Putin revela su estrategia para Ucrania: Ataques, propaganda y desgaste occidental.
La guerra en Ucrania ha entrado en una fase crítica, marcada por una escalada de la retórica y las acciones rusas que van más allá del campo de batalla. El presidente Putin, según análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), está implementando una estrategia multifacética con un objetivo implícito escalofriante: la destrucción de Ucrania, incluso si eso implica el fracaso militar en el frente. Esta estrategia no se limita a la fuerza bruta, sino que combina ataques selectivos, propaganda agresiva y una campaña de desgaste psicológico dirigida tanto a Ucrania como a sus aliados occidentales. El presente artículo desglosa esta "triple táctica" de Putin, analizando sus componentes, sus objetivos y las implicaciones para el futuro del conflicto.
La Triple Táctica de Putin: Desgaste, Desinformación y Destrucción
El ISW describe la estrategia de Putin como una combinación de tres elementos principales: ataques de largo alcance contra infraestructura civil, campañas retóricas agresivas y una manipulación deliberada de la información sobre la situación en el campo de batalla. Esta combinación busca socavar la voluntad de Ucrania de resistir y, crucialmente, erosionar el apoyo occidental a la causa ucraniana. La idea central, como lo expresa el Kremlin, es "aplastar a Ucrania, incluso si fracasamos en el campo de batalla". Esto implica que la mera existencia de Ucrania como estado independiente, incluso bajo ocupación parcial, es inaceptable para Putin.
Los ataques de largo alcance, utilizando misiles y drones, no se dirigen únicamente a objetivos militares. La infraestructura energética, los centros de transporte y las ciudades son blanco constante, con el objetivo de causar el máximo daño a la población civil y paralizar la economía ucraniana. Esta táctica, además de su impacto humanitario, busca generar presión interna en Ucrania y aumentar el número de refugiados, desestabilizando aún más el país. La retórica agresiva, por su parte, se centra en demonizar al gobierno ucraniano y justificar la invasión como una operación necesaria para proteger a la población rusófona y desnazificar el país. Esta narrativa, aunque ampliamente desacreditada, sigue siendo efectiva para movilizar el apoyo interno en Rusia y sembrar dudas en la opinión pública occidental.
La Ofensiva en el Frente Interno: Socavando el Apoyo Occidental
La ofensiva de Putin no se limita al terreno ucraniano; se extiende al ámbito de la información y la diplomacia, con el objetivo de hacer que el apoyo a Ucrania sea percibido como inútil. Moscú ha intensificado sus esfuerzos de desinformación, difundiendo narrativas falsas sobre los avances rusos, las pérdidas ucranianas y la corrupción en el gobierno de Kiev. Estas narrativas se amplifican a través de redes sociales, medios de comunicación afines y operaciones de influencia encubiertas. El objetivo es crear una percepción de estancamiento en el conflicto y convencer a los aliados occidentales de que el apoyo a Ucrania es una inversión sin retorno.
En los últimos ocho meses, Rusia ha intensificado sus ataques, ejecutando una escalada bélica que supera todo lo visto desde enero de 2025. Esta escalada no solo busca causar destrucción física, sino también sembrar el pánico y la desesperación en Ucrania. La estrategia de desgaste, tanto en el campo de batalla como en el frente interno, es un componente clave de la táctica de Putin. Al prolongar el conflicto y aumentar los costos para Ucrania y sus aliados, Moscú espera que la fatiga de la guerra termine por socavar la unidad occidental y obligar a Kiev a aceptar un acuerdo de paz en términos favorables a Rusia.
"Propuestas" Falsas y la Realidad del Desgaste Militar Ruso
Moscú ha lanzado una serie de "propuestas" de paz, difundiendo declaraciones que aparentan ser nuevas iniciativas para resolver el conflicto. Sin embargo, el ISW subraya que la mayoría de estas declaraciones son recicladas y que, en realidad, demuestran una falta de voluntad real para negociar un acuerdo justo y duradero. Estas "propuestas" suelen incluir demandas inaceptables para Ucrania, como la cesión de territorio, la desmilitarización y la neutralidad. Su propósito principal es crear una fachada de buena voluntad y culpar a Ucrania y a Occidente por el fracaso de las negociaciones.
Pese a la retórica del Kremlin, el panorama sobre el terreno es muy distinto. Las fuerzas rusas han sufrido un desgaste significativo, dependiendo cada vez más de una movilización masiva y de mercenarios para obtener avances. La calidad del equipamiento y la moral de las tropas rusas han disminuido, mientras que Ucrania ha recibido un apoyo militar cada vez mayor de sus aliados occidentales. El ISW advierte que la capacidad de Rusia para mantener una ofensiva sostenida es limitada y que su estrategia se basa cada vez más en la esperanza de que el apoyo occidental a Ucrania se agote.
La Concentración en la Interrupción de la Asistencia Occidental
Putin sigue tratando de desviar la atención de la realidad militar y concentra sus esfuerzos en lo que considera su única vía hacia la victoria: la interrupción de la asistencia occidental a Ucrania. Esta estrategia se basa en la creencia de que, sin el apoyo militar y financiero de Occidente, Ucrania no podrá resistir la agresión rusa. Moscú ha intensificado sus campañas de desinformación dirigidas a la opinión pública occidental, buscando generar dudas sobre la eficacia de la ayuda a Ucrania y los riesgos de una escalada del conflicto.
La presión sobre los gobiernos occidentales para que reduzcan o suspendan su apoyo a Ucrania se intensifica a medida que la guerra se prolonga y los costos económicos y políticos aumentan. Putin espera que la fatiga de la guerra, combinada con las presiones internas, termine por socavar la unidad occidental y obligar a los aliados de Ucrania a reconsiderar su estrategia. La interrupción de la asistencia occidental sería un golpe devastador para Ucrania, que podría verse obligada a aceptar un acuerdo de paz en términos desfavorables o incluso a sucumbir a la ocupación rusa.
La estrategia de Putin es una apuesta arriesgada, pero refleja su determinación de lograr sus objetivos en Ucrania, incluso si eso implica la destrucción del país. La comunidad internacional se enfrenta a un desafío crucial: mantener la unidad y el apoyo a Ucrania, contrarrestar la desinformación rusa y presionar a Moscú para que ponga fin a la agresión. El futuro de Ucrania, y la estabilidad del orden internacional, dependen de la respuesta a este desafío.
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