Pesca Argentina en Crisis: Retenciones, Precios y el Análisis del Gobierno
La industria pesquera argentina se encuentra en una encrucijada. A pesar de ser un sector clave para la economía nacional, generador de empleo y divisas, enfrenta una crisis profunda agravada por factores externos e internos. La reciente presentación del Informe de Gestión N°144 ante la Cámara de Diputados, a cargo del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, puso de manifiesto la preocupación de los legisladores por la situación del sector, evidenciando una brecha en las políticas gubernamentales y la necesidad de un tratamiento diferenciado frente al sector agropecuario. Este artículo analiza en profundidad la crisis que atraviesa la pesca argentina, las respuestas oficiales, el esquema actual de retenciones y las implicaciones para el futuro del sector.
La Crisis de la Industria Pesquera Argentina: Un Panorama Detallado
La industria pesquera argentina se encuentra sumida en un escenario de dificultades que se manifiesta en la caída de los precios internacionales, el aumento de los costos de producción, la reducción del poder adquisitivo interno y, como consecuencia, la paralización de plantas procesadoras, despidos y cierres de empresas. Este panorama, lejos de ser reciente, se ha visto exacerbado por la combinación de factores macroeconómicos y políticas gubernamentales que no han logrado brindar el apoyo necesario al sector. El informe de Invecq, citado en el Informe de Gestión, señala que la industria ha sido golpeada por un doble shock: la caída de los precios internacionales y la depreciación del tipo de cambio, sumado a la disminución del consumo interno de productos como la merluza y el langostino. Esta combinación de factores ha generado rentas negativas y ha puesto en riesgo la sostenibilidad de numerosas empresas.
La situación es particularmente crítica para las empresas que se dedican a la exportación, ya que la combinación de precios internacionales bajos y retenciones a las exportaciones reduce su competitividad en los mercados internacionales. La imposibilidad de trasladar los costos a los precios internos, debido a la baja del poder adquisitivo, agrava aún más la situación. Las empresas se ven obligadas a operar con márgenes de ganancia cada vez más estrechos, lo que dificulta la inversión en tecnología, la modernización de las plantas y la generación de empleo. La paralización de plantas procesadoras no solo implica la pérdida de puestos de trabajo directos, sino también un impacto negativo en las comunidades costeras que dependen de la actividad pesquera.
La crisis no afecta a todos los segmentos de la industria de la misma manera. El langostino, uno de los principales productos de exportación, ha sido particularmente afectado por la caída de los precios internacionales y las retenciones a las exportaciones. La merluza, por su parte, ha visto disminuir su demanda interna debido a la baja del poder adquisitivo. El calamar, aunque no está sujeto a retenciones, también ha experimentado una disminución en sus precios de exportación. La diversidad de la industria pesquera exige un análisis detallado de cada segmento y la implementación de políticas específicas para cada uno.
La Respuesta del Gobierno: Análisis del Informe de Gestión N°144
Ante las inquietudes planteadas por los legisladores, el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, respondió en el Informe de Gestión N°144 que el Ministerio de Economía, a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, continuará disminuyendo y/o eliminando los impuestos distorsivos, entre ellos, los derechos de exportación, y que la pesca es uno de los productos en análisis. Esta declaración, si bien representa un avance, es considerada insuficiente por los representantes del sector, quienes exigen medidas más concretas y urgentes. La promesa de analizar la eliminación de las retenciones no garantiza una solución inmediata a la crisis, y la incertidumbre sobre los plazos y las condiciones de dicha eliminación genera desconfianza en el sector.
Un aspecto clave de la respuesta oficial es la diferenciación que se establece entre el sector agropecuario y la industria pesquera. El Gobierno argumenta que el agro es una actividad productiva que se desarrolla vinculada a un bien propio, mientras que la pesca es una actividad extractiva vinculada a un recurso que pertenece a los argentinos en su conjunto. Esta diferenciación se utiliza para justificar un tratamiento distinto para cada sector, lo que implica que la pesca no necesariamente se beneficiará de las mismas medidas que se apliquen al agro. Esta postura ha generado críticas por parte de los representantes del sector pesquero, quienes argumentan que la pesca también genera valor agregado y contribuye al desarrollo económico del país.
La justificación del Gobierno, si bien tiene un fundamento técnico, no aborda las particularidades de la industria pesquera y los desafíos que enfrenta. La pesca no es simplemente una actividad extractiva, sino que implica una compleja cadena de valor que incluye la captura, el procesamiento, la comercialización y la distribución. Las empresas pesqueras invierten en tecnología, generan empleo y contribuyen al desarrollo de las comunidades costeras. Ignorar estas particularidades y aplicar un tratamiento diferenciado puede agravar aún más la crisis del sector.
El Esquema Actual de Retenciones: Un Análisis Detallado
El esquema de retenciones vigente, establecido en noviembre de 2021, varía según el producto y el tipo de procesamiento. El langostino Pleoticus muelleri con valor agregado en productos Easy Peel o Tail On, para envases de hasta 1kg, abona el 1% de derechos de exportación, mientras que para envases mayores a 1kg es del 3%. Las colas en envases de hasta 2kg tributan el 3% de retenciones, y el langostino entero está alcanzado con un 6% en cajas de hasta 2kg. La exportación de colas en bloques mayores a 2kg para reprocesamiento en otros países mantiene el 9%. Este esquema demuestra la complejidad del sistema y la existencia de diferentes tasas para un mismo producto, dependiendo de su presentación y destino.
En el caso de la Merluza Hubbsi, el filet congelado elaborado en tierra en envases menores a 1kg tiene retenciones 0, y del 3% en el caso de envases de mayor peso. Las anillas de calamar Illex argentinus no pagan retenciones, mientras que el tubo limpio de calamar en envases de hasta 1kg tributa el 5%. La diversidad de tasas y la existencia de productos exentos de retenciones reflejan la falta de una política integral y coherente para el sector pesquero. La aplicación de diferentes tasas para productos similares puede generar distorsiones en el mercado y dificultar la toma de decisiones de las empresas.
El impacto de las retenciones en la competitividad de la industria pesquera es significativo. Las retenciones aumentan los costos de exportación y reducen los márgenes de ganancia de las empresas. En un contexto de precios internacionales bajos y alta competencia, las retenciones pueden ser la diferencia entre la rentabilidad y la pérdida. La eliminación o reducción de las retenciones es una medida fundamental para mejorar la competitividad de la industria pesquera y promover su crecimiento.
Implicaciones y Desafíos para el Futuro de la Pesca Argentina
La crisis que atraviesa la industria pesquera argentina tiene implicaciones significativas para la economía nacional y las comunidades costeras. La pérdida de empleo, el cierre de empresas y la disminución de las exportaciones afectan negativamente el crecimiento económico y la generación de divisas. La falta de inversión en tecnología y la modernización de las plantas dificultan la mejora de la productividad y la calidad de los productos. La sostenibilidad de los recursos pesqueros también se ve amenazada por la falta de control y la pesca ilegal.
Para superar la crisis y garantizar el futuro de la pesca argentina, es necesario implementar una serie de medidas urgentes y coordinadas. En primer lugar, es fundamental eliminar o reducir significativamente las retenciones a las exportaciones, para mejorar la competitividad de la industria. En segundo lugar, es necesario brindar apoyo financiero a las empresas para que puedan invertir en tecnología y modernizar sus plantas. En tercer lugar, es fundamental fortalecer el control de la pesca ilegal y garantizar la sostenibilidad de los recursos pesqueros. En cuarto lugar, es necesario promover la diversificación de la producción y la búsqueda de nuevos mercados.
La pesca argentina tiene un enorme potencial para contribuir al desarrollo económico y social del país. Sin embargo, para aprovechar este potencial, es necesario implementar políticas públicas que promuevan la inversión, la innovación, la sostenibilidad y la competitividad. La crisis actual representa una oportunidad para repensar el modelo de desarrollo de la industria pesquera y construir un futuro más próspero y sostenible para el sector.
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