Langostino Argentino: ¿Volumen a Bajo Precio o Ganancia con Menos Captura?
El sector langostinero argentino se encuentra en una encrucijada. Tras años de una lógica basada en el volumen, la industria se ve forzada a reconsiderar su estrategia frente a una realidad económica implacable. La reciente temporada, marcada por un conflicto laboral y un inicio tardío, ha expuesto las fragilidades de un modelo que priorizaba la cantidad sobre la rentabilidad. Ahora, la disyuntiva es clara: continuar la carrera por capturar más toneladas a precios decrecientes, o apostar por una oferta más limitada que permita sostener un mejor valor en el mercado internacional. Este artículo analiza en profundidad los dos escenarios posibles, los desafíos que implica cada uno y la necesidad urgente de una reestructuración integral para garantizar la sustentabilidad del negocio a largo plazo.
- La Crisis de 2025: Un Punto de Inflexión
- Dos Escenarios en el Horizonte: Volumen vs. Valor
- La Nueva Mirada Empresarial: Pescar Menos para Ganar Más
- El Riesgo de la Inacción: Repetir los Errores del Pasado
- El Dilema Central: Organización y Costos
- La Importancia de la Sustentabilidad a Largo Plazo
- El Rol del Estado en la Reestructuración del Sector
- Desafíos Adicionales: Logística, Comercialización y Valor Agregado
La Crisis de 2025: Un Punto de Inflexión
El año 2025 marcó un antes y un después para el sector langostinero. La prolongada inactividad de la flota, resultado de la intransigencia del gremio de la marinería y la imposibilidad de alcanzar acuerdos salariales viables, evidenció la insostenibilidad del modelo tradicional. La subida de precios que se observó tras la firma del acuerdo, aunque para algunos empresarios apenas compensó los meses perdidos, sirvió como una señal de alerta. La ecuación de maximizar capturas y exportaciones, construyendo barcos cada vez más grandes, había llegado a su límite. La experiencia demostró que más toneladas no se traducían necesariamente en mayores beneficios, sino que, por el contrario, podían generar una sobreoferta que deprimiera los precios y arrastrara a las empresas a la pérdida.
La realidad es que el 99% de la flota tangonera permaneció amarrada no por una decisión estratégica, sino por una imposibilidad económica. Las variables del mercado, con costos laborales, logísticos y financieros en constante aumento, hacían inviable la salida de los barcos a operar con pérdidas. Esta situación obligó a las compañías a replantearse su enfoque y a considerar seriamente la posibilidad de reducir el volumen de capturas a cambio de obtener mejores precios.
Dos Escenarios en el Horizonte: Volumen vs. Valor
Ante la necesidad de tomar decisiones estratégicas, se perfilan dos escenarios principales para el futuro del sector. El primero, el modelo de máxima actividad, implica pescar 100.000 toneladas a un precio de USD 5,50 por kilogramo. Este escenario solo sería viable si se lograra una reducción significativa de los costos en todas las etapas de la cadena productiva, desde la mano de obra hasta la comercialización. De lo contrario, vender a USD 5,50 con costos cercanos a USD 6/kg significaría repetir el ciclo de pérdidas que desencadenó el reciente conflicto.
La alternativa, que se vislumbra como la más probable para la corta temporada actual, es pescar 40.000 toneladas a precios más altos. Este modelo implica un menor esfuerzo extractivo, menos días de pesca, menor desgaste de los barcos y una menor presión sobre los mercados. Se estima que, aun con un volumen reducido, el negocio podría resultar más rentable si la disminución de la oferta se traduce en un aumento de los precios, como ya está ocurriendo.
La Nueva Mirada Empresarial: Pescar Menos para Ganar Más
Las circunstancias han obligado a las empresas a reconfigurar su visión del negocio. La imposibilidad de operar con pérdidas ha llevado a un cambio de paradigma, donde la rentabilidad se ha convertido en el factor determinante. Cada vez más compañías miran con interés la opción de reducir el volumen de capturas a cambio de obtener mejores precios. Esta estrategia implica una reducción de los gastos en combustible, mantenimiento y reparaciones, así como una simplificación de la operatoria y una mayor previsibilidad en los ingresos.
Además, la reducción del volumen de capturas libera capital de trabajo, un factor crucial en un contexto financiero complejo. Este enfoque se considera más sustentable desde el punto de vista económico, ambiental y social, ya que evita los picos de sobreoferta que deprimen los precios internacionales y contribuyen a la degradación de los recursos marinos.
