Restos del supuesto fundador del Camino de Santiago identificados mediante ADN
El descubrimiento de los posibles restos del obispo Teodomiro, fundador del legendario Camino de Santiago, ha generado una expectación histórica. Este hallazgo ha sido posible gracias a una investigación multidisciplinar que ha identificado, a través de pruebas de ADN, los restos del obispo, considerado el responsable del descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en el siglo IX.
El origen del Camino de Santiago
Según la tradición apostólica, el obispo Teodomiro, principal figura religiosa de la diócesis de Iria Flavia (actual Padrón, A Coruña), recurrió al rey asturiano Alfonso II el Casto, quien, tras dirigirse al lugar indicado por el obispo, encontró un antiguo mausoleo que albergaba los restos del Apóstol Santiago. Este hallazgo dio lugar al nacimiento del Camino de Santiago, una de las rutas de peregrinación más importantes del mundo.
El hallazgo de los restos del obispo Teodomiro
En 1955, el arqueólogo Manuel Chamoso Lamas localizó una sepultura bajo la Catedral de Santiago de Compostela, que se identificó como el sepulcro del obispo Teodomiro. Sin embargo, en los años 80, nuevos estudios pusieron en duda la identidad de los restos, sugiriendo que correspondían a una mujer.
Gracias a los avances tecnológicos, una investigación internacional liderada por el compostelano Patxi Pérez Ramallo ha confirmado que los restos encontrados en el sepulcro corresponden efectivamente al obispo Teodomiro. Los estudios han determinado que los huesos pertenecen a un individuo masculino, concordando con la inscripción del sepulcro.
Análisis genéticos
Los análisis genéticos realizados por expertos de la Universidad de Estocolmo revelan un perfil genético que se desvía ligeramente del de los europeos modernos y muestra una mayor afinidad con las poblaciones del norte de África y Oriente Medio. Esto sugiere que el individuo residió en una zona cercana a la costa ibérica, posiblemente en Iria Flavia, y pudo haber tenido antepasados de origen no europeo, lo que podría estar relacionado con las migraciones provocadas por la conquista musulmana de la Península Ