Reconocimiento de Palestina por España, Irlanda y Noruega: hacia la paz y la justicia
A pesar del largo olvido y dolor sufrido por los palestinos desde 1947, España, Irlanda y Noruega se han movilizado para reconocer la soberanía del Estado palestino el próximo 28 de mayo. Esta decisión histórica es vista como un paso crucial hacia la paz y la justicia en la región.
El reconocimiento simbólico y político
El reconocimiento de Palestina como Estado soberano es un acto político y simbólico de gran importancia. Aporta legitimidad a la causa palestina, refuerza los lazos diplomáticos y ejerce presión sobre Israel para que se retire de los territorios ocupados. Ezequiel Cruz, abogado internacionalista, destaca que "estamos ante un acto político importante, de gran valor simbólico, político y también legal".
El reconocimiento también pone en igualdad de condiciones a Israel y Palestina a los ojos del derecho internacional, convirtiendo la ocupación israelí en una cuestión jurídica más seria. Esto sentaría las bases para negociaciones sobre el estatus permanente entre los dos Estados, poniendo fin a las décadas de concesiones entre ocupante y ocupado.
Los desafíos y limitaciones
A pesar de su importancia política, el reconocimiento de Palestina tiene limitaciones prácticas. Los palestinos no experimentarán un cambio inmediato en su situación diaria. Sin embargo, Kreuz enfatiza que "se aporta legitimidad a su causa, se refuerzan los lazos diplomáticos, se trabaja a un estatus mayor que hasta ahora y se presiona más a Israel".
Los nudos gordianos del conflicto, como el control de las fronteras, el estatus de Jerusalén y los derechos de explotación de recursos naturales, aún deben resolverse mediante arbitrajes entre Estados. Sin embargo, según Cruz, "para todo eso falta mucho tiempo".
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