Mónica García busca revertir la privatización sanitaria y denuncia las listas de espera de Ayuso.
La sanidad pública española se encuentra en un punto de inflexión. La ministra de Sanidad, Mónica García, ha lanzado un ataque frontal contra la privatización sanitaria, acusando a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de “maquillar” las listas de espera y de favorecer un sistema que prioriza los beneficios económicos sobre la atención al paciente. Este artículo analiza en profundidad las propuestas de García para revertir la ley que abrió la puerta a la gestión privada en la sanidad, las acusaciones contra Ayuso y el escándalo destapado por las investigaciones sobre el grupo Ribera, así como las implicaciones para el futuro del Sistema Nacional de Salud.
- El Origen del Debate: La Ley de 2003 y la Puerta a la Privatización
- La Propuesta de García: Un Nuevo Marco Legal para la Sanidad Pública
- El Caso Ribera: Revelaciones sobre la Selección de Pacientes
- Acusaciones a Ayuso: "Maquillaje" de Listas de Espera y Desvío a la Privada
- El Futuro del Sistema Nacional de Salud: Un Debate Abierto
El Origen del Debate: La Ley de 2003 y la Puerta a la Privatización
El conflicto actual tiene sus raíces en una ley aprobada durante el mandato de José María Aznar en 2003. Esta normativa, según Mónica García, abrió la puerta a la participación de empresas con ánimo de lucro en la gestión de la sanidad pública. La ministra ha anunciado su intención de derogar o modificar sustancialmente esta ley, con el objetivo de proteger el carácter público y universal del Sistema Nacional de Salud. La ley de 2003 permitió la creación de modelos de colaboración público-privada que, en la práctica, han derivado en la gestión de hospitales y centros de salud por parte de empresas privadas, generando controversia sobre la calidad de la atención y la priorización de criterios económicos sobre las necesidades de los pacientes.
La crítica principal a estos modelos radica en la posibilidad de que las empresas privadas, al buscar maximizar sus beneficios, implementen estrategias de selección de pacientes, priorizando aquellos que requieren intervenciones menos costosas y evitando a aquellos con enfermedades crónicas o complejas que implican un mayor gasto. Esta práctica, conocida como “cherry-picking”, compromete la equidad del sistema y deja a los pacientes más vulnerables en una situación de desventaja. La ministra García ha insistido en que su objetivo es cerrar la puerta a estos esquemas depredadores y garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a una atención sanitaria de calidad, independientemente de su condición económica o su estado de salud.
La Propuesta de García: Un Nuevo Marco Legal para la Sanidad Pública
El Gobierno prevé aprobar una nueva ley del Sistema Nacional de Salud a principios de 2026. Esta ley, según la ministra García, limitará la participación de entidades privadas en la gestión sanitaria, estableciendo criterios más estrictos para garantizar que su objetivo principal sea la prestación de un servicio público de calidad, y no la obtención de beneficios económicos. La propuesta busca definir claramente qué entidades podrán participar en la gestión sanitaria y prohibir aquellos esquemas que incentiven la selección de pacientes. Se espera que la nueva normativa establezca mecanismos de control más rigurosos para evitar la aplicación de sistemas de selección de pacientes y garantizar la transparencia en la gestión de los recursos públicos.
La nueva ley no pretende eliminar por completo la participación del sector privado en la sanidad, pero sí establecer un marco regulatorio más claro y exigente. La ministra ha matizado que la norma no impedirá que las compañías privadas participen en la gestión sanitaria, pero sí impedirá que aquellas cuyo objetivo sea obtener beneficios puedan hacerlo. Esto significa que las empresas que deseen participar en la gestión de hospitales o centros de salud públicos deberán demostrar que su prioridad es la atención al paciente y la prestación de un servicio de calidad, y no la maximización de sus ganancias.
El Caso Ribera: Revelaciones sobre la Selección de Pacientes
La propuesta de García llega en un momento de gran tensión, tras la publicación de una investigación por parte de el medio, que reveló órdenes del CEO del grupo Ribera, Pablo Gallart, para evitar pacientes no rentables. Estas órdenes, que incluyen instrucciones para priorizar a pacientes con patologías menos complejas y rechazar a aquellos que requieren intervenciones costosas, han generado una gran indignación y han reavivado el debate sobre la privatización sanitaria. La investigación ha puesto de manifiesto la existencia de un sistema de selección de pacientes en el hospital de Alzira, gestionado por Ribera, que prioriza los beneficios económicos sobre la atención a los pacientes más necesitados.
Mónica García ha calificado estas prácticas como inaceptables e incompatibles con el funcionamiento del Sistema Nacional de Salud. La ministra ha anunciado que no descarta emprender acciones penales contra los responsables de estas prácticas, ya que podrían haber generado graves perjuicios a los pacientes. Además, ha pedido a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que abra una investigación sobre lo sucedido, aunque duda de su voluntad real. García ha acusado a Ayuso de “maquillar” las cifras de las listas de espera y de favorecer un sistema que deriva a los pacientes a centros privados para mejorar las estadísticas.
Acusaciones a Ayuso: "Maquillaje" de Listas de Espera y Desvío a la Privada
La ministra García ha lanzado duras acusaciones contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acusándola de “maquillar” las cifras de las listas de espera y de mantener un sistema que favorece las derivaciones a centros privados. Según García, desde que Ayuso gobierna, el número de madrileños esperando una prueba diagnóstica ha aumentado significativamente, superando el millón de personas. Además, el tiempo de espera para pruebas diagnósticas ha aumentado, duplicándose en algunos casos. La ministra sostiene que la Comunidad de Madrid está incentivando la derivación de pacientes a hospitales privados como Quirón o Torrejón, aprovechando la “supuesta libre elección” para mejorar las estadísticas y reducir las listas de espera públicas.
García afirma que en estos centros privados existe un sistema de selección económica similar al destapado en Ribera, indicando que “lo que hemos escuchado en Torrejón es lo que lleva ocurriendo en Quirón desde hace muchos años”. La ministra ha denunciado que la Comunidad de Madrid está priorizando la imagen pública sobre la atención a los pacientes, y que está utilizando la “supuesta libre elección” como una excusa para desviar fondos públicos a la sanidad privada. La ministra ha pedido a Ayuso que abra una investigación sobre estas prácticas y que rinda cuentas a los ciudadanos.
El Futuro del Sistema Nacional de Salud: Un Debate Abierto
El debate sobre la privatización sanitaria y el futuro del Sistema Nacional de Salud está lejos de concluir. La propuesta de Mónica García de aprobar una nueva ley que limite la participación de empresas privadas en la gestión sanitaria ha generado un intenso debate entre los diferentes actores del sector. Los defensores de la sanidad pública argumentan que la participación del sector privado en la gestión sanitaria compromete la equidad del sistema y la calidad de la atención. Por otro lado, los defensores de la colaboración público-privada argumentan que la participación del sector privado puede mejorar la eficiencia del sistema y reducir los tiempos de espera.
La nueva ley del Sistema Nacional de Salud, que se espera que sea aprobada a principios de 2026, será un punto de inflexión en el debate sobre el futuro de la sanidad pública española. La ley establecerá un marco regulatorio más claro y exigente para la participación del sector privado en la gestión sanitaria, y garantizará que el objetivo principal sea la prestación de un servicio público de calidad, y no la obtención de beneficios económicos. El éxito de la nueva ley dependerá de la capacidad del Gobierno para implementar mecanismos de control rigurosos y garantizar la transparencia en la gestión de los recursos públicos.




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