Patolandia: Juguetería emblemática de Comodoro cierra sus puertas por crisis económica
El golpe de la crisis económica: una reconocida juguetería de Comodoro cierra sus puertas
El peso de los altos costos
En medio de la vorágine económica, la ciudad de Comodoro Rivadavia se despide de un ícono: la juguetería "Patolandia", que no ha podido resistir el embate de los crecientes gastos operativos. La dueña, Patricia Loaiza, ha anunciado el cierre definitivo de su establecimiento, citando los elevados costos de alquiler e impuestos como factores insostenibles.
El impacto de las cargas financieras ha hecho mella en el negocio, asfixiándolo hasta el punto de no alcanzar siquiera para cubrir los salarios de sus empleados. La situación se ha agravado con el alza vertiginosa de los precios de los juguetes, factores que han llevado a la dolorosa decisión de bajar la persiana.
La merma en las ventas
"Ya no hay un 'boom'". Con estas palabras, Loaiza describe la lamentable realidad del mercado de juguetes, donde las ventas han disminuido alarmantemente. A pesar de las promociones, descuentos y sorteos, el público ha reducido su consumo, haciendo cada vez más difícil la supervivencia de los negocios del sector.
Loaiza lamenta que, incluso en fechas señaladas como el Día del Niño, las ventas no alcancen los niveles esperados. "No voy a poder regalar pochoclos", expresa con tristeza, un gesto simbólico que refleja la incertidumbre que se cierne sobre el futuro de su negocio.
Un sueño truncado
"Hace cinco años que tengo este negocio. Es algo muy triste para mí tener que cerrarlo", confiesa Loaiza, quien ha dedicado tiempo y esfuerzo a brindar alegría a los niños de la ciudad. El cierre del local no solo representa la pérdida de un medio de sustento, sino también el fin de una pasión que ha llenado su vida.
"Me gusta socializar con la gente y robarle sonrisas a los niños", añade. "Ellos son los verdaderos clientes". Las palabras de Loaiza traslucen la nostalgia y la pena que embargan su corazón ante la inevitable despedida.
Un futuro incierto
Al mirar hacia el futuro, Loaiza no pierde la esperanza de volver a hacer lo que más le apasiona. "Me piden muchas donaciones y son más estas que las ventas. Todo esto me bajoneó", revela, dejando entrever las dificultades que enfrenta el negocio. Sin embargo, su espíritu emprendedor permanece intacto, y confía en que algún día podrá retomar su sueño de llevar sonrisas a los niños.
"Hoy uno está sorprendido, pero no pierdo la esperanza de volver porque son cosas hermosas", concluye Loaiza, demostrando la resiliencia que la caracteriza. A pesar de los desafíos, su determinación por seguir adelante y continuar contagiando alegría a los más pequeños sigue ardiendo dentro de ella.
"Después del Día del Niño cierro definitivamente las persianas por la situación económica más que nada. Además de las bajas ventas, el costo que tenemos para mantener el local con el alquiler y los impuestos es muy alto, sumado a los juguetes que subieron mucho de precio"
Patricia Loaiza, dueña de "Patolandia"
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