La resiliencia, no el género, determina la tolerancia al dolor
En nuestro país, aproximadamente nueve millones de personas sufren de dolor crónico, lo que representa casi el 26% de la población. Las estadísticas muestran que afecta más a las mujeres que a los hombres, con un 30,5% frente al 21,3%, respectivamente. Además, es más común entre las edades de 35 a 54 años. Seis de cada diez personas describen el dolor como de una intensidad elevada o insoportable.
Aunque se cree popularmente que las mujeres toleran mejor el dolor que los hombres, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Málaga reveló que las diferencias entre ambos sexos son mínimas. En cambio, lo que determina la capacidad de aceptar el dolor es la resiliencia de una persona, es decir, su capacidad para superar situaciones adversas. Esta cualidad está relacionada con el conjunto de características que le permiten al individuo enfrentar el sufrimiento crónico.
El estudio se llevó a cabo con una muestra de 400 pacientes con dolor crónico espinal, de los cuales 190 eran hombres y 210 mujeres. Los resultados mostraron más similitudes que diferencias entre ambos sexos. Según Carmen Ramírez-Maestre, autora principal e investigadora de la universidad malagueña, "las personas más resilientes tienden a aceptar su dolor, es decir, a entender que su dolencia es crónica y dejar de centrar sus esfuerzos en conseguir que el dolor desaparezca para volcar su energía en lograr una vida más satisfactoria, a pesar del dolor". Los pacientes que aceptan su dolor perciben una menor intensidad de este, tienen un mayor nivel de actividad diaria y un mejor estado de ánimo.
Por otro lado, los datos del estudio mostraron que los pacientes con más miedo al dolor experimentan mayores niveles de ansiedad y depresión. Sin embargo, solo en el caso de los hombres, este miedo se relaciona con una mayor intensidad de dolor, siendo esta la única diferencia encontrada en función del sexo del paciente.
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En conclusión, la resiliencia y la aceptación del dolor son factores determinantes en la experiencia de las personas con dolor crónico. Aceptar el dolor y enfocarse en una vida más satisfactoria, a pesar de este, puede llevar a una disminución en la intensidad del dolor, un mayor nivel de actividad diaria y un mejor estado de ánimo.
Fuente: https://www.muyinteresante.es/salud/20161.html
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