Rabia paresiante en Formosa: Senasa Activa Alerta y Medidas de Control en Ibarreta
La rabia paresiante, una enfermedad zoonótica de gran impacto en la ganadería y la salud pública, ha resurgido en la provincia de Formosa, Argentina. Tras la confirmación de un caso positivo en la localidad de Ibarreta, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ha implementado medidas sanitarias urgentes para controlar la propagación de la enfermedad. Este artículo profundiza en la rabia paresiante, sus características, el protocolo de actuación del Senasa y las medidas preventivas que productores y la comunidad deben adoptar para proteger a sus animales y a sí mismos.
Rabia Paresiante: Una Amenaza Zoonótica Silenciosa
La rabia paresiante, también conocida como derriengue, es una enfermedad viral transmitida principalmente por murciélagos hematófagos (que se alimentan de sangre), en particular el *Desmodus rotundus*. Afecta principalmente al ganado bovino, equino, ovino y caprino, pero también puede transmitirse a otros mamíferos, incluyendo a los humanos. La enfermedad se caracteriza por afectar el sistema nervioso central, causando parálisis, incoordinación, cambios de comportamiento y, finalmente, la muerte del animal.
La transmisión ocurre cuando un murciélago rabioso muerde a un animal o a una persona, introduciendo el virus a través de la saliva. El virus viaja a través de los nervios periféricos hasta el cerebro, donde se multiplica y causa la encefalitis rábica. El período de incubación de la enfermedad puede variar desde unas pocas semanas hasta varios meses, dependiendo de la cepa del virus, la ubicación de la mordedura y la susceptibilidad del huésped.
El Brote en Ibarreta: Respuesta Inmediata del Senasa
La confirmación del caso de rabia paresiante en Ibarreta, Formosa, activó de inmediato el protocolo de emergencia del Senasa. La primera medida fue la interdicción del establecimiento afectado y de todos los predios ubicados en un radio de 10 kilómetros alrededor del foco. Esta medida busca evitar el movimiento de animales susceptibles fuera de la zona controlada, limitando así la dispersión del virus.
Simultáneamente, se ordenó la vacunación obligatoria de todas las especies susceptibles (bovinos, equinos, ovinos y caprinos) dentro del área interdicta. La vacunación es la herramienta más eficaz para prevenir la rabia paresiante y proteger al ganado. El Senasa supervisa de cerca la implementación de la vacunación, asegurando que se realice de manera oportuna y efectiva.
Además de la interdicción y la vacunación, el Senasa ha reforzado la vigilancia epidemiológica en la zona, buscando activamente nuevos casos sospechosos y rastreando posibles contactos. Se han intensificado las campañas de concientización dirigidas a productores y a la comunidad en general, informando sobre los riesgos de la rabia paresiante y las medidas preventivas que se deben adoptar.
Protocolo de Vacunación: Claves para la Inmunización Efectiva
La vacunación contra la rabia paresiante es un proceso que requiere de dos dosis iniciales para lograr una inmunización efectiva. Tras la primera dosis, es fundamental aplicar una segunda dosis entre 20 y 30 días después. Este refuerzo es crucial para estimular la producción de anticuerpos y garantizar una protección duradera.
En animales que ya han sido vacunados previamente, se recomienda la revacunación anual. Esta revacunación anual ayuda a mantener los niveles de anticuerpos protectores a lo largo del tiempo, protegiendo al animal de posibles infecciones. Es importante recordar que la vacuna contra la rabia paresiante no confiere inmunidad de por vida, por lo que la revacunación regular es esencial.
Tras la vacunación, los productores deben registrarla en la oficina del Senasa de su jurisdicción. Este registro permite al Senasa tener un control preciso de la población vacunada y evaluar la efectividad de la campaña de vacunación. Además, facilita el seguimiento de los animales vacunados y la planificación de futuras campañas.
Medidas Preventivas: Protegiendo a los Animales y a las Personas
La prevención de la rabia paresiante requiere de un enfoque integral que involucre tanto a los productores como a la comunidad en general. Una de las medidas preventivas más importantes es la incorporación de la vacunación antirrábica al calendario anual de vacunación del ganado. La vacunación regular no solo protege a los animales individualmente, sino que también contribuye a reducir la circulación del virus en la población animal.
Es fundamental evitar el contacto con animales que presenten signos clínicos compatibles con la enfermedad, como parálisis, incoordinación, cambios de comportamiento y salivación excesiva. Ante la sospecha de un caso de rabia paresiante, se debe notificar inmediatamente al Senasa. No se debe intentar manipular o acercarse a animales que presenten estos síntomas.
El control de poblaciones de murciélagos hematófagos es otra medida importante para prevenir la rabia paresiante. Se pueden implementar medidas como el cierre de refugios de murciélagos en viviendas y edificios, y la colocación de mallas protectoras en aberturas. Sin embargo, es importante recordar que los murciélagos son animales protegidos por ley, y su control debe realizarse de manera responsable y bajo la supervisión de las autoridades competentes.
Notificación Obligatoria: La Clave para la Detección Temprana
La notificación temprana de casos sospechosos de rabia paresiante es fundamental para controlar la propagación de la enfermedad. Los productores, veterinarios y el público en general tienen la obligación de notificar al Senasa la presencia de animales con sintomatología nerviosa compatible con la enfermedad.
También se debe notificar la sospecha de posibles refugios de murciélagos, ya que estos pueden ser focos de transmisión de la rabia paresiante. La notificación puede realizarse en la oficina del Senasa más cercana, a través del WhatsApp al (11) 5700 5704, por correo electrónico a [email protected], o completando el formulario "Avisá al Senasa" disponible en el sitio web oficial.
La información proporcionada por la comunidad es crucial para que el Senasa pueda actuar de manera rápida y efectiva, implementando las medidas necesarias para controlar el brote y proteger la salud animal y humana. La colaboración de todos es esencial para prevenir la propagación de la rabia paresiante.
Artículos relacionados