El Riesgo de la Inacción: Repetir los Errores del Pasado
Si en 2026 se retoma la temporada completa sin ajustar los costos ni ordenar la comercialización, el resultado será previsiblemente el mismo: caída de precios por sobreoferta, empresas operando al borde de la pérdida, barcos parados y marineros sin trabajo. La lección de 2025 es clara: el sector debe llegar reestructurado a 2026, con la capacidad de elegir estratégicamente entre los diferentes escenarios posibles y evitar repetir los errores del pasado.
La falta de adaptación podría condenar al sector a un ciclo de crisis recurrentes, donde la búsqueda de volumen a cualquier costo termine socavando la rentabilidad y la sustentabilidad del negocio. Es fundamental que los actores de la industria comprendan que el modelo tradicional ha llegado a su fin y que es necesario adoptar nuevas estrategias para garantizar el futuro del sector.
El Dilema Central: Organización y Costos
La verdadera decisión no reside únicamente en la cantidad de langostino a pescar, sino en cómo organizar el negocio para que cualquiera de los dos modelos sea viable. Con 100.000 toneladas, la viabilidad depende de la adecuación de los costos. Con 40.000 toneladas, la clave está en la consolidación de un esquema comercial colectivo que sostenga los precios y garantice la estabilidad del mercado.
Este esquema comercial colectivo podría incluir acuerdos de precios mínimos, cuotas de exportación coordinadas y una mayor transparencia en la información del mercado. La colaboración entre las empresas y el gobierno es fundamental para lograr una regulación efectiva que evite la competencia desleal y promueva la sustentabilidad del sector.
La Importancia de la Sustentabilidad a Largo Plazo
La sustentabilidad del sector langostinero no se limita a la rentabilidad económica, sino que abarca también la protección del medio ambiente y el bienestar social de las comunidades pesqueras. La sobreexplotación de los recursos marinos puede tener consecuencias devastadoras para el ecosistema y para las futuras generaciones. Es fundamental adoptar prácticas de pesca responsable que garanticen la conservación de las poblaciones de langostinos y la biodiversidad marina.
Asimismo, es importante mejorar las condiciones laborales de los marineros y garantizar su seguridad en el trabajo. La inversión en capacitación y tecnología puede contribuir a aumentar la eficiencia de la pesca y a reducir el impacto ambiental de la actividad. La colaboración entre el gobierno, las empresas y los sindicatos es esencial para lograr un desarrollo sustentable del sector.
El Rol del Estado en la Reestructuración del Sector
El Estado tiene un papel fundamental que desempeñar en la reestructuración del sector langostinero. Es necesario establecer un marco regulatorio claro y transparente que promueva la competencia leal, la sustentabilidad y la protección de los recursos marinos. El gobierno debe fomentar la inversión en investigación y desarrollo para mejorar las técnicas de pesca y la gestión de los recursos.
Además, es importante brindar apoyo financiero a las empresas que deseen invertir en la modernización de sus flotas y en la adopción de prácticas de pesca responsable. El Estado también debe fortalecer la capacidad de control y fiscalización para combatir la pesca ilegal y garantizar el cumplimiento de las regulaciones. La coordinación entre los diferentes organismos gubernamentales es esencial para lograr una gestión eficiente y efectiva del sector.
Desafíos Adicionales: Logística, Comercialización y Valor Agregado
Además de los desafíos relacionados con la cantidad de capturas y los costos, el sector langostinero enfrenta otros desafíos importantes en materia de logística, comercialización y valor agregado. La infraestructura portuaria y terrestre es insuficiente para atender la demanda actual, lo que genera cuellos de botella y aumenta los costos de transporte. Es necesario invertir en la modernización de los puertos y en la mejora de las conexiones terrestres.
En cuanto a la comercialización, es fundamental diversificar los mercados de destino y reducir la dependencia de unos pocos compradores. La promoción del langostino argentino en el exterior y la participación en ferias internacionales pueden contribuir a aumentar las exportaciones. Asimismo, es importante invertir en la creación de productos de valor agregado, como langostinos pelados y congelados, que permitan obtener mayores márgenes de ganancia.
Fuente: https://partedepesca.com.ar/d/pescar-mas-o-pescar-menos-la-dificil-decision-de-cara-a-2026/
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