Pesca en Argentina: SOMU define si salva los últimos días de la temporada y evita una pérdida total.
La temporada de pesca de calamar en aguas argentinas se encuentra al borde del colapso, amenazada por un prolongado conflicto entre el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), las empresas pesqueras y el gobierno nacional. Con más de la mitad de la temporada ya perdida, la industria espera con ansiedad el resultado de un plenario clave que se celebrará hoy en Buenos Aires. La posibilidad de un acuerdo, que implicaría concesiones de todas las partes, representa la última esperanza para salvar lo que queda de la zafra y evitar un impacto devastador en la economía de las comunidades costeras, especialmente en Chubut. Este artículo analiza en profundidad las negociaciones, los puntos de fricción y las posibles soluciones que se barajan para destrabar el conflicto y permitir que la flota congeladora tangonera retome la actividad.
El Conflicto: Orígenes y Puntos de Fricción
El conflicto actual se centra en las condiciones laborales y los valores de producción. El SOMU reclama una mejora en los salarios y condiciones de trabajo de sus afiliados, argumentando que la inflación y el aumento del costo de vida han erosionado el poder adquisitivo de los trabajadores. Las empresas, por su parte, se quejan de la alta presión impositiva y la falta de competitividad, alegando que no pueden absorber mayores costos laborales sin poner en riesgo la rentabilidad de sus operaciones. La disputa se ha intensificado en las últimas semanas, con bloqueos y protestas que han impedido la salida de la flota a la pesca. La falta de acuerdo ha generado incertidumbre y desesperación entre los trabajadores y las empresas, que ven amenazada su fuente de ingresos y la continuidad de sus negocios.
Un punto clave de discordia es el esquema de remuneración. El SOMU exige un aumento en la proporción de los ingresos brutos que se destina a los salarios, mientras que las empresas proponen un esquema temporal 70/30 de no remunerativos “con absorción de fijos”, lo que implica una reducción de los ingresos fijos y un aumento de los variables. Esta propuesta ha sido rechazada por el sindicato, que la considera una forma de precarización laboral. Además, existe desacuerdo sobre los valores de producción, que determinan el precio al que se compra el calamar a los pescadores. El SOMU busca establecer valores de referencia más altos, mientras que las empresas prefieren mantener los precios actuales, argumentando que el mercado internacional no justifica un aumento.
La Propuesta de Acuerdo: Concesiones Mutuas
Ante la gravedad de la situación, el gobierno nacional ha intervenido como mediador, proponiendo un acuerdo que implicaría concesiones de todas las partes. La propuesta contempla una rebaja impositiva temporal para las empresas, un esquema 70/30 de no remunerativos “con absorción de fijos” por un período limitado, y el compromiso del SOMU de negociar los valores de producción apenas finalice la temporada actual, con el objetivo de garantizar un reinicio sin demoras en mayo de 2026. Esta propuesta busca encontrar un punto medio que permita a las empresas aliviar su carga fiscal, a los trabajadores obtener una mejora en sus ingresos y a la industria retomar la actividad en el corto plazo.
La rebaja impositiva temporal que ofrecería el gobierno nacional podría consistir en la suspensión o reducción de algunos impuestos específicos que gravan la actividad pesquera, como el Impuesto a la Ganancia o el Impuesto al Valor Agregado (IVA). El esquema 70/30 de no remunerativos “con absorción de fijos” implicaría que el 70% de los ingresos brutos se destine a pagos variables, como comisiones por captura, y el 30% restante a pagos fijos, como salarios base. La “absorción de fijos” significaría que las empresas podrían compensar la reducción de los salarios base con el aumento de los pagos variables, lo que podría resultar en un ingreso total similar para los trabajadores, pero con una mayor incertidumbre. El compromiso del SOMU de negociar los valores de producción al finalizar la temporada es fundamental para garantizar la estabilidad a largo plazo de la industria.
El Tiempo Corre: La Urgencia de una Solución
El tiempo es un factor crítico en esta negociación. La temporada de pesca de calamar es limitada, y cada día que pasa sin acuerdo representa una pérdida irreparable para la industria y las comunidades costeras. Los expertos estiman que quedan apenas 45 días de pesca efectiva, aunque algunos capitanes experimentados advierten que, debido a las condiciones climáticas adversas, el tiempo real disponible podría ser aún menor. La demora en la resolución del conflicto ha generado una gran preocupación entre los trabajadores, que temen perder su fuente de ingresos, y las empresas, que ven amenazada su capacidad para cumplir con sus compromisos comerciales.
La Municipalidad de Puerto Madryn y el Gobierno de Chubut han realizado intensas gestiones ante el gobierno nacional para que impulse un último esfuerzo de negociación. Estas autoridades locales son conscientes del impacto económico y social que tendría la pérdida total de la temporada de pesca, y han instado a todas las partes a ceder en sus posiciones para llegar a un acuerdo. La presión de las autoridades locales, sumada a la creciente preocupación de los trabajadores y las empresas, ha contribuido a crear un clima de urgencia que podría facilitar la negociación.
El Rol del SOMU: La Decisión Clave
La pelota está ahora en el campo del SOMU. La decisión que tome el sindicato en el plenario de hoy en Buenos Aires será determinante para el futuro de la temporada de pesca de calamar. Si el SOMU acepta negociar los valores de producción y cede en su rechazo al esquema 70/30 de no remunerativos “con absorción de fijos”, se abriría la puerta a un acuerdo que permitiría retomar la actividad en el corto plazo. Sin embargo, si el sindicato se mantiene firme en sus posiciones, el conflicto podría prolongarse indefinidamente, lo que significaría la pérdida total de la temporada y un grave golpe para la economía de las comunidades costeras.
La decisión del SOMU no es fácil. El sindicato debe equilibrar la defensa de los intereses de sus afiliados con la necesidad de evitar un daño mayor a la industria y a la economía local. Si el SOMU cede demasiado, podría ser acusado de traicionar a sus afiliados. Si se mantiene inflexible, podría ser responsable de la pérdida total de la temporada. La presión sobre el SOMU es enorme, y la decisión que tome tendrá consecuencias significativas para todos los involucrados.
El Impacto en las Comunidades Costeras
La pérdida de la temporada de pesca de calamar tendría un impacto devastador en las comunidades costeras, especialmente en Puerto Madryn y otras localidades de Chubut. La industria pesquera es una fuente importante de empleo y de ingresos para estas comunidades, y la paralización de la actividad generaría despidos, cierres de empresas y una disminución del consumo local. Además, la falta de actividad pesquera afectaría a otros sectores económicos relacionados, como el transporte, la logística y el comercio. La situación podría agravarse si la falta de ingresos impide a las familias costeras cubrir sus necesidades básicas, como alimentación, vivienda y educación.
El gobierno de Chubut ha manifestado su preocupación por el impacto social y económico que tendría la pérdida de la temporada de pesca, y ha anunciado medidas de apoyo para los trabajadores y las empresas afectadas. Sin embargo, estas medidas son limitadas y no podrían compensar completamente la pérdida de ingresos generada por la paralización de la actividad pesquera. La única solución viable a largo plazo es llegar a un acuerdo que permita retomar la pesca y garantizar la estabilidad de la industria.
Fuente: https://partedepesca.com.ar/d/habria-una-ultima-opcion-para-salir-a-pescar-los-45-dias-que-quedan/
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