Presupuesto 2026: Gobierno en Control de Daños y Reasignación de Fondos para el Déficit Cero
El Gobierno argentino se encuentra en una delicada encrucijada tras el revés sufrido con el rechazo inicial del Capítulo XI del Proyecto de Ley de Presupuesto 2026. Este artículo analiza las estrategias de control de daños implementadas, la renegociación de prioridades legislativas, y las medidas económicas que se perfilan para alcanzar el objetivo central del déficit cero, incluso a costa de ajustes significativos y potenciales conflictos con provincias y sectores clave. La situación actual exige un análisis profundo de las implicaciones políticas y económicas de las decisiones tomadas, así como una evaluación de las perspectivas futuras para la estabilidad fiscal del país.
- El Revés Inicial y la Postergaicón de la Reforma Laboral
- Reuniones de Urgencia y la Priorización del Presupuesto 2026
- La Eliminación del Capítulo XI y el Impacto en Financiamiento de Discapacidad y Educación
- Reasignación de Partidas y la Posibilidad de Afectar Fondos Provinciales
- El Apoyo del PRO y la Incertidumbre con la Ley de Inocencia Fiscal
- La Mesa Política en Acción y la Estrategia Parlamentaria
- El Mecanismo de Compensación de Deudas con Cammesa y su Impacto en las Distribuidoras Eléctricas
El Revés Inicial y la Postergaicón de la Reforma Laboral
El rechazo del Capítulo XI del Presupuesto 2026 representó un golpe significativo para el Gobierno, obligándolo a replantear su agenda legislativa. La senadora Patricia Bullrich, figura clave en la gestión, se vio forzada a postergar su objetivo de obtener media sanción para el proyecto de modernización laboral antes de fin de año. Esta decisión se fundamentó en la dificultad de reunir los votos necesarios para aprobar una ley de tal envergadura sin la seguridad de contar con un Presupuesto aprobado. La interdependencia entre ambas iniciativas quedó claramente expuesta, demostrando la importancia de la estabilidad fiscal para impulsar otras reformas estructurales.
A pesar de la postergación, Bullrich reafirmó su compromiso con la reforma laboral, asegurando el dictamen del proyecto y buscando su debate en febrero, previa convocatoria a sesiones extraordinarias por parte del presidente Milei. Esta estrategia evidencia la determinación del Gobierno de avanzar con sus reformas, incluso en un contexto de incertidumbre política y económica. Sin embargo, la necesidad de negociar y ceder en algunos puntos se hizo evidente, reconociendo que la aprobación de leyes en minoría requiere un enfoque más flexible y pragmático.
Reuniones de Urgencia y la Priorización del Presupuesto 2026
Ante la crisis, los principales integrantes de la mesa política del Gobierno, liderados por Karina Milei, iniciaron una serie de reuniones de urgencia para intentar garantizar la aprobación del Presupuesto 2026. El objetivo central se centró en lograr la sanción del proyecto tal como venía de Diputados, evitando nuevas modificaciones que pudieran comprometer su viabilidad. Esta estrategia refleja la convicción del Gobierno de que el Presupuesto es fundamental para estabilizar la economía y avanzar con su programa de reformas.
El presidente Javier Milei, en una entrevista con LN+, ratificó su compromiso con el "déficit cero" y descartó la posibilidad de implementar nuevos impuestos para lograrlo. En su lugar, propuso una reasignación de partidas y la optimización del gasto público para mantener el superávit fiscal primario de 1,5% del PBI. Esta postura reafirma la filosofía de austeridad fiscal que impulsa el Gobierno y su apuesta por la eficiencia en la gestión de los recursos públicos.
La Eliminación del Capítulo XI y el Impacto en Financiamiento de Discapacidad y Educación
Una de las decisiones clave tomadas por el Gobierno fue la eliminación del Capítulo XI del Presupuesto, que contenía el polémico artículo 75. Esta medida, aunque controvertida, se justificó por la necesidad de asegurar la aprobación de la iniciativa, evitando que la ley de financiamiento de discapacidad y de la educación, que implicarían un costo de 2,5 puntos del PBI, hiciera caer todo el proyecto. La prioridad se centró en obtener un Presupuesto viable, dejando para un debate posterior la discusión sobre las derogaciones de esas normas.
