Pablo Bonina: Regreso a Casa y Preparación para Trasplante de Médula Ósea en Buenos Aires
La noticia que la familia esperaba llegó este sábado: Pablo Bonina volvió a Puerto Deseado después de un período exigente de internación y controles en Comodoro Rivadavia. La confirmación la dio su mamá, Carol Salcedo, en diálogo con Radio LU12 AM680, que había hablado con ambos el viernes, cuando el alta todavía dependía de la evolución de las plaquetas y de la estabilidad general tras la última quimioterapia. Ahora comienza una etapa clave: descanso, cuidados estrictos y puesta a punto para el trasplante de médula ósea que se realizará en Buenos Aires.
Internación y Cumpleaños
“Fue un mes complicado. Después de volver a entrenar, hizo la última quimio y bajaron mucho sus niveles: plaquetas y glóbulos. Vamos saliendo de a poquito”, contó Carol sobre los días en la Clínica del Valle. La madre agregó que el 2 de octubre Pablo cumplió 17 años y lo celebró en la sala con una torta que preparó el personal.
“Dentro de todo lo malo hubo cosas re lindas. Estuvo muy acompañado por las doctoras y por la gente de la clínica”, dijo.
El Deseo de Volver
El viernes, todavía internado, Pablo sostuvo al aire de LU12 lo que lo sostuvo desde el primer diagnóstico: el deseo de volver a su lugar y a su club. “Hace un mes que estoy otra vez internado y ya estoy cansado. Estoy esperando el alta para poder volver a Deseado”, afirmó.
Recordó que, antes de la última internación, había iniciado movimientos diferenciados con el profe Maxi en Ferro para “tomar ritmo de a poquito”. Hincha fanático de River, no dejó de seguir los partidos durante el tratamiento: “Miro cualquier partido. Me gusta mirar fútbol”.
Pasión por el Fútbol y Apoyo
En lo deportivo, Pablo juega en Ferroviario Deseadense desde 2019 y se desempeña como defensor central o lateral. “Nunca fui de faltar a entrenar. Si hacía quince grados bajo cero, igual iba”, contó con una sonrisa tímida que en la radio se oyó como una declaración de principios.
Ese amor por la pelota, más el acompañamiento de la familia y del entorno, se volvió combustible en los tramos duros del tratamiento. “Gracias a Dios, mi familia siempre estuvo conmigo. No solo la familia: vecinos, amigos y conocidos. Todo el mundo”, sumó.
El Trasplante y el Donante
El paso que viene no admite improvisaciones. Carol explicó que el trasplante “será lo último” del tratamiento y que no habrá lista de espera porque ya está confirmado el donante: “El donante de médula es su hermanito menor, Ulises. Es compatible e idéntico. Falta que la obra social defina fecha y lugar”.
Hasta entonces, el plan médico indica reposo, controles y un proceso gradual para que Pablo llegue fuerte a la intervención. “Nos vamos a casa con todos los cuidados y a la espera del trasplante. Ojalá sea lo más pronto posible”, dijo la madre.
Solidaridad y Esperanza
La historia de Pablo movilizó a Puerto Deseado desde el primer día. Hubo rifas, cadenas de oración y mensajes que Carol se encargó de leerle a su hijo. “Nunca perdimos la fe y siempre recibimos acompañamiento. A veces un mensajito en la calle, una medallita, una oración. Todo llega y ayuda”, contó.
Ese entramado solidario también se proyecta hacia adelante: la familia evalúa actividades para afrontar los gastos que implicará la estadía en Buenos Aires durante el trasplante. El regreso a casa marca un punto de inflexión en la pelea de Pablo. Es el cierre de un capítulo y el inicio de otro: el de ponerse fuerte para ir a Buenos Aires, completar el tratamiento y volver, cuando llegue el tiempo, a vestir la camiseta de Ferro.
En palabras de la familia, “se trata de ir saliendo de a poquito”, con la misma paciencia y templanza con la que un defensor espera el momento justo para anticipar y despejar.
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