Los misteriosos momentos finales del cerebro humano
La muerte, un enigma que ha cautivado a científicos y filósofos por igual, esconde un secreto en sus últimos momentos: la actividad cerebral. La investigación de la neurocientífica Jimo Borjigin ha arrojado nueva luz sobre este misterio, revelando un asombroso estallido de actividad en el cerebro en el instante de la muerte.
El cerebro en el umbral de la muerte
Tradicionalmente, la muerte se definía por la ausencia de pulso, marcando el cese de la circulación y el flujo de oxígeno al cerebro. Sin embargo, los estudios de Borjigin desafían esta noción, mostrando un panorama diferente de la actividad cerebral en los momentos finales de la vida.
En sus experimentos con ratas, Borjigin observó una intensa actividad de neurotransmisores tras el cese del corazón. Sustancias como la serotonina, conocida por sus propiedades alucinógenas, inundaban el cerebro, lo que la llevó a preguntarse si algo similar podría estar ocurriendo en los humanos.
Misterio humano: actividad cerebral en el momento de la muerte
Para investigar esta posibilidad, Borjigin y su equipo estudiaron a pacientes humanos en coma con soporte vital. Al retirar el soporte, observaron una elevada actividad cerebral en dos de ellos, especialmente en las ondas gamma relacionadas con el procesamiento complejo de información y la memoria.
A diferencia de las ratas, donde toda la estructura cerebral se activaba, en los humanos solo ciertas áreas específicas mostraban esta actividad. Estas áreas incluían la zona caliente cortical posterior, vinculada a la percepción sensorial y las alucinaciones, y el área de Wernicke, asociada al lenguaje y la audición.
Mecanismo de supervivencia
Estos hallazgos sugieren que, incluso en los momentos finales, el cerebro humano puede estar en un estado de hiperactividad, particularmente en áreas relacionadas con funciones cognitivas conscientes. Borjigin propone que esta actividad podría ser parte de un mecanismo de supervivencia del cerebro ante la privación de oxígeno.
El cerebro, como una familia que enfrenta una crisis económica, prioriza y ajusta sus recursos para sobrevivir. De manera similar, el cerebro podría estar ajustando sus funciones esenciales cuando se ve privado de oxígeno, lo que lleva a la actividad cerebral observada.
Experiencias cercanas a la muerte
La intensa actividad cerebral observada en los momentos finales podría estar relacionada con las experiencias cercanas a la muerte (ECM). Muchas personas que han estado al borde de la muerte reportan haber visto una luz intensa o haber tenido sensaciones de salir del cuerpo.
Borjigin sugiere que estas experiencias podrían ser el resultado de la activación de las cortezas visuales durante la fase de hiperactividad cerebral. Sus estudios revelaron que alrededor del 20-25% de los sobrevivientes de un paro cardíaco reportaron haber visto una luz, lo que apoya esta hipótesis.
El cerebro: un testigo o un actor
Los hallazgos de Borjigin desafían la noción tradicional de que el cerebro se apaga durante un paro cardíaco. En cambio, sugiere que el cerebro podría tener un papel activo en la respuesta a la falta de oxígeno.
Esta investigación abre nuevas vías para explorar la naturaleza de la muerte y cómo el cerebro se enfrenta a su inminente final. Comprender mejor la actividad cerebral en este momento crucial podría cambiar nuestra percepción de la muerte misma y mejorar los diagnósticos.
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