucrania y a sus aliados de que Rusia está dispuesta a utilizar armas nucleares para proteger sus intereses. Esto podría disuadir a Ucrania de lanzar contraataques significativos o de buscar apoyo militar más amplio de Estados Unidos y sus aliados.
Sin embargo, también podría aumentar el riesgo de un conflicto más amplio, ya que Ucrania podría verse obligada a tomar medidas más agresivas para protegerse de las amenazas percibidas.
En última instancia, el impacto de la nueva doctrina nuclear rusa dependerá de cómo la interprete y aplique Moscú y de cómo respondan Ucrania, sus aliados y la comunidad internacional.
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