Modifica CAA: Desregulación impulsa comercio exterior de alimentos con desafíos para industria conservera
**Impacto de la Reforma del Código Alimentario Argentino en la Industria Conservera Marplatense**
Cambios Significativos en la Regulación del Comercio Exterior
La reciente modificación del Código Alimentario Argentino (CAA), impulsada por el Gobierno, marca un cambio significativo en el comercio exterior de alimentos, con implicaciones directas en la industria conservera marplatense.
Esta reforma promete optimizar los procesos regulatorios y, al mismo tiempo, reducir los costos asociados a la importación de productos alimenticios, en un esfuerzo por hacer más accesibles los alimentos para los argentinos y fortalecer las importaciones y exportaciones del país.
Desregulación de las Importaciones
El eje central de esta medida es la desregulación de las importaciones, específicamente en lo que respecta a los alimentos provenientes de países con sistemas de control sanitario reconocidos y similares o superiores a los nacionales.
Entre los países que se benefician de esta flexibilización se encuentran Australia, Canadá, la Unión Europea, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Israel, Japón, Tailandia, Indonesia y el Reino Unido, todos ellos con rigurosos estándares de seguridad alimentaria.
Implicaciones para la Industria Conservera Marplatense
Para la industria conservera marplatense, este cambio ofrece un doble desafío y oportunidad.
Por un lado, la mayor accesibilidad a alimentos importados, provenientes de mercados internacionales con altos estándares sanitarios, podría mejorar la competitividad de las empresas locales al diversificar las materias primas disponibles para la producción.
Por otro lado, este marco normativo podría plantear un riesgo para los productos nacionales si no se acompañan de una política que refuerce la calidad y la competitividad de las conservas argentinas frente a los productos extranjeros.
Oportunidades y Desafíos para las Exportaciones
La desregulación también introduce una nueva dinámica en las exportaciones de alimentos.
Bajo este nuevo régimen, los productores nacionales podrán exportar con mayor libertad, ajustándose únicamente a los requisitos del país receptor.
De esta forma, las empresas conserveras de Mar del Plata podrán acceder a nuevos mercados sin las barreras que antes limitaban su crecimiento.
Efectos Dependientes de la Implementación Efectiva
Si bien la medida tiene como objetivo la agilización y fluidez de los procedimientos y la reducción de costos, su impacto en la industria conservera dependerá de su implementación efectiva y de la capacidad de las empresas locales para adaptarse a este nuevo panorama de mayor competencia.
La posibilidad de importar materias primas más accesibles puede generar beneficios inmediatos, pero también plantea la necesidad de asegurar que la industria marplatense continúe destacándose por la calidad y la innovación de sus productos.
Desconexión entre Políticas Fiscales y Competitividad
Este paso hacia la desregulación del comercio exterior alimentario pone de relieve, con crudeza, la profunda desconexión entre las políticas fiscales del Estado y la competitividad de las industrias locales en el segmento internacional.
Aunque la reforma promete abaratar productos y fomentar exportaciones, omite abordar la raíz del problema: una cadena productiva industrial asfixiada por una carga impositiva desmesurada y desproporcionada.
El caso de la industria de la conserva marplatense, con su reconocida trayectoria y calidad, ilustra esta contradicción estructural.
Fuente: Autor
Impacto Tributario sobre la Industria Conservera
Cada lata de conserva que sale al mercado lleva consigo un peso fiscal que supera con creces el valor real de la materia prima procesada, convirtiendo al producto argentino en un bien costoso e incapaz de competir.
Este desequilibrio fiscal, lejos de impulsar el desarrollo industrial, condena a toda la industria procesadora a una posición de desventaja frente a competidores internacionales.
Crítica a la Política Impositiva
Es inadmisible que desde el ámbito gubernamental se critique el precio final de los productos destinados al consumidor, mientras se ignora deliberadamente el impacto devastador de una política impositiva voraz y desarticulada.
Así, la tan proclamada intención de «fomentar exportaciones abriendo la economía «, queda reducida a un espejismo, mientras la industria nacional lucha por sobrevivir en un entorno económico diseñado, paradójicamente, para limitar su potencial.
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