Millonario incendia mansión para negarla a su exesposa: "No se quedará con nada"
Un escándalo que va más allá del deporte, un golfista profesional británico se encuentra en medio de un escándalo policial tras incendiar su mansión para evitar que su exesposa la obtuviera como parte del acuerdo de divorcio.
El millonario golfista Francis McGuirk prende fuego a su mansión para negarle su parte a su exesposa
Motivado por el desprecio y la determinación de no dejar nada a su exesposa, Francis McGuirk, un golfista profesional británico, tomó la drástica medida de prender fuego a la mansión que debía entregar como parte de su acuerdo de divorcio. El valor de la propiedad, ubicada en la ciudad inglesa de Sandwich, supera el millón de euros.
El encierro y el intento de incendio
McGuirk irrumpió en la residencia que alguna vez compartió con su expareja y sus tres hijos, se encerró y procedió a intentar quemar el lugar. Bloqueó las cerraduras desde el interior para impedir el acceso y dejó una nota explicativa.
Sarah (su exesposa) estaba en una cena la noche del incidente. Sabiendo que la vivienda estaría desocupada, McGuirk bloqueó las puertas y manipuló las cerraduras desde el interior. - Caroline Knight, Fiscal del caso
Inicialmente, intentó iniciar el fuego con aceite de cocina sin éxito. Posteriormente, prendió fuego a cojines en el salón utilizando líquido para encendedores.
La intervención de los vecinos y la confesión
Los vecinos alertaron a los servicios de emergencia al detectar el siniestro, lo que permitió sofocar las llamas a tiempo, lo que provocó daños menores a la propiedad. McGuirk envió mensajes a su exesposa advirtiendo que "quemaría la casa hasta los cimientos" y amenazó con "tirar a Dolly (la perra de la familia) por la ventana en el último minuto" para garantizar su seguridad.
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Según los bomberos, McGuirk rechazó el tratamiento médico para sus quemaduras leves y expresó mayor preocupación por rescatar al animal. Una vez calmado, confesó que su única intención era dejar a su esposa sin nada.
Condena condicional y libertad condicional
La justicia impuso a McGuirk una condena condicional de dos años, considerando como atenuante que actuó bajo un estado de despecho e intentó quitarse la vida esa misma noche. Se le advirtió que cualquier delito cometido durante ese período podría resultar en consecuencias más severas. Tras la sentencia, fue puesto en libertad condicional.
El desprecio y la desesperación llevan a la autodestrucción
El caso de Francis McGuirk es un claro ejemplo de cómo el odio y el desprecio pueden nublar el juicio y llevar a acciones autodestructivas. La determinación de McGuirk de privar a su exesposa de cualquier beneficio del divorcio lo llevó a cometer un delito grave que no solo puso en riesgo a su familia y propiedad, sino que también destruyó su propia vida.
El incidente es un recordatorio de que la venganza nunca es la respuesta y que los conflictos deben resolverse a través de canales legales y civilizados. El camino de la destrucción y la autodestrucción solo conduce a más dolor y sufrimiento.
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