Langostino: Suspensión de Pesca por Clima Adverso y Falta de Planificación Estatal

La reciente suspensión de la prospección de langostino en las subáreas 4 y 5 de la Zona de Veda Permanente de Juveniles de Merluza (ZVPJM) ha puesto de manifiesto una problemática recurrente en el sector pesquero argentino: la falta de coordinación entre los organismos estatales y la vulnerabilidad de la planificación ante las condiciones climáticas. Este incidente, que ha generado incertidumbre y pérdidas económicas para las empresas del sector, no es un caso aislado, sino un síntoma de una estructura que adolece de previsión y responsabilidad estratégica. El presente artículo analizará en profundidad las causas y consecuencias de esta suspensión, explorando las implicaciones para la industria pesquera y la necesidad urgente de una gestión más eficiente y coordinada.

El Contexto de la Suspensión: Condiciones Climáticas y la Flota Fresquera

La Subsecretaría de Pesca de la Nación, a través de la nota NO-2025-67276924-APN-DNCYFP%MEC, formalizó la suspensión de la prospección de langostino, inicialmente programada para el 18 de junio. La decisión se fundamentó en “motivos operativos, vinculados a condiciones climáticas adversas” que imposibilitaron la realización de las tareas de pesca. La flota fresquera, principal protagonista de este segundo llamado a la prospección, se vio impedida de iniciar las maniobras debido a un temporal que azotó la zona con vientos sostenidos del sudoeste de hasta 50 nudos y una intensidad marítima de fuerza 7. Las embarcaciones se vieron obligadas a buscar refugio, sin poder realizar ningún lance, lo que técnicamente significó que la prospección nunca comenzó.

Este escenario pone de relieve la importancia de considerar las condiciones meteorológicas en la planificación de las actividades pesqueras. La Zona de Veda Permanente de Juveniles de Merluza, por su ubicación geográfica, es particularmente susceptible a los cambios climáticos, lo que exige una monitorización constante y una capacidad de respuesta ágil por parte de las autoridades. La falta de previsión en este caso no solo ha afectado a la flota fresquera, sino que también ha retrasado la posible apertura a la pesca comercial del langostino en las subáreas mencionadas.

Implicaciones de la Suspensión: Retrasos en la Apertura Comercial y la Obligatoriedad de la Prospección

La notificación oficial de la Subsecretaría de Pesca dejó claro que la apertura a la pesca comercial del langostino en las subáreas 4 y 5 está condicionada a la realización de una nueva prospección con resultados positivos. Esto significa que, hasta que no se demuestre la presencia y abundancia del recurso, no se autorizará la explotación comercial. La obligatoriedad de cumplir con los días efectivos de búsqueda antes de habilitar cualquier explotación comercial es una medida que, en principio, busca garantizar la sostenibilidad del recurso y evitar la sobrepesca.

Sin embargo, la suspensión de la prospección inicial ha generado un retraso significativo en el proceso, lo que a su vez genera incertidumbre en el sector. Las empresas pesqueras, que ya habían movilizado recursos humanos y logísticos para la prospección, se enfrentan ahora a la necesidad de reprogramar sus operaciones y asumir costos adicionales. Este retraso también puede tener un impacto negativo en la disponibilidad del langostino en el mercado, lo que podría afectar a los consumidores y a otros actores de la cadena de valor.

La Habilitación "a la Ligera" y la Falta de Margen Operativo

La situación se agrava aún más al considerar que la habilitación del operativo exploratorio se emitió con escaso margen operativo y, según algunos sectores, “a la ligera”. La combinación de condiciones meteorológicas extremas y una habilitación apresurada dejó a la flota fuera del área de prospección y sin capturas. Esta situación plantea interrogantes sobre los criterios utilizados para la toma de decisiones y la necesidad de una evaluación más exhaustiva de los riesgos antes de autorizar cualquier actividad pesquera.

La falta de coordinación entre los organismos estatales también se evidencia en la aparente subestimación de las condiciones climáticas. A pesar de que se venía informando sobre la posibilidad de un temporal, la habilitación se otorgó sin tener en cuenta la vulnerabilidad de la zona y la capacidad de la flota para operar en condiciones adversas. Esta falta de previsión no solo ha generado pérdidas económicas para las empresas, sino que también ha puesto en riesgo la seguridad de las tripulaciones.

