Netanyahu clama por la victoria de Israel y la unidad nacional ante la amenaza global.
El reciente discurso de Benjamin Netanyahu en el memorial oficial por el 7 de octubre, aniversario del ataque de Hamás, no fue una simple conmemoración. Fue una declaración de intenciones, una arenga bélica y una reafirmación de la visión del mundo del primer ministro israelí. Más allá del duelo por las víctimas, Netanyahu delineó una “batalla global” que Israel libra contra un mundo hostil, enfatizando la necesidad de unidad interna y la determinación de alcanzar la victoria. Este artículo desglosa las siete claves de su discurso, analizando sus implicaciones y el contexto geopolítico en el que se inscribe.
- La Victoria como Imperativo: Un Objetivo sin Definición
- El Contexto de la Paz Frágil en Gaza
- Irán como Principal Amenaza: El Eje del Mal
- La Normalización de Relaciones con el Mundo Árabe: Una Estrategia a Largo Plazo
- El Ataque de Hamás: Una Masacre Injustificable y una Herramienta de Propaganda
- La Repatriación de Rehenes y Cadáveres: Un Compromiso Moral y Político
- La Unidad Interna como Clave para la Supervivencia
La Victoria como Imperativo: Un Objetivo sin Definición
La palabra “victoria” resonó insistentemente en el discurso de Netanyahu. No obstante, el primer ministro evitó definir concretamente qué significaría esa victoria. Se limitó a afirmar que Israel está “determinado a completar su misión hasta lograrla”, en una “batalla contra la barbarie”. Esta ambigüedad es significativa. Permite a Netanyahu mantener la flexibilidad estratégica y evitar compromisos específicos que podrían limitar sus opciones. La falta de una definición clara también puede interpretarse como una forma de gestionar las expectativas internas, evitando promesas que podrían ser difíciles de cumplir. La victoria, en su retórica, se presenta como un objetivo existencial, una lucha entre la humanidad y “la peor de las crueldades”.
Netanyahu pintó a Israel como una “roca sólida” en un Oriente Próximo “salvaje”, un bastión de civilización frente a las fuerzas del fanatismo. Esta imagen refuerza la narrativa de Israel como un estado asediado, constantemente amenazado por enemigos que buscan su destrucción. La insistencia en la victoria, sin una definición precisa, permite a Netanyahu justificar la continuación de las operaciones militares en Gaza y la preparación para posibles conflictos en otros frentes.
El Contexto de la Paz Frágil en Gaza
A pesar de reconocer el regreso de una “paz, endeble pero paz” a Gaza tras dos años de guerra y destrucción, Netanyahu no suavizó su tono. Al contrario, enfatizó que “ahora todo el mundo sabe que Israel paga un precio por su agresión”. Esta afirmación, paradójica, sugiere que Israel es castigado por defenderse, una narrativa común en la propaganda israelí. La referencia a la paz en Gaza es, en gran medida, una concesión retórica. La situación humanitaria en la Franja sigue siendo crítica, y la reconstrucción apenas ha comenzado. La amenaza de Hamás, aunque debilitada, persiste.
Netanyahu vinculó la situación en Gaza con una “batalla global” más amplia, en la que Israel se enfrenta a un mundo hostil. Esta perspectiva ampliada justifica la dureza de la respuesta israelí en Gaza, presentándola como una defensa no solo de su propio territorio, sino de los valores occidentales y la civilización misma. La paz frágil en Gaza, por lo tanto, no es un fin en sí mismo, sino un paso en esta batalla global.
Irán como Principal Amenaza: El Eje del Mal
Aunque Netanyahu no mencionó directamente a Irán en varias ocasiones, sus palabras apuntaban claramente a Teherán como la principal amenaza para Israel. Acusó a un “enemigo” de tratar de “ahogar al país hasta la muerte”, y advirtió sobre “grandes desafíos” que aún esperan a Israel. Esta retórica anti-iraní es constante en el discurso de Netanyahu, quien considera a Irán como el principal patrocinador del terrorismo en la región y una amenaza existencial para Israel. La referencia a Irán se enmarca en la narrativa de una “batalla global” contra el fanatismo y la barbarie.
Netanyahu describió a Israel como el “freno” que impide que Oriente Próximo “vuelva a la era oscura del fanatismo”. Esta imagen refuerza la idea de Israel como un baluarte de la modernidad y la estabilidad en una región turbulenta. La amenaza iraní, en esta narrativa, es la principal fuerza que impulsa a Oriente Próximo hacia el caos y la destrucción. Los soldados israelíes son presentados como el “muro de protección” que separa a la región de esa era oscura.
