Néstor Núñez y las desoladoras imágenes de la histórica nevada de 1995: "Esquilar ovejas muertas fue una ta rea terrible"
En el corazón de la Patagonia argentina, la histórica nevada de 1995 dejó una huella indeleble en las vidas de los productores rurales, entre ellos Néstor Núñez, un hombre de campo con una memoria vívida de aquella trágica noche.
La Nevada del Siglo: Un Recuerdo Amargo
El 26 de julio de 1995, la provincia de Santa Cruz se vio envuelta en una tormenta de nieve sin precedentes, sepultando campos y viviendas bajo un manto blanco de hasta 60 centímetros. "Fue tremendo", recuerda Néstor Núñez, un productor de tercera generación que perdió el 70% de su rebaño ovino esa fatídica noche.
"A medida que la nieve iba bajando, muy a finales de septiembre, empezamos a ver los animales bajo la nieve. Yo personalmente junté los animales con un tractor y un acoplado y los fui llevando para la casa; sacamos la lana a tijera a los que pudimos y recuperamos algo de lana."
Pero el trabajo no terminó ahí. "Esquilarlos muertos a tijera fue una tarea terrible", dice Núñez, recordando el momento en que tuvo que enfrentarse a la cruda realidad de la pérdida. La nevegada había cobrado un alto precio en su sustento, dejando tras de sí un panorama desolador.
"De 5500 animales se quedaron con apenas 1800", lamenta Núñez. "La nevada, al ser en julio, encontró a la mayoría de las ovejas preñadas, lo que agravó aún más la situación."
Las Lecciones del Pasado: Adaptándose al Clima Implacable
La nevada de 1995 dejó una gran enseñanza a los productores rurales de la zona: la importancia de estar preparados para los caprichos del clima. "Contra el clima no es mucho lo que podes hacer, cuando te encontrás un panorama como este cambia todo. Se complica un montón", reflexiona Núñez.
Desde entonces, los productores han incorporado prácticas más resilientes, como el uso de alimento balanceado y la adquisición de maquinaria pesada para distribuir el alimento en condiciones climáticas adversas.
"Hoy, con el tractor grande que tenemos, vamos repartiendo en la nieve", explica Núñez. "También contamos con alimento balanceado, lo que nos permite mitigar los efectos de la escasez de pasto."
El Legado de la Nevada: Un Impacto que Trasciende Generaciones
El impacto de la nevada de 1995 se sintió durante años en los campos de Santa Cruz. La recuperación fue lenta y costosa, pero los productores como Néstor Núñez perseveraron, reconstruyendo sus rebaños y sus medios de vida.
"Nos costó años recuperarnos", dice Núñez. "Sacamos un crédito en dólares del Banco Nación que se hizo terrible para poderlo pagar. Recién lo pude terminar de pagar en 2010. A 15 años después de la nevada".
Hoy, la tercera generación de productores continúa con el legado de sus antepasados, al frente de la estancia Chiripá, el campo que compró el padre de Néstor Núñez y que ha sido testigo de los desafíos y triunfos de la familia.
Néstor Núñez, productor rural <La oveja es nuestro sustento, la lana, la carne, todo nuestro capital está expuesto, podemos meter en galpones apenas un número muy reducido, nos costó años recuperarnos.
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