Niña con enfermedad rara en Santa Cruz no recibe tratamiento por falta de financiamiento gubernamental
En Santa Cruz, una niña llamada Sol padece de Acondroplasia, una enfermedad que afecta a los huesos y genera enanismo. Desafortunadamente, Sol es la única persona en la provincia que padece esta enfermedad y el tratamiento para mejorar su calidad de vida cuesta alrededor de 400 mil dólares. A pesar de que el tratamiento está aprobado por la ANMAT, el gobierno provincial se niega a prestarle asistencia a la niña debido al costo del mismo. La gobernadora Alicia Kirchner argumenta que el tratamiento podría desfinanciar el sistema de salud de la provincia. La familia de Sol ha recurrido a la justicia, pero también ha sido desautorizada. La situación ha llamado la atención de los medios nacionales e internacionales y ha generado una campaña en Change.org para buscar ayuda en el financiamiento del tratamiento. A pesar de que el gobierno y la oposición tienen millones de dólares para sus campañas políticas, ninguno de ellos ha ofrecido ayuda concreta y efectiva para Sol. Esta situación expone la falta de sensibilidad social que existe desde el poder y demuestra la demagogia, insensibilidad, mentira y oportunismo que ejercen quienes se miran el ombligo desde las campañas políticas. Es hora de que las autoridades se hagan cargo de su obligación y ayuden a Sol a tener un futuro mejor.
REFLEXIÓN: La historia de Sol, la niña con Acondroplasia en Santa Cruz, nos muestra la falta de sensibilidad social que existe en el poder. A pesar de los discursos vacíos de contenido sobre la solidaridad y la igualdad, la realidad diaria demuestra que las prioridades del gobierno provincial están puestas en otro lado. La negativa a financiar el tratamiento de Sol, alegando razones económicas, es inhumana y demuestra la falta de empatía y cumplimiento de los deberes de funcionario público. La demagogia, la insensibilidad, la mentira y el oportunismo son ejercidos por aquellos que solo quieren llegar al poder, pero cuando tienen la oportunidad de demostrar su pragmatismo, miran para otro lado. Es hora de que los políticos dejen de hablar y comiencen a actuar en beneficio de la gente, especialmente de aquellos que más lo necesitan.
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