La pandemia del Covid-19 y su impacto en pacientes con enfermedades poco frecuentes en Argentina: la importancia de la solidaridad y la cooperación.
La pandemia de COVID-19 trajo consigo un panorama incierto a nivel global, y Argentina no fue la excepción. En medio del cierre de fronteras y la cuarentena obligatoria, las personas con enfermedades poco frecuentes se encontraron en una situación de vulnerabilidad. El delicado equilibrio que mantenían a través de sus medicamentos y tratamientos se vio amenazado por la imposibilidad de importar dichos productos del exterior.
Fito Cid, presidente de la Asociación de Enfermedades Poco Frecuentes, habló sobre la dificultad que experimentaron estas personas para acceder a sus medicamentos, muchos de los cuales eran importados: "El tema de la medicación fue todo un tema, porque mucho de los insumos de los pacientes con Enfermedades Poco Frecuentes vienen del extranjero, y en ese momento no estaban arribando vuelos.". Cid menciona que la situación fue muy estresante para los pacientes y sus familias. La incertidumbre acerca de cuándo podrían volver a tener acceso a sus medicamentos generó un gran estrés en ellos.
A pesar de estos obstáculos, la donación de órganos continuó en el país durante la pandemia. Cid destaca que, aunque el número de donantes disminuyó, "se siguieron haciendo ablaciones" gracias al trabajo de organizaciones como el INCUCAI.
En definitiva, la pandemia trajo consecuencias para los pacientes con enfermedades poco frecuentes, que se encontraron en una situación de vulnerabilidad debido a la imposibilidad de importar sus medicamentos. No obstante, la solidaridad entre los afectados y el trabajo de organizaciones de salud permitió sobrellevar la situación en cierta medida.
Fuente: www.tiemposur.com.ar
REFLEXIÓN: La crisis provocada por la pandemia de COVID-19 ha dejado en evidencia la fragilidad de los sistemas de salud en todo el mundo. En este contexto, es importante destacar el esfuerzo y dedicación de los profesionales de la salud, así como la solidaridad de la sociedad en general.
Sin embargo, también es importante reflexionar sobre la falta de inversión en salud y la priorización de intereses particulares por sobre el bienestar general. La brecha entre quienes tienen acceso a la atención médica y aquellos que no lo tienen se hace más evidente en situaciones como esta. Es necesario recordar que la salud es un derecho y no debería estar condicionada por factores económicos o políticos.
Podríamos decir que la pandemia nos recordó que la salud no es un bien que se puede comprar en el supermercado, pero sí puede ser un bien que se puede vender al mejor postor. También fue un recordatorio de que las enfermedades no discriminan y que siempre estaremos en riesgo, independientemente de nuestra posición social o poder adquisitivo. En resumen, la pandemia dejó lecciones importantes que debemos tener en cuenta.
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