La trampa cerebral que te hace olvidar nombres
¿Alguna vez has olvidado el nombre de alguien a quien has conocido hace mucho tiempo? O peor aún, ¿has llamado a tu hijo o amigo por el nombre de otra persona? Esta situación es muy común y no es algo de lo que debas preocuparte demasiado. Desde que somos pequeños, muchos de nosotros hemos vivido esos momentos en los que nuestra mamá, tratando de llamarnos, recorre la lista de nombres de todos en la casa, incluyendo al perro, antes de dar con el nuestro.
La "trampa" del cerebro: por qué olvidamos los nombres
Nuestro cerebro funciona como una especie de archivador gigante donde guarda muchísima información, no en orden alfabético, más bien por categorías. Es decir, agrupa nombres que tienen alguna relación entre ellos, como los nombres de la familia o amigos cercanos. Por eso, cuando tratamos de recordar el nombre de alguien, a veces el cerebro se confunde y nos lanza el nombre de otra persona relacionada.
Como explica Neil Mulligan, un profesor que sabe mucho de Psicología y Neurociencia, es completamente normal confundir nombres, sobre todo cuando se trata de nombres que están dentro de la misma categoría. Hay un estudio muy interesante hecho por Samantha Deffler, una experta en Psicología, que confirma esta idea. En este estudio, la mitad de los estudiantes universitarios encuestados dijeron que alguna vez los habían llamado por el nombre equivocado , y casi siempre fue un familiar quien cometió el error.
Esto muestra que confundir nombres es algo muy común en las familias , donde los nombres se entrelazan en la mente de quien habla.
Patrones curiosos de confusión de nombres
El estudio de Samantha Deffler también encontró algunos patrones curiosos. Por ejemplo, las personas mayores son las que más suelen confundir nombres . Y, sorprendentemente, las mujeres son un poquito más propensas que los hombres a cometer estos errores o a ser llamadas por el nombre equivocado.
Y aquí viene algo divertido: los perros parecen tener un lugar especial en nuestras familias. Aunque muchas personas tienen gatos y perros, resulta que los nombres de los gatos casi nunca se confunden con los de los niños. Pero, en cambio, es bastante común que los padres confundan los nombres de sus hijos con los de los perros. Quizás sea porque tenemos una relación más cercana y activa con nuestros perros, lo que hace que sus nombres se mezclen más fácilmente con los de nuestros hijos.
¿Por qué recordamos tan mal los nombres?
Resulta que, para muchas personas, recordar un nombre es una de las cosas más difíciles. Esto tiene que ver con que, a diferencia de otros datos, como la ocupación de alguien, los nombres no suelen estar tan conectados con otros significados o ideas en nuestra memoria . Así que, cuando estamos hablando y nuestro cerebro necesita encontrar un nombre rápidamente, a veces mete la pata y nos da un nombre equivocado .
Y es que, mientras hablamos, nuestro cerebro está trabajando a toda velocidad tratando de seguir el ritmo de la conversación. Pero a medida que envejecemos, perdemos un poco la agilidad que teníamos para bloquear las palabras incorrectas , lo que provoca más deslices y confusiones. Además, cuando le pedimos al cerebro que nos dé una palabra específica, como un nombre, le enviamos ciertas «instrucciones». Pero si esas instrucciones no son lo suficientemente claras, el cerebro puede darnos una palabra o un nombre que esté relacionado, pero que no sea el correcto.
"Olvidar un nombre no es un signo de falta de atención o respeto, sino un reflejo de cómo funciona el cerebro".
Dr. Neil Mulligan, profesor de Psicología y Neurociencia
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