La Normalización de Relaciones con el Mundo Árabe: Una Estrategia a Largo Plazo
Netanyahu reiteró su disposición a normalizar las relaciones con los países árabes tras la guerra en Gaza. Esta estrategia, impulsada por los Acuerdos de Abraham, busca aislar a Irán y construir una alianza regional contra el terrorismo. La normalización de las relaciones con los países árabes también podría proporcionar a Israel beneficios económicos y estratégicos. Sin embargo, la continuación de la guerra en Gaza y la creciente tensión en la región dificultan la consecución de este objetivo.
La promesa de normalizar las relaciones con los países árabes se presenta como una alternativa a la continuación del conflicto. Netanyahu sugiere que la paz y la prosperidad son posibles en Oriente Próximo, pero solo si se derrota a las fuerzas del fanatismo y se construye una alianza regional contra Irán. Esta estrategia a largo plazo requiere paciencia y perseverancia, pero Netanyahu parece convencido de que es la única forma de garantizar la seguridad y el futuro de Israel.
El Ataque de Hamás: Una Masacre Injustificable y una Herramienta de Propaganda
Netanyahu describió el ataque de Hamás del 7 de octubre como un “holocausto en pleno sentido de la palabra”, una “masacre despiadada de bebés, niños, adultos, ancianos”. Esta retórica hiperbólica busca generar indignación internacional y justificar la respuesta militar israelí en Gaza. La descripción del ataque como un “holocausto” es controvertida, ya que minimiza el sufrimiento de las víctimas del Holocausto judío. Sin embargo, Netanyahu utiliza esta comparación para enfatizar la brutalidad del ataque de Hamás y la necesidad de derrotar al terrorismo.
Netanyahu contrastó la supuesta barbarie de Hamás con las “conspiraciones antisemitas” dirigidas contra Israel en Gaza. Esta afirmación sugiere que las críticas a la política israelí en Gaza son motivadas por el antisemitismo, una acusación común en la propaganda israelí. La presentación del ataque de Hamás como un acto de puro mal, sin ninguna motivación política, busca deslegitimar la resistencia palestina y justificar la ocupación israelí.
La Repatriación de Rehenes y Cadáveres: Un Compromiso Moral y Político
Netanyahu prometió repatriar a todos los rehenes y cadáveres de israelíes muertos en Gaza. Este compromiso moral y político es fundamental para la opinión pública israelí, que exige el regreso de sus seres queridos. Sin embargo, la repatriación de los rehenes y cadáveres se ha visto obstaculizada por las dificultades en el terreno y la negativa de Hamás a cooperar. Netanyahu anunció que un equipo adicional se sumará a las labores de búsqueda en Gaza, pero no ofreció garantías de éxito.
La repatriación de los rehenes y cadáveres es un tema sensible que puede influir en la opinión pública israelí y en las decisiones políticas del gobierno. Netanyahu utiliza este tema para demostrar su compromiso con las víctimas del ataque de Hamás y para justificar la continuación de las operaciones militares en Gaza. La promesa de repatriar a todos los rehenes y cadáveres es un objetivo ambicioso que podría ser difícil de cumplir, pero Netanyahu parece decidido a intentarlo.
La Unidad Interna como Clave para la Supervivencia
En un intento de blindaje ante las críticas internas y la polarización política, Netanyahu reclamó unidad interna. Afirmó que “es lo que necesitamos”, tanto en la guerra como en la paz. Esta apelación a la unidad busca superar las divisiones internas y fortalecer el frente interno. La unidad interna es fundamental para mantener la cohesión social y para garantizar el apoyo público a la política del gobierno. Netanyahu enfatizó la necesidad de “garantías mutuas” y de “reforzar aquello que nos es común en vez de lo que nos divide”.
La llamada a la unidad interna se produce en un momento de creciente tensión política en Israel. Las protestas contra las reformas judiciales de Netanyahu han debilitado la confianza en el gobierno y han exacerbado las divisiones sociales. La guerra en Gaza ha unido temporalmente a muchos israelíes, pero la polarización política podría resurgir una vez que termine el conflicto. Netanyahu busca aprovechar el momento de unidad para fortalecer su posición política y para impulsar sus reformas.
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