¡Peligro oculto: la Faja Volcánica Transmexicana amenaza con sismos devastadores!
En el corazón de México, una imponente cadena de volcanes se erige como un espectáculo fascinante y un recordatorio constante del poder latente de la naturaleza. Esta formación geológica conocida como la Faja Volcánica Transmexicana es un testimonio del colosal proceso de interacción de las placas tectónicas que ha dado forma a nuestro planeta durante millones de años.
Un Eje de Amenazas: La Faja Volcánica Transmexicana
La Faja Volcánica Transmexicana, también conocida como Eje Neovolcánico Transversal, se extiende desde la costa del Pacífico en Nayarit hasta la costa del Golfo de México en Veracruz, atravesando 14 estados mexicanos. Este formidable sistema alberga más de 40 volcanes, algunos de los cuales están activos y representan una amenaza considerable para la población.
Entre los volcanes más notables se encuentran el Popocatépetl, el Iztaccíhuatl, el Ajusco, el Pico de Orizaba y el de Colima. El Popocatépetl, el más famoso de todos, es un volcán activo que ha hecho erupción en numerosas ocasiones a lo largo de la historia, mientras que el de Colima es considerado el volcán más activo de América del Norte.
Un Peligro Subestimado: Terremotos Destructores
A pesar de su aparente quietud, la Faja Volcánica Transmexicana alberga un peligro oculto: la actividad sísmica. Los estudios recientes han demostrado que este Eje Neovolcánico ha sido la fuente de numerosos terremotos devastadores a lo largo de la historia.
El peligro sísmico de la Faja Volcánica Transmexicana se ha subestimado durante mucho tiempo. Los estudios recientes han demostrado que este Eje Neovolcánico ha sido la fuente de sismos de intensidad alta, causantes de daños severos en la población desde épocas prehispánicas hasta la actualidad.
Dr. Gerardo Suárez, Investigador del Departamento de Sismología de la UNAM
Los terremotos asociados a la Faja Volcánica han causado estragos en el pasado, como el terremoto de 1475, el terremoto de 1577 con una magnitud de 5.7, el terremoto de 1568 con una magnitud estimada de 7.2, el terremoto de 1858 con una magnitud superior a 7, el terremoto de 1912 de 6.9 y el terremoto de 1920 de 6.4.
Un Legado Sísmico: El Testimonio de los Aztecas
Los pueblos mesoamericanos que habitaron la región central de México durante siglos fueron testigos del poder destructivo de la Faja Volcánica Transmexicana. Los códices aztecas, antiguos manuscritos indígenas, contienen representaciones gráficas de terremotos, lo que indica que estos eventos sísmicos han sido parte del panorama geológico de la región durante milenios.
En los códices aztecas, los terremotos se representan mediante el glifo "ollín", que significa "movimiento de la tierra". Estas representaciones demuestran que los pueblos prehispánicos estaban muy conscientes de los peligros asociados con la Faja Volcánica Transmexicana y tomaron medidas para mitigar su impacto.
Impulsada por la Tectónica: El Motor de la Creación
La formación de la Faja Volcánica Transmexicana es el resultado de las fuerzas tectónicas que interactúan en la región. La placa tectónica de Norteamérica y las placas del Pacífico, de Cocos y Rivera convergen en esta zona, lo que provoca la subducción, el proceso por el cual una placa tectónica se mueve debajo de otra.
La subducción provoca el derretimiento de las rocas en las profundidades de la Tierra, creando magma que asciende a la superficie a través de grietas y fallas. Este magma se acumula en cámaras magmáticas debajo de la superficie, y con el tiempo, puede erupcionar, dando lugar a la formación de volcanes.
Dato curioso: La Faja Volcánica Transmexicana es sólo una pequeña parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, la zona de interacción de placas más grande del mundo y origen de terremotos a lo largo de las costas del Pacífico de América y el este de Asia.
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