Muestra Cierre Casa Cultura: Talento y Pasión de Niños en el Barrio
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La Casa Central de la Cultura 21-24: Un crisol de arte y oportunidades para jóvenes de la villa
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Un escaparate de talentos
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En el corazón del barrio 21-24, la Casa Central de la Cultura ha celebrado su muestra anual, un testimonio del vibrante panorama artístico y cultural que florece en esta comunidad. Los días 11 y 12 de diciembre, los jóvenes artistas llenaron el auditorio con sus actuaciones y exhibiciones, demostrando el poder transformador de las artes.
Con sus mallas profesionales de ballet, zapatitos y tiaras, las bailarinas de danza clásica brillaron sobre el escenario, su gracia y precisión cautivó a la audiencia. Su dedicación y pasión por la danza se hicieron evidentes en cada paso, un reflejo del inquebrantable compromiso tanto de los estudiantes como de sus profesores.
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Un mosaico de talleres
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Además de la danza clásica, la Casa Central de la Cultura ofrece un rico tapiz de talleres que nutren las habilidades creativas de los jóvenes. Escritura, cine, ritmos latinos, danza paraguaya, artes en juego, taller textil, plástica y murga son solo algunos de los espacios que ofrecen un escape de la rutina diaria y una puerta de entrada a nuevos mundos de expresión.
Cada tallerista cuenta con más de 30 estudiantes, abarcando un amplio rango de edades. La mayoría de los asistentes provienen de la villa, lo que subraya el papel vital que juega la Casa en la comunidad. Estos talleres no solo brindan entretenimiento, sino que también fomentan la imaginación, la socialización y el desarrollo de habilidades que pueden allanar el camino para futuras carreras.
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Profesores apasionados, estudiantes inspirados
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"El vínculo de amor de cada tallerista con cada niño es hermoso", afirma Natalia Quintans, coordinadora de la institución. Esta conexión especial entre profesores y estudiantes se hizo evidente en el escenario, donde los jóvenes artistas irradiaron confianza y alegría mientras compartían su talento con el público.
"Cada coreografía, cada paso se plasmó con una sonrisa", agrega Quintans. "Los profesores armaron un vínculo muy especial con cada alumno, que se reflejó en los abrazos y las caritas de agradecimiento después de cada actuación".
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Un legado de éxito
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La Casa Central de la Cultura 21-24 ha sido un semillero de talento artístico. Muchos de los estudiantes que asistieron a los talleres de danza clásica ahora son bailarines profesionales en el Teatro Colón. Esta tradición de excelencia continúa inspirando a las nuevas generaciones de artistas, demostrando el poder transformador de las artes para elevar vidas.
El elenco de profesores talentosos que hacen posible estos talleres incluye a Maricel Demitri (danza clásica), Graciela López y Victor Caro (ritmos latinos), Sindy Molina (danza paraguaya), Romina Irasusta y Rosa Villalba (artes en juego), Sonia Quiñones (taller textil) y Roque Azcurraire (plástica).
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Natalia Quintans, Coordinadora de la Casa Central de la Cultura 21-24: Los diferentes talleres brindan a los niños la posibilidad de aprender temáticas muy importantes que pueden marcar su profesión más adelante. Muchos chicos que asistieron a los talleres de Maricel ahora están en el Colón. Cada taller ha marcado un antes y un después.
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Un faro de esperanza y oportunidades
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La Casa Central de la Cultura 21-24 es más que un mero edificio; es un faro de esperanza y oportunidades para los jóvenes de la villa. A través de sus talleres y programas, empodera a los estudiantes con habilidades creativas, fomenta su autoestima y les brinda un sentido de pertenencia a una comunidad que los apoya.
La muestra anual es un testimonio del poder de las artes para transformar vidas y encender la imaginación de las generaciones venideras. La Casa Central de la Cultura 21-24 continúa siendo un espacio vibrante donde los sueños artísticos cobran vida, dejando un legado duradero en la comunidad y más allá.
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