OTAN en La Haya: ¿Sacrificio de Ucrania por complacer a Trump? Defensa, gasto y la sombra rusa.
La reciente cumbre de la OTAN en La Haya, Países Bajos, ha dejado un sabor agridulce en lo que respecta a Ucrania. Mientras se prometían aumentos significativos en el gasto de defensa por parte de los miembros de la Alianza, impulsados por las presiones del expresidente Trump, la situación de Ucrania pareció relegada a un segundo plano, eclipsada por la necesidad de apaciguar a Washington y evitar una confrontación directa. Este artículo analiza en profundidad cómo la sombra de Trump y las dinámicas internas de la OTAN influyeron en la agenda de la cumbre, dejando a Ucrania en una posición vulnerable y con pocas garantías concretas de apoyo a largo plazo.
El Significado de La Haya: Un Refugio de Elusiones
El nombre mismo de La Haya, que en neerlandés significa "cobertura", resulta sorprendentemente apropiado para describir el ambiente que prevaleció durante la cumbre de la OTAN. Los líderes se esforzaron por protegerse de la imprevisibilidad de Trump, limitando deliberadamente el alcance de las discusiones y evitando temas potencialmente conflictivos. La promesa de aumentar el gasto en defensa al 5% del PIB para 2035 fue, en gran medida, una concesión destinada a calmar las demandas del expresidente, quien ha criticado repetidamente a los aliados europeos por no invertir lo suficiente en su propia defensa. Sin embargo, esta promesa vino acompañada de una notable evasión en lo que respecta a la guerra en Ucrania.
La mención de Rusia como una amenaza euroatlántica en las conclusiones de la cumbre fue un gesto simbólico, pero la ausencia de una condena explícita de la "invasión" –un término que Washington prefirió evitar– revela la cautela con la que se abordó el tema. La administración estadounidense, aparentemente, priorizó la preservación de posibles canales de negociación con Rusia, incluso a expensas de una postura más firme en apoyo a Ucrania. Esta estrategia, aunque comprensible desde una perspectiva diplomática, generó preocupación entre algunos miembros de la OTAN, que temen que la falta de una respuesta contundente pueda alentar aún más la agresión rusa.
El Bloqueo Estadounidense a una Estrategia Integral contra Rusia
Uno de los aspectos más decepcionantes de la cumbre fue el bloqueo estadounidense a un esfuerzo largamente planeado para promulgar una estrategia integral de la Alianza contra Rusia. Según Ian Brzezinski, investigador del Centro Scowcroft para Estrategia y Seguridad, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, reiteró su oposición a imponer nuevas sanciones económicas a Rusia, y Trump se negó públicamente a proporcionar a Ucrania un nuevo tramo de asistencia en seguridad. Esta falta de acción, según Brzezinski, es un indicador claro de la disminución del compromiso de Estados Unidos con la seguridad transatlántica y el apoyo a Ucrania.
La decisión de archivar la elaboración de una nueva política estratégica para abordar los peligros que representa Moscú, a pesar de la creencia generalizada entre los líderes de la OTAN de que una victoria rusa en Ucrania podría tener consecuencias graves para la seguridad de la Alianza, es particularmente preocupante. Esta decisión, tomada para evitar "enfadar" al presidente Trump, demuestra hasta qué punto la política de la OTAN se vio condicionada por las peculiaridades y los caprichos del líder estadounidense. La limitación del papel del presidente ucraniano, Zelenski, a eventos secundarios durante la cumbre, también fue una medida que, según John E. Herbst, director del Centro Eurasia del Atlantic Council, solo pudo ser bienvenida en Moscú.
El Dilema del Gasto en Defensa y la Contabilización de la Ayuda Europea
La promesa de aumentar el gasto en defensa al 5% del PIB para 2035, aunque significativa, no estuvo exenta de controversia. La decisión de contabilizar las contribuciones europeas a Ucrania en materia de defensa para cumplir con estos nuevos requisitos generó críticas, ya que algunos argumentan que esto podría permitir a los países europeos reducir sus inversiones en sus propias capacidades de defensa. Sin embargo, desde la perspectiva de la OTAN, esta medida fue vista como una forma de equilibrar las demandas de Trump y garantizar que la Alianza siga siendo financieramente sólida.
La conferencia de prensa posterior a la cumbre, en la que Trump expresó su comprensión de la necesidad de defensa aérea de Ucrania y prometió ver qué podía hacer para que Ucrania recibiera sistemas adicionales, ofreció un rayo de esperanza. Sin embargo, esta promesa fue recibida con escepticismo por algunos observadores, que señalan el historial de Trump de hacer promesas que luego no cumple. La incertidumbre en torno al futuro apoyo estadounidense a Ucrania sigue siendo una preocupación importante para los aliados europeos.
La Perspectiva de Ucrania: Un Papel Marginalizado
Desde la perspectiva de Ucrania, la cumbre de La Haya fue una decepción. A pesar de la urgente necesidad de apoyo militar y financiero, el país se vio relegado a un papel marginal, mientras que los líderes de la OTAN se centraron en apaciguar a Trump y evitar una confrontación directa con Rusia. La falta de una estrategia clara y contundente para hacer frente a la agresión rusa, y la decisión de limitar el papel de Zelenski en la cumbre, enviaron un mensaje preocupante a Kiev y a sus aliados.
La preocupación de que una victoria rusa en Ucrania podría tener consecuencias graves para la seguridad de la OTAN es compartida por muchos líderes de la Alianza. Sin embargo, la decisión de priorizar la estabilidad interna de la OTAN por encima del apoyo a Ucrania plantea serias dudas sobre la credibilidad de la Alianza y su capacidad para hacer frente a los desafíos del siglo XXI. La falta de una respuesta unificada y decidida a la agresión rusa podría alentar a otros actores autoritarios a desafiar el orden internacional basado en reglas.
El Legado de Trump: Una OTAN a la Deriva
La cumbre de La Haya puso de manifiesto la profunda influencia que el expresidente Trump ha tenido en la OTAN. Su escepticismo hacia la Alianza, sus críticas al gasto en defensa de los aliados europeos y su disposición a negociar con Rusia han obligado a la OTAN a adoptar un enfoque más cauteloso y pragmático. Si bien esta estrategia puede haber evitado una confrontación directa con Trump, también ha debilitado la cohesión de la Alianza y ha puesto en duda su capacidad para hacer frente a los desafíos futuros.
El legado de Trump en la OTAN es complejo y contradictorio. Por un lado, su presión para que los aliados europeos aumenten su gasto en defensa ha tenido un efecto positivo, impulsando a muchos países a invertir más en sus propias capacidades militares. Por otro lado, su actitud impredecible y su falta de compromiso con los valores fundamentales de la Alianza han generado incertidumbre y desconfianza. El futuro de la OTAN dependerá de su capacidad para adaptarse a este nuevo entorno y encontrar un equilibrio entre la necesidad de mantener la unidad interna y la de hacer frente a las amenazas externas.
Fuente: https://www.huffingtonpost.es//global/mucho-5-pib-papi-trump-donde-quedado-ucrania-cumbre-otan.html
Artículos relacionados