Esta estrategia evidencia un cálculo político pragmático, priorizando la estabilidad fiscal a corto plazo sobre la satisfacción de demandas sociales específicas. Si bien la eliminación del Capítulo XI generó críticas y protestas, el Gobierno argumentó que se trata de una medida temporal, que permitirá avanzar con otras reformas y, en un futuro, retomar el debate sobre el financiamiento de la discapacidad y la educación.
Reasignación de Partidas y la Posibilidad de Afectar Fondos Provinciales
Para compensar el déficit que se generaría con la eliminación del Capítulo XI, el Gobierno anunció que reasignará partidas presupuestarias. Fuentes gubernamentales admitieron la posibilidad de afectar fondos de las provincias, argumentando que es una medida necesaria para alcanzar el objetivo del déficit cero. Esta declaración generó tensiones con los gobernadores, quienes expresaron su preocupación por el impacto que podría tener en las finanzas provinciales.
La reasignación de partidas implica una revisión exhaustiva del gasto público, identificando áreas donde se pueden realizar recortes o reorientar recursos. Esta medida requiere un análisis cuidadoso para evitar afectar servicios esenciales o programas sociales prioritarios. El Gobierno se enfrenta al desafío de equilibrar la necesidad de reducir el déficit con la obligación de proteger a los sectores más vulnerables de la población.
El Apoyo del PRO y la Incertidumbre con la Ley de Inocencia Fiscal
El Gobierno confía en contar con el respaldo de los tres miembros del PRO en el Senado para aprobar el Presupuesto tal como está, a pesar del enojo existente en el partido por haber sido excluido del reparto de lugares en la Auditoría General de la Nación (AGN). Esta situación demuestra la complejidad de las alianzas políticas y la necesidad de gestionar las tensiones internas para asegurar el apoyo legislativo.
Sin embargo, el acompañamiento del PRO no está garantizado para la ley de inocencia fiscal, que busca fomentar el uso de dólares comprados en el mercado informal. Esta incertidumbre plantea un desafío adicional para el Gobierno, que deberá redoblar sus esfuerzos de negociación para obtener los votos necesarios para aprobar ambas iniciativas. La ley de inocencia fiscal es considerada clave para estabilizar el mercado cambiario y atraer inversiones extranjeras.
La Mesa Política en Acción y la Estrategia Parlamentaria
La mesa política del Gobierno, integrada por Karina Milei, Manuel Adorni, Diego Santilli, Santiago Caputo e Ignacio Devitt, se reunirá nuevamente en la Casa Rosada para analizar la estrategia parlamentaria y coordinar los esfuerzos de negociación. Esta instancia de coordinación es fundamental para asegurar la coherencia de las acciones gubernamentales y maximizar las posibilidades de éxito en el Congreso.
La mesa política deberá evaluar los riesgos y oportunidades que se presentan en el debate parlamentario, identificar los puntos de negociación y establecer prioridades. La comunicación fluida y la colaboración entre los diferentes actores involucrados son esenciales para superar los obstáculos y alcanzar los objetivos planteados.
El Mecanismo de Compensación de Deudas con Cammesa y su Impacto en las Distribuidoras Eléctricas
El proyecto de Presupuesto 2026 contemplaba un mecanismo para permitir al Poder Ejecutivo calcular los ingresos que las distribuidoras eléctricas dejaron de percibir durante la emergencia tarifaria y utilizar ese crédito para compensar deudas con Cammesa. Este esquema, diseñado para facilitar la cancelación de deudas por la compra de energía, generó controversia entre las distribuidoras, que cuestionaron la metodología de cálculo y la falta de garantías.
Para las distribuidoras bajo jurisdicción nacional, la Secretaría de Energía debía calcular la diferencia entre lo efectivamente cobrado durante los años de emergencia y lo que debieron haber percibido según sus contratos de concesión. Si surgía un crédito a favor de la distribuidora, el Ejecutivo podía ordenar a Cammesa que lo aplicara para cancelar deudas. Edenor y Edesur, las dos principales distribuidoras nacionales, buscaban saldar deudas con Cammesa cercanas a los 400 millones de dólares.
En el caso de las distribuidoras bajo jurisdicción provincial o municipal, el esquema era similar, aunque con una diferencia fundamental: la Nación no asumía la deuda. Las provincias debían aceptar el procedimiento fijado por Energía, reconocer como propia la deuda de sus distribuidoras con Cammesa y cancelarla aplicando directamente créditos que ya tuvieran contra el Estado nacional. Este mecanismo generó resistencia en algunas provincias, que consideraron que les imponía una carga financiera adicional.



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