Fragilidad de la Planificación Estatal y Descoordinación Interinstitucional

La paralización de la campaña de langostino en aguas nacionales expone la fragilidad de la planificación estatal y la alarmante descoordinación entre los organismos que deberían anticipar –y no padecer– las condiciones del mar argentino. La subestimación de la contingencia climática ha generado costos operativos millonarios para las empresas que movilizan recursos humanos y logísticos de gran magnitud. Este incidente no es un caso aislado, sino un reflejo de una estructura que adolece de previsión y responsabilidad estratégica.

La falta de una visión integral y coordinada de la gestión pesquera impide aprovechar plenamente el potencial de este sector. La Subsecretaría de Pesca, la Prefectura Naval Argentina y otros organismos involucrados deben trabajar en conjunto para mejorar la planificación, la monitorización y la respuesta ante las condiciones climáticas. Es fundamental establecer protocolos claros y eficientes para la toma de decisiones, así como invertir en tecnología y capacitación para mejorar la capacidad de predicción y gestión de riesgos.

El Sector Pesquero Argentino: Generación de Divisas y la Necesidad de un Estado Rector Eficaz

En un país donde la pesca representa una de las pocas actividades con capacidad real de generación de divisas, el inicio de temporada queda cautivo de un sistema que oscila entre la desidia y la improvisación. El sector privado, que es el principal motor de la industria pesquera, paga las consecuencias de un Estado que no ejerce su rol rector con rigor técnico ni con responsabilidad estratégica. La falta de una política pesquera clara y consistente dificulta la inversión, la innovación y el desarrollo sostenible del sector.

Es necesario un cambio de paradigma en la gestión pesquera, que priorice la planificación a largo plazo, la coordinación interinstitucional y la participación del sector privado. El Estado debe asumir su rol de rector, estableciendo reglas claras y transparentes, promoviendo la investigación científica y tecnológica, y garantizando la sostenibilidad del recurso. Solo así se podrá aprovechar plenamente el potencial de la pesca argentina y asegurar su contribución al desarrollo económico y social del país.

La Importancia de la Inversión en Tecnología y Monitoreo

La inversión en tecnología de punta para el monitoreo de las condiciones climáticas y oceánicas es crucial para mejorar la planificación y la seguridad de las operaciones pesqueras. Sistemas de alerta temprana, modelos de predicción meteorológica más precisos y el uso de datos satelitales pueden proporcionar información valiosa para la toma de decisiones. Además, es fundamental fortalecer la capacidad de las embarcaciones para operar en condiciones adversas, invirtiendo en equipos de navegación y comunicación de última generación.

El monitoreo constante de las poblaciones de peces y la evaluación del impacto de la pesca en el ecosistema marino son también esenciales para garantizar la sostenibilidad del recurso. La investigación científica y la colaboración con instituciones académicas y centros de investigación pueden proporcionar información valiosa para la gestión pesquera. La implementación de sistemas de trazabilidad y control de capturas puede ayudar a prevenir la pesca ilegal y garantizar la transparencia en la cadena de valor.

El Rol de la Participación del Sector Privado en la Gestión Pesquera

La participación activa del sector privado en la gestión pesquera es fundamental para garantizar la eficacia y la legitimidad de las políticas públicas. Las empresas pesqueras, que son las que mejor conocen las condiciones del mar y las características del recurso, pueden aportar información valiosa para la toma de decisiones. La creación de espacios de diálogo y consulta entre el Estado y el sector privado puede facilitar la identificación de problemas y la búsqueda de soluciones conjuntas.

La promoción de la responsabilidad social empresarial y la adopción de prácticas pesqueras sostenibles son también importantes para garantizar la viabilidad a largo plazo del sector. Las empresas pesqueras deben comprometerse a respetar las regulaciones ambientales, a minimizar el impacto de sus operaciones en el ecosistema marino y a contribuir al desarrollo de las comunidades locales. La transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para generar confianza y fortalecer la relación entre el Estado y el sector privado.

Fuente: https://pescare.com.ar/prospeccion-de-langostino-suspendida-hasta-nuevo-aviso/