Restauración de un bosque ancestral en Neuquén: Recuperando un ecosistema esencial
La restauración del bosque ancestral de Ruca Choroi: un legado de resiliencia y conservación.
Un siniestro devastador y la pérdida de un ecosistema
En 2013 y 2014, un incendio arrasó 1.238 hectáreas en la zona de Ruca Choroi, provincia de Neuquén, destruyendo un ecosistema vital que albergaba árboles nativos, forraje, fauna, leña y piñones. Junto con el fuego, se perdió un valioso acervo histórico y ancestral que este bosque guardaba en su interior.
El equipo de investigadores explica que la plantación con cerramientos es un método esencial para la recuperación del ecosistema. La estabilidad de estas estructuras es vital para la supervivencia de las plantas y para prevenir la entrada de herbívoros que puedan perjudicar su desarrollo.
La zonificación del sector, considerando su estado de conservación y tipos de uso de suelo, permite enfocar los esfuerzos de restauración en las áreas más afectadas y priorizar acciones según las características específicas del sistema. Esto implica tareas previas a la plantación, como la estabilización de laderas para prevenir la erosión.
Un esfuerzo conjunto para recuperar el ecosistema
Ante esta grave situación, un equipo interinstitucional liderado por la Corporación Interestadual Pulmarí, la Dirección General de Bosque Nativo de Neuquén y en coordinación con la comunidad mapuche Aigo, inició un plan de restauración a gran escala que incluyó la plantación de más de 50.000 especies nativas, la construcción de 20 kilómetros de alambrados y la implementación de terrazas de contención para prevenir la erosión.
Monitoreo de la recuperación: una herramienta esencial
En agosto de 2022, se firmó un convenio de cooperación técnica entre la Corporación Pulmarí y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para iniciar un proyecto de evaluación y elaboración de un protocolo de monitoreo sobre las acciones del plan de recuperación de los ecosistemas y servicios ambientales.
El equipo del INTA destaca la necesidad de implementar planes de monitoreo y evaluación a largo plazo, con objetivos claros y ajustables a las necesidades del ecosistema en recuperación. Resaltan la importancia de no centrarse únicamente en las plantaciones, sino también en la regeneración natural de áreas no quemadas con potencial de recuperación.
El convenio busca diseñar un sistema de monitoreo para dar seguimiento a las acciones de restauración de estos ecosistemas, incluyendo el estado presente, la forma de registro y la periodicidad de observación para los indicadores considerados.
Indicadores de monitoreo para evaluar el progreso
Con los resultados obtenidos, se propuso una selección de cuatro componentes del ecosistema a monitorear: la vegetación, la red de drenaje, el suelo y el uso humano, con un total de 39 indicadores fáciles de comprender e interpretar, y cuya medición es viable en términos de tiempo, personal y recursos económicos.
"El trabajo reveló la complejidad y magnitud de las tareas de restauración, y la necesidad de priorizar acciones según las características del sistema. Esto implica tareas previas a la plantación, como la estabilización de laderas para prevenir la erosión", señaló Vorraber.
El rol crucial de la comunidad local en la restauración
En estas iniciativas, es fundamental involucrar a la comunidad local. En la ladera del Cerro de los Lagos, el área afectada por los incendios es crucial para la comunidad mapuche Aigo como zona de veranada y de prácticas culturales y espirituales.
El bosque es nuestro hogar, nuestra historia y nuestra cultura. Estamos comprometidos a trabajar junto a las instituciones y los técnicos para recuperar y conservar este ecosistema para las generaciones futuras.
Lonko de la comunidad mapuche Aigo
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