ORSEP Fortalece Gestión de Riesgos de Integridad con Capacitación SIGEN y Oficina Anticorrupción

En el complejo entramado de la administración pública moderna, la integridad y la transparencia se erigen como pilares fundamentales para la confianza ciudadana y la eficiencia gubernamental. Sin embargo, la mera declaración de principios no es suficiente. Es imperativo contar con mecanismos robustos que permitan identificar, evaluar y mitigar los riesgos que amenazan estos valores esenciales. Recientemente, el Enlace de Integridad y Transparencia del ORSEP participó en una jornada crucial sobre “Nociones generales sobre Riesgos”, organizada por la Oficina Anticorrupción y la Sindicatura General de la Nación (SIGEN). Este artículo profundiza en los conceptos clave abordados en este encuentro, explorando la importancia de la gestión de riesgos de integridad en el sector público y su impacto en el fortalecimiento de los programas de integridad.

La Importancia Estratégica de la Gestión de Riesgos en el Sector Público

La gestión de riesgos en el sector público trasciende la simple prevención de fraudes o actos de corrupción. Se trata de un enfoque proactivo que busca identificar las vulnerabilidades inherentes a los procesos y operaciones gubernamentales, y establecer medidas para minimizar su impacto. Una gestión de riesgos efectiva no solo protege los recursos públicos, sino que también mejora la calidad de los servicios, fomenta la rendición de cuentas y fortalece la confianza de los ciudadanos en sus instituciones. La complejidad de las estructuras gubernamentales, la diversidad de funciones y la interacción con múltiples actores externos hacen que la identificación y evaluación de riesgos sea un desafío constante. Ignorar estos riesgos puede tener consecuencias devastadoras, desde pérdidas financieras significativas hasta el deterioro de la reputación institucional y la erosión de la confianza pública.

La gestión de riesgos de integridad, en particular, se centra en aquellos riesgos que amenazan la honestidad, la transparencia y la ética en la administración pública. Estos riesgos pueden manifestarse de diversas formas, como conflictos de interés, favoritismo, corrupción, uso indebido de información privilegiada y falta de controles internos. Abordar estos riesgos requiere un enfoque integral que involucre a todos los niveles de la organización, desde la alta dirección hasta los empleados de base. Es fundamental establecer una cultura de integridad que promueva la denuncia de irregularidades, la transparencia en la toma de decisiones y la rendición de cuentas por parte de todos los funcionarios públicos.

Conceptualización de los Riesgos: Un Primer Paso Fundamental

El primer paso para una gestión de riesgos efectiva es comprender qué es un riesgo. En términos generales, un riesgo es la posibilidad de que un evento o una condición afecte negativamente el logro de los objetivos de una organización. En el contexto del sector público, estos objetivos pueden incluir la prestación eficiente de servicios, la protección de los recursos públicos, el cumplimiento de la ley y el mantenimiento de la confianza ciudadana. Es crucial distinguir entre riesgo e incertidumbre. La incertidumbre se refiere a la falta de conocimiento sobre un evento futuro, mientras que el riesgo implica una evaluación de la probabilidad y el impacto de ese evento. La conceptualización de los riesgos debe ser clara y precisa, para que todos los miembros de la organización puedan comprenderlos y participar en su gestión.

La identificación de riesgos es un proceso continuo que requiere la participación de diferentes áreas y niveles de la organización. Se pueden utilizar diversas técnicas para identificar riesgos, como tormentas de ideas, análisis de escenarios, entrevistas con expertos y revisión de datos históricos. Es importante considerar tanto los riesgos internos, que son aquellos que surgen de las operaciones y procesos de la organización, como los riesgos externos, que son aquellos que provienen del entorno en el que opera la organización. Una vez identificados los riesgos, es necesario analizarlos para determinar su probabilidad de ocurrencia y su impacto potencial.

Probabilidad e Impacto: Midiendo la Severidad de los Riesgos

La evaluación de riesgos implica determinar la probabilidad de que un riesgo se materialice y el impacto que tendría si ocurriera. La probabilidad se refiere a la posibilidad de que un evento ocurra, y se puede expresar en términos cualitativos (por ejemplo, baja, media, alta) o cuantitativos (por ejemplo, porcentaje). El impacto se refiere a las consecuencias negativas que tendría el evento, y también se puede expresar en términos cualitativos (por ejemplo, insignificante, menor, moderado, mayor, catastrófico) o cuantitativos (por ejemplo, pérdidas financieras, daño a la reputación, sanciones legales). La combinación de la probabilidad y el impacto permite determinar la severidad de un riesgo, que es una medida de su importancia relativa.

La evaluación de la probabilidad y el impacto puede ser subjetiva, especialmente cuando se trata de riesgos complejos o inciertos. Por lo tanto, es importante utilizar criterios claros y consistentes, y basarse en datos y evidencia siempre que sea posible. También es útil involucrar a diferentes partes interesadas en el proceso de evaluación, para obtener diferentes perspectivas y evitar sesgos. Una vez que se ha evaluado la severidad de los riesgos, se pueden priorizar aquellos que requieren una atención inmediata.

Factores a Considerar en la Evaluación de Riesgos de Integridad

La evaluación de riesgos de integridad requiere considerar factores específicos que son relevantes para la prevención de la corrupción y la promoción de la ética en el sector público. Estos factores pueden incluir la existencia de controles internos débiles, la falta de transparencia en los procesos de toma de decisiones, la concentración de poder en unas pocas personas, la falta de capacitación en ética y la cultura organizacional permisiva con la corrupción. También es importante considerar el contexto externo, como el nivel de corrupción en el país, la existencia de leyes y regulaciones anticorrupción y la presencia de organizaciones de la sociedad civil que monitorean la integridad en el sector público.

La evaluación de riesgos de integridad debe ser específica para cada organización y para cada proceso o actividad. Es importante identificar los puntos críticos donde es más probable que ocurran actos de corrupción o violaciones de la ética. También es fundamental considerar los riesgos emergentes, como los relacionados con el uso de nuevas tecnologías o la implementación de nuevas políticas. Una evaluación de riesgos de integridad exhaustiva y actualizada es esencial para el diseño e implementación de un programa de integridad efectivo.

Matrices de Exposición: Visualizando y Priorizando los Riesgos

Las matrices de exposición son herramientas visuales que se utilizan para representar la severidad de los riesgos en función de su probabilidad e impacto. En una matriz de exposición típica, la probabilidad se representa en el eje horizontal y el impacto en el eje vertical. Cada riesgo se ubica en la matriz en función de su probabilidad e impacto, y se le asigna un nivel de severidad (por ejemplo, bajo, medio, alto). Las matrices de exposición permiten visualizar rápidamente los riesgos más importantes y priorizar las acciones de mitigación. Son una herramienta útil para comunicar los resultados de la evaluación de riesgos a las partes interesadas y para facilitar la toma de decisiones.

La construcción de una matriz de exposición requiere definir claramente los criterios para evaluar la probabilidad y el impacto. Estos criterios deben ser objetivos y consistentes, y deben estar alineados con los objetivos de la organización. También es importante definir los niveles de severidad y las acciones de mitigación correspondientes a cada nivel. Una matriz de exposición bien diseñada puede ser una herramienta poderosa para la gestión de riesgos.

Metodologías Aplicables a la Gestión de Riesgos de Integridad en el Sector Público

Existen diversas metodologías que se pueden aplicar a la gestión de riesgos de integridad en el sector público. Algunas de las más comunes incluyen ISO 31000, COSO Enterprise Risk Management Framework y el modelo de gestión de riesgos de la OCDE. ISO 31000 es una norma internacional que proporciona principios y directrices para la gestión de riesgos en general. COSO Enterprise Risk Management Framework es un marco de referencia que ayuda a las organizaciones a integrar la gestión de riesgos en sus procesos de negocio. El modelo de gestión de riesgos de la OCDE se centra específicamente en los riesgos de integridad en el sector público.

La elección de la metodología adecuada dependerá de las características específicas de la organización y de sus objetivos. Es importante adaptar la metodología a las necesidades de la organización y no seguirla ciegamente. También es fundamental capacitar al personal en el uso de la metodología y asegurar que se aplique de manera consistente en toda la organización. La implementación de una metodología de gestión de riesgos de integridad efectiva requiere un compromiso a largo plazo y una cultura de integridad en toda la organización.

Fuente: https://argentina.gob.ar/noticias/jornada-nociones-generales-sobre-riesgos