Microplásticos: Alarma por su duplicación y riesgos para la salud
Los microplásticos, pequeños fragmentos de plástico de menos de 5 mm de diámetro, se han convertido en una preocupación creciente para los científicos y los responsables políticos. Originados a partir de diversas fuentes, como neumáticos, textiles, cosméticos, pinturas y la degradación de plásticos más grandes, estos diminutos fragmentos están omnipresentes en nuestro medio ambiente y en nuestros propios cuerpos.
Evidencias alarmantes
En las últimas dos décadas, las investigaciones sobre microplásticos han proporcionado pruebas contundentes de sus efectos nocivos a escala global. La fauna se ve perjudicada, las sociedades se ven afectadas y hay pruebas crecientes de que también pueden suponer un riesgo para los humanos. Los microplásticos se han detectado en la sangre, los pulmones, la médula ósea e incluso en la leche materna, lo que plantea interrogantes sobre sus posibles consecuencias para la salud humana.
"Después de dos décadas de investigación, hay pruebas claras de los efectos perjudiciales de los microplásticos a nivel global. Está dañando la fauna, afectando a las sociedades y, cada vez más, tenemos evidencias de que también puede ser peligroso para los humanos", afirma el profesor Richard Thompson, de la Universidad de Plymouth y autor principal del primer estudio sobre microplásticos en 2004.
Aunque el impacto de los microplásticos en la salud humana aún se está investigando, los primeros estudios los relacionan con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, problemas respiratorios e incluso el desarrollo de células cancerosas. Los investigadores señalan que, aunque el cuerpo expulsa algunas partículas, otras permanecen en nuestros órganos durante mucho tiempo, lo que podría provocar inflamación y otros problemas de salud a largo plazo.
Acción urgente
Los científicos piden paciencia y rigor en la investigación, pero también instan a una acción urgente. Desde 2004, la cantidad de microplásticos en los océanos ha aumentado un 50%, y la situación no muestra signos de mejora. Si no se toman medidas "para 2040 veremos el doble de microplásticos en el medio ambiente", advierte Thompson.
Varios países han implementado regulaciones para frenar la producción de microplásticos, pero los expertos señalan que es necesario un esfuerzo global coordinado. La ONU está trabajando en un acuerdo internacional para reducir la producción mundial de plásticos, incluidos los microplásticos. Los expertos consideran que este tratado es esencial para frenar el problema.
Los investigadores enfatizan que las soluciones no deben esperar a tener todos los datos. "Las pruebas son más que suficientes para justificar una acción inmediata", sostiene la Dra. Karen Raubenheimer, de la Universidad de Wollongong. Señalan que se necesitan políticas globales que no solo regulen los plásticos sino que también promuevan su rediseño para evitar su conversión en microplásticos.
La clave es involucrar a la sociedad en este proceso. Para que el cambio sea efectivo, las alternativas al plástico y a los microplásticos deben ser accesibles y asequibles. De lo contrario, advierten, cualquier esfuerzo por reducir su producción se limitará a una élite, mientras que los microplásticos continuarán propagándose por el planeta, dañando la salud humana y el medio ambiente.
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