Los sacrificios de niños mayas: Revelan el pecho abierto de 76 niños energizando cosechas
La impactante investigación arqueológica en Chichén Itzá ha desvelado el sacrificio ritual de 76 niños varones, con sus pechos abiertos, para potenciar los cultivos. El lugar, situado en el corazón de la península de Yucatán, ha ofrecido fascinantes pruebas del sacrificio humano, alimentado por una profunda creencia en la interconexión del mundo natural y espiritual.
Los niños sacrificados: un vínculo inquietante
El análisis genético de los restos de 64 niños enterrados en un chultún (cisterna de agua) reveló que todos eran varones, refutando la creencia generalizada de que las mujeres eran las principales víctimas de los sacrificios. sorprendentemente, se descubrieron dos pares de gemelos idénticos, lo que indica un cuidadoso proceso de selección y preparación de las víctimas. La investigación reveló que al menos una cuarta parte de los niños estaban estrechamente relacionados, compartiendo dietas similares y, probablemente, criados en el mismo hogar.
El simbolismo del sacrificio: una conexión con el inframundo
Los antiguos mayas asociaban las cuevas, los cenotes y los chultunes con el sacrificio de niños. Estas características subterráneas se consideraban puntos de conexión con el inframundo, un reino sobrenatural donde habitaban los espíritus de los muertos. La ubicación del chultún utilizado para los sacrificios, cerca del Cenote Sagrado, un sumidero natural, subraya la importancia del simbolismo y la creencia en el viaje del alma después de la muerte.
El sacrificio como una práctica ritual: un acto de devoción
Los sacrificios rituales en Chichén Itzá no eran actos aleatorios de violencia, sino prácticas profundamente arraigadas en las creencias religiosas y sociales. Se creía que el sacrificio de niños varones abría un portal de comunicación con el inframundo, trayendo bendiciones y prosperidad a la comunidad. Los niños eran vistos como puros e inocentes, poseedores de un poder especial que podía mediar entre los mortales y los dioses.
El legado del sacrificio: un recordatorio de un pasado oscuro
Los sacrificios rituales en Chichén Itzá continuaron durante siglos, lo que refleja la perdurable creencia en su eficacia para asegurar la prosperidad y el favor divino. El descubrimiento de los restos de los niños sacrificados sirve как un recordatorio inquietante de la fascinante pero a la vez oscura compleja realidad de las culturas antiguas. La investigación en curso ilumina las prácticas rituales y las creencias de los antiguos mayas, ofreciendo una nueva apreciación de su compleja cosmovisión.
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