Lijnbaan: La Calle Más Antigua de Europa que Revolucionó las Ciudades Modernas
Las ciudades son palimpsestos, capas de historia grabadas en piedra, adoquín y asfalto. Cada calle, plaza y avenida cuenta una historia, pero algunas son más elocuentes que otras. En el corazón de los Países Bajos, en la moderna ciudad de Róterdam, se encuentra una calle que desafía las convenciones y redefine la noción misma de espacio urbano: Lijnbaan. Más que una simple vía comercial, Lijnbaan es un testimonio de la resiliencia, la innovación y la visión de futuro. Este artículo explora la fascinante historia de la calle más antigua del mundo aún en uso, desde sus humildes orígenes como un centro de producción de cuerdas hasta su transformación en un pionero peatonal que inspiró a ciudades de todo el planeta.
- Los Orígenes de Lijnbaan: De Fábrica de Cuerdas a Centro Comercial
- La Revolución Peatonal: El Nacimiento de la Primera Calle Peatonal Comercial
- El Diseño Innovador de Lijnbaan: Un Modelo para el Urbanismo Moderno
- La Decadencia y el Renacimiento de Lijnbaan: Superando los Desafíos
- Lijnbaan Hoy: Un Símbolo de Resiliencia Urbana
Los Orígenes de Lijnbaan: De Fábrica de Cuerdas a Centro Comercial
El nombre “Lijnbaan” revela sus raíces: significa literalmente “carrera de lino” en neerlandés. Durante los siglos XVII y XIX, la zona albergó una próspera fábrica de cuerdas, un elemento esencial para la industria marítima de Róterdam, un puerto crucial en el comercio global. Esta actividad comercial sentó las bases para el futuro desarrollo de la calle, convirtiéndola en un punto de encuentro para mercaderes y trabajadores. Aunque la fábrica de cuerdas eventualmente desapareció, el nombre perduró, manteniendo viva la memoria de su pasado industrial. La zona, incluso antes de la fábrica, ya era un centro de actividad, un lugar donde se intercambiaban bienes y se forjaban relaciones comerciales.
Sin embargo, la Lijnbaan que conocemos hoy es producto de una tragedia y una oportunidad. Los devastadores bombardeos de la Segunda Guerra Mundial redujeron Róterdam a escombros, destruyendo gran parte de su centro histórico. Esta catástrofe, aunque terrible, brindó a la ciudad la oportunidad única de reconstruirse desde cero, de reimaginar su futuro urbano. La destrucción total de la infraestructura existente permitió a los planificadores urbanos experimentar con ideas innovadoras y desafiar las convenciones del diseño urbano tradicional.
La Revolución Peatonal: El Nacimiento de la Primera Calle Peatonal Comercial
En 1953, Róterdam inauguró la Lijnbaan como la primera calle peatonal comercial del mundo. Esta decisión audaz marcó un punto de inflexión en la historia del urbanismo, desafiando la primacía del automóvil en el diseño de las ciudades. Los arquitectos holandeses Van den Broek & Bakema concibieron un espacio donde los peatones pudieran disfrutar de un entorno seguro, cómodo y atractivo para las compras y el esparcimiento. La ausencia de tráfico motorizado no solo mejoró la calidad del aire y redujo el ruido, sino que también fomentó un sentido de comunidad y conexión social.
La idea de una calle exclusivamente para peatones era radical para su época. Muchos comerciantes temían que la falta de acceso en coche disuadiera a los clientes. Sin embargo, la realidad demostró lo contrario. La Lijnbaan se convirtió en un éxito instantáneo, atrayendo a multitudes de personas que buscaban una experiencia de compra diferente y más agradable. La calle se convirtió rápidamente en un símbolo de modernidad y prosperidad, un escaparate de la innovación neerlandesa.
El Diseño Innovador de Lijnbaan: Un Modelo para el Urbanismo Moderno
El diseño de la Lijnbaan era tan innovador como su concepto. Con una longitud de 510 metros, la calle presentaba una serie de características que la distinguían de las calles comerciales tradicionales. Amplios escaparates, jardines, bancos y esculturas creaban un ambiente acogedor y estimulante. La ausencia de barreras arquitectónicas facilitaba el acceso a personas con movilidad reducida, un aspecto poco común en la época. La iluminación cuidadosamente planificada realzaba la belleza de la calle y creaba una atmósfera segura y atractiva durante la noche.
La Lijnbaan no solo era una calle comercial, sino también un espacio público donde las personas podían reunirse, socializar y disfrutar de su tiempo libre. La presencia de áreas verdes y zonas de descanso fomentaba la interacción social y creaba un sentido de comunidad. El diseño de la calle también tenía en cuenta las necesidades de los comerciantes, proporcionándoles un espacio atractivo y funcional para exhibir sus productos.
El éxito de la Lijnbaan inspiró a ciudades de todo el mundo a adoptar el modelo de calle peatonal. Decenas de países replicaron el concepto, transformando sus centros urbanos en espacios más amigables para los peatones. La Lijnbaan se convirtió en un referente global en el diseño urbano, demostrando que las ciudades podían ser más habitables, sostenibles y atractivas.
La Decadencia y el Renacimiento de Lijnbaan: Superando los Desafíos
A pesar de su éxito inicial, la Lijnbaan enfrentó un período de decadencia en los años 80. El fallecimiento de los comerciantes originales, sumado a la aparición de nuevos centros comerciales en las afueras de la ciudad, provocó una disminución en la afluencia de visitantes. La calle perdió parte de su brillo y, en algunos momentos, incluso se volvió insegura. La competencia de los centros comerciales, con su amplio estacionamiento y variedad de tiendas, representó un desafío importante para la Lijnbaan.
La falta de inversión y mantenimiento también contribuyó a la decadencia de la calle. Los escaparates se volvieron obsoletos, los jardines se descuidaron y la iluminación se deterioró. La Lijnbaan perdió su atractivo original y se convirtió en un lugar menos deseable para visitar. La imagen de la calle se vio empañada por la delincuencia y la falta de seguridad.
Sin embargo, a partir de 2010, el gobierno neerlandés impulsó un ambicioso plan de renovación para devolverle a la Lijnbaan su esplendor original. Se invirtieron millones de euros en la modernización de la infraestructura, la mejora de la iluminación y la creación de nuevos espacios verdes. Se atrajeron a nuevos comerciantes y se promovió la diversidad de la oferta comercial. El objetivo era transformar la Lijnbaan en un destino atractivo para los residentes y turistas.
Lijnbaan Hoy: Un Símbolo de Resiliencia Urbana
Hoy, Lijnbaan es mucho más que una calle comercial: es un símbolo de resiliencia urbana. Su historia refleja cómo una ciudad puede reinventarse tras la destrucción, y cómo una simple calle puede convertirse en un referente global. La Lijnbaan ha demostrado que las ciudades pueden ser más habitables, sostenibles y atractivas si se prioriza el bienestar de los peatones.
La calle ha recuperado su vitalidad y se ha convertido en un lugar de encuentro para personas de todas las edades y orígenes. La oferta comercial es diversa y atractiva, con tiendas de moda, restaurantes, cafeterías y bares. La presencia de eventos culturales y actividades recreativas atrae a multitudes de visitantes. La Lijnbaan es un ejemplo de cómo una calle puede ser un motor de desarrollo económico y social.
Aunque existen otras calles en Europa con orígenes más antiguos, como la Rue Sainte-Catherine en Burdeos, que sigue el trazado de una vía romana, ninguna ha mantenido una función urbana tan continua y transformadora como Lijnbaan. La Lijnbaan no solo es una calle antigua, sino también una calle innovadora, una calle que ha marcado un antes y un después en la historia del urbanismo. Su legado perdura hasta nuestros días, inspirando a ciudades de todo el mundo a crear espacios urbanos más amigables para los peatones.
Fuente: https://www.huffingtonpost.es//sociedad/este-pais-europa-calle-mas-antigua-mundo.html
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