Presupuesto 2026: Giro Estratégico de Milei en el Senado para Asegurar la Aprobación
La reciente aprobación del Presupuesto 2026 en el Senado argentino ha estado marcada por una notable estrategia de pragmatismo político, distanciándose de las ambiciones iniciales del gobierno de Javier Milei. Este cambio de rumbo, impulsado principalmente por Patricia Bullrich, líder del bloque oficialista en el Senado, evidencia las tensiones internas dentro del oficialismo y la necesidad de asegurar una ley presupuestaria a pesar de las fuertes resistencias en el Congreso. El artículo explora en detalle los motivos detrás de esta decisión, las implicaciones para las políticas del gobierno y las alternativas que se están considerando para abordar los desafíos fiscales que persisten.
El Contexto de Caos y la Guerra de Versiones
La agenda del gobierno de Milei se ha visto envuelta en un torbellino de controversias y debates acalorados desde su inicio. La presentación del Presupuesto 2026 no fue la excepción, generando una intensa guerra de versiones entre el oficialismo y la oposición. La propuesta original incluía un capítulo XI que buscaba derogar leyes de financiamiento para universidades y programas de discapacidad, una medida que desató una fuerte oposición tanto de los partidos de la oposición como de algunos sectores dentro del propio oficialismo. La caída de este capítulo en la Cámara de Diputados representó un duro golpe para el gobierno, que argumentaba que sin esta derogación, el equilibrio fiscal sería inalcanzable.
A pesar de las filtraciones que indicaban la intención del gobierno de volver a incluir la derogación en el Senado, Bullrich rápidamente evaluó la situación y determinó que no contaba con los votos necesarios para lograrlo. Esta evaluación realista la llevó a proponer una estrategia alternativa: aprobar el Presupuesto tal como llegó de Diputados, sin intentar reintroducir el controvertido capítulo XI. Esta decisión, aunque pragmática, implicaba renunciar a una de las principales herramientas que el gobierno consideraba esenciales para alcanzar sus objetivos fiscales.
La Estrategia de Bullrich: Priorizar la Aprobación
La estrategia de Bullrich se basó en la premisa de que era más importante asegurar la aprobación de una ley presupuestaria, aunque fuera imperfecta, que insistir en una medida que no contaba con el apoyo necesario en el Congreso. La jefa del bloque LLA comprendió que un rechazo del Presupuesto en el Senado podría generar una crisis política y económica aún mayor, dejando al gobierno sin la herramienta fundamental para gestionar las finanzas públicas. Por lo tanto, optó por un enfoque más pragmático y negociador, buscando el consenso con otros bloques para garantizar la aprobación del proyecto.
Esta decisión no estuvo exenta de críticas dentro del oficialismo. Algunos sectores, cercanos al ministro del Interior, Diego Santili, insistían en la necesidad de volver a intentar la derogación de las leyes de financiamiento. Sin embargo, Bullrich logró convencer a la Casa Rosada de que su estrategia era la más viable, argumentando que el riesgo de quedar sin ley presupuestaria por tercer año consecutivo era demasiado alto. La postura de Bullrich se vio reforzada por las advertencias de varios senadores de la oposición, quienes anticiparon que no darían los votos necesarios si el oficialismo intentaba reintroducir el capítulo XI.
El Rechazo del Capítulo XI: Implicaciones Fiscales
La exclusión del capítulo XI del Presupuesto 2026 tiene importantes implicaciones fiscales para el gobierno de Milei. La derogación de las leyes de financiamiento para universidades y programas de discapacidad era considerada una medida clave para reducir el déficit fiscal y alcanzar el equilibrio presupuestario. Sin esta derogación, el gobierno se enfrenta al desafío de encontrar otras fuentes de ingresos o reducir el gasto público en otras áreas para compensar la pérdida de recursos. Esta situación plantea un dilema complejo, ya que cualquier medida de ajuste adicional podría generar protestas sociales y aumentar la presión política sobre el gobierno.
El gobierno reconoce que el déficit generado por estas leyes debe ser abordado, pero ha decidido posponer la discusión sobre cómo hacerlo hasta después de la aprobación del Presupuesto. Se evalúa la posibilidad de presentar un proyecto de ley separado para modificar las leyes de financiamiento, pero esta alternativa no está exenta de riesgos, ya que podría enfrentar la misma oposición que el capítulo XI en el Senado. La estrategia del gobierno es buscar un acuerdo con la oposición para encontrar una solución que sea aceptable para todas las partes, pero las negociaciones se anticipan difíciles y prolongadas.
Otros Puntos Clave del Capítulo Eliminado
Además de la derogación de las leyes de financiamiento para universidades y discapacidad, el capítulo XI del Presupuesto incluía otros temas de gran interés para el gobierno. Uno de ellos era la eliminación de la ampliación del Régimen de Zona Fría, una medida que beneficiaba a empresas ubicadas en zonas geográficas con condiciones climáticas adversas. Otra cuestión importante era la habilitación para calcular los ingresos no percibidos por las distribuidoras eléctricas durante la emergencia tarifaria y utilizarlos como crédito para compensar las deudas con Cammesa, la empresa encargada de administrar el mercado eléctrico mayorista.
La exclusión de estos temas del Presupuesto representa una pérdida de oportunidades para el gobierno, que esperaba utilizar estas medidas para impulsar la inversión y mejorar la eficiencia del sistema energético. Sin embargo, el oficialismo ha asegurado que buscará resolver estos temas pendientes a través de proyectos de ley separados o resoluciones, una vez aprobada la ley presupuestaria. La prioridad ahora es asegurar la aprobación del Presupuesto, y luego abordar las otras cuestiones que quedaron fuera del proyecto original.
El Riesgo del "Loop" Parlamentario y la Reforma Laboral
La decisión de Bullrich de avanzar con el Presupuesto tal como llegó de Diputados se basó en gran medida en el temor a que el proyecto entrara en un "loop" parlamentario. Si el Senado hubiera reintroducido el capítulo XI, el proyecto habría regresado a la Cámara de Diputados, donde ya había sido rechazado. Esto habría generado una situación de estancamiento que podría haber impedido la aprobación de la ley presupuestaria antes de fin de año. Bullrich comprendió que este riesgo era demasiado alto y optó por una estrategia más segura, aunque menos ambiciosa.
Esta misma lógica pragmática llevó a Bullrich a postergar la discusión de la reforma laboral para febrero. El avance de la reforma había quedado en duda tras el resquebrajamiento de las alianzas del oficialismo en la caótica sesión de Diputados del jueves a la madrugada. Bullrich consideró que era necesario consolidar el apoyo interno antes de volver a intentar aprobar la reforma, que enfrenta una fuerte oposición de los sindicatos y los partidos de la oposición. La postergación de la reforma laboral es una muestra más de la estrategia de Bullrich de priorizar la estabilidad política y evitar confrontaciones innecesarias.
La Oposición Dialoguista y el Futuro del Presupuesto
La aprobación del Presupuesto 2026 en el Senado depende en gran medida del apoyo de los bloques de la oposición dialoguista. Varios senadores de la UCR ya anticiparon que no darían los votos al oficialismo si intentaba volver a hacer retoques al Presupuesto, especialmente para incorporar nuevamente la derogación del financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad. Esta postura refleja la fuerte oposición de la UCR a las políticas de ajuste del gobierno y su compromiso con la defensa de los programas sociales.
El oficialismo confía en poder asegurar los 37 votos necesarios para aprobar el proyecto tal como vino de Diputados el 26 de diciembre. Sin embargo, la situación sigue siendo incierta y la negociación con la oposición podría ser prolongada y difícil. La clave para el éxito del gobierno será encontrar un punto de equilibrio que permita satisfacer las demandas de la oposición sin comprometer sus objetivos fiscales. La aprobación del Presupuesto 2026 es un desafío crucial para el gobierno de Milei, y su resultado tendrá un impacto significativo en el futuro económico y político del país.
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