Medicina Prehistórica: Las Primeras Médicas Fueron Mujeres y el Poder de las Plantas
Desde las profundidades del tiempo, la prehistoria nos ofrece un fascinante, aunque fragmentario, vistazo a los orígenes de la humanidad y, sorprendentemente, a los albores de la medicina. Lejos de la imagen de hombres cazadores como únicos protagonistas, la evidencia arqueológica y genética revela un papel central de las mujeres en el desarrollo de las primeras prácticas curativas. Este artículo explora la medicina prehistórica, desentrañando el conocimiento ancestral de las plantas, las técnicas de parto y el papel fundamental de las mujeres como las primeras médicas y sanadoras de la humanidad.
- El Universo, la Tierra y el Surgimiento del Hombre: Un Contexto Temporal
- Paleopatología: Desenterrando la Salud del Pasado
- Las Primeras Médicas: El Rol Central de las Mujeres en la Medicina Prehistórica
- La Farmacopea Prehistórica: Un Tesoro de Conocimiento Ancestral
- El Parto en la Prehistoria: Autonomía y el Origen de las Matronas
- Las Venus Prehistóricas: Símbolos de Fertilidad y Conocimiento
- Genética y Poder Femenino: Revelaciones de la Gran Bretaña Celta
El Universo, la Tierra y el Surgimiento del Hombre: Un Contexto Temporal
El universo, con una edad estimada de 15.000 millones de años, vio nacer a la Tierra hace aproximadamente 5.000 millones de años. La aparición del ser humano, en cambio, es un evento relativamente reciente, datado hace apenas 5 o 6 millones de años. La prehistoria, término acuñado en el siglo XIX, abarca el extenso período desde la aparición de la vida humana hasta la invención de la escritura alrededor del 4000 a.C. Esta vasta etapa se subdivide en Paleolítico, Mesolítico, Neolítico y Edad de los Metales, cada uno con sus propias características y desafíos para la supervivencia.
El estudio de la prehistoria y, por ende, de la medicina prehistórica, se basa en diversas fuentes de evidencia. Los restos óseos, las momias, las analogías con las enfermedades de los primates y los restos culturales como dibujos y pinturas rupestres, proporcionan pistas valiosas sobre las enfermedades, las lesiones y las prácticas curativas de nuestros antepasados. En las últimas décadas, la paleogenética, el estudio del ADN antiguo, ha revolucionado este campo, permitiendo obtener información molecular sobre la salud y la genética de los humanos prehistóricos.
Paleopatología: Desenterrando la Salud del Pasado
La paleopatología, la rama de la medicina que estudia las enfermedades del pasado, es una herramienta esencial para comprender la salud de las poblaciones prehistóricas. El análisis de restos óseos puede revelar signos de enfermedades infecciosas, lesiones traumáticas, deficiencias nutricionales y enfermedades congénitas. Por ejemplo, se han encontrado evidencias de tuberculosis, lepra, artritis y caries en restos prehistóricos. El estudio de las momias, especialmente aquellas conservadas en condiciones áridas, ofrece una visión aún más detallada de las enfermedades y las prácticas curativas.
La comparación con las enfermedades de los primates, nuestros parientes evolutivos más cercanos, también puede proporcionar información valiosa. Algunas enfermedades que afectan a los primates, como el paludismo y la fiebre amarilla, probablemente también afectaron a los humanos prehistóricos. Además, el estudio de los restos culturales, como los dibujos rupestres que representan escenas de caza o rituales, puede ofrecer pistas sobre las creencias y las prácticas relacionadas con la salud y la enfermedad.
Las Primeras Médicas: El Rol Central de las Mujeres en la Medicina Prehistórica
Durante mucho tiempo, la historia de la prehistoria se ha contado desde una perspectiva masculina, enfatizando el papel de los hombres como cazadores y proveedores. Sin embargo, la evidencia arqueológica y antropológica reciente ha demostrado que las mujeres desempeñaron un papel mucho más importante de lo que se creía, especialmente en el ámbito de la medicina. La idea de que las mujeres no eran aptas para la caza debido a su menor fuerza física ha sido refutada, demostrando que poseían una musculatura fuerte y que participaban activamente en la caza menor y en otras actividades que requerían vigor físico.
La recolección de plantas, una tarea que probablemente recayó en gran medida en las mujeres, fue fundamental para el desarrollo de la medicina prehistórica. Las mujeres poseían un conocimiento profundo de las propiedades medicinales de las plantas, que utilizaban para tratar una amplia variedad de enfermedades y lesiones. Se han encontrado evidencias de que los neandertales ya utilizaban cataplasmas de plantas para calmar el dolor hace 40.000 años, y en la cueva de El Sidrón (España) se encontró un individuo que trató un absceso dental con una pasta vegetal rica en salicilato, un precursor de la aspirina.
La Farmacopea Prehistórica: Un Tesoro de Conocimiento Ancestral
El estudio de coprolitos, heces fosilizadas, ha revelado la existencia de una rica farmacopea prehistórica. Un análisis de coprolitos de 8.000 años de antigüedad encontrados en Brasil reveló el uso de astringentes para tratar problemas intestinales, antiparasitarios para combatir infecciones, analgésicos para aliviar el dolor, expectorantes para facilitar la respiración y remedios para problemas respiratorios. Estas plantas, como la Caesalpina, la Terminalia, el Chenopodium, la Bauhinia, la Cecropia, la Cohoba anadenanthera y la Cydonia, demuestran el amplio conocimiento que poseían los humanos prehistóricos sobre las propiedades medicinales de las plantas.
Es probable que las mujeres prehistóricas dominaran el uso terapéutico de las plantas y que fueran ellas las primeras médicas de la humanidad. Su conocimiento se transmitía oralmente de generación en generación, y las estatuillas de las Venus, con sus marcados atributos femeninos, pudieron haber jugado un papel importante en la transmisión de este conocimiento, no solo en relación con la reproducción y el alumbramiento, sino también con la fecundidad y la salud en general.
El Parto en la Prehistoria: Autonomía y el Origen de las Matronas
La posición del parto en la prehistoria era probablemente vertical, ya sea de rodillas, de cuclillas o de pie. Esta postura permitía a la madre conservar cierta autonomía y parir sin la necesidad de ayuda externa. En algunas culturas actuales, como la tribu San de Kalahari, las mujeres dan a luz de forma solitaria en el desierto. No es difícil imaginar que la figura de la comadrona, la mujer paleosabia, surgió de forma temprana, transmitiendo sus conocimientos y habilidades a otras mujeres.
Las mujeres prehistóricas también poseían conocimientos sobre el control de la natalidad. Se ha observado que las cabras consumen díctamo, una hierba asociada al orégano, para provocar el aborto. Es posible que algunas mujeres prehistóricas hayan utilizado esta técnica para deshacerse de embarazos no deseados. La tribu de los San o bosquimanos del Kalahari, donde las mujeres deciden sobre la vida o la muerte del bebé recién nacido, ilustra la autonomía que las mujeres podían tener en relación con la reproducción.
Las Venus Prehistóricas: Símbolos de Fertilidad y Conocimiento
Las estatuillas de las Venus, representaciones de mujeres prehistóricas con marcados atributos femeninos, fueron acuñadas por los primeros prehistoriadores a finales del siglo XIX. Se han encontrado cerca de un centenar de estas estatuillas, esculpidas en piedra, marfil o hueso, con una altura promedio de 10 cm. Sus características distintivas incluyen caderas, muslos, pechos y un triángulo vulvar prominentes. A menudo, las cabezas carecen de boca y ojos, y están ligeramente inclinadas hacia adelante.
Aunque inicialmente se consideraron retratos fidedignos de las mujeres prehistóricas, la teoría actual sugiere que las Venus eran más bien una proyección de un ideal de fertilidad y abundancia. Los pliegues en caderas, muslos y vientre no reflejan necesariamente el estilo de vida activo de las mujeres prehistóricas, que poseían una musculatura robusta tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, estas estatuillas siguen siendo un testimonio de la importancia de la fertilidad y la mujer en la sociedad prehistórica.
Genética y Poder Femenino: Revelaciones de la Gran Bretaña Celta
Análisis recientes de ADN revelan que en la Gran Bretaña celta, las mujeres tenían un poder significativo y los hombres se unían a sus familias. Este hallazgo desafía las concepciones tradicionales sobre la estructura social de las sociedades celtas, sugiriendo que las mujeres desempeñaban un papel central en la toma de decisiones y en la transmisión de la herencia. Este descubrimiento, junto con la evidencia arqueológica y antropológica, refuerza la idea de que las mujeres fueron mucho más que simples recolectoras y madres en la prehistoria.
La medicina prehistórica, por lo tanto, no puede entenderse sin reconocer el papel fundamental de las mujeres. Su conocimiento de las plantas, sus habilidades en el parto y su capacidad para transmitir conocimientos de generación en generación las convirtieron en las primeras médicas y sanadoras de la humanidad. Su legado perdura hasta nuestros días, recordándonos la importancia de valorar y reconocer el conocimiento ancestral de las mujeres.
Fuente: https://www.muyinteresante.com/historia/prehistoria-medicina-chamanes-trepanaciones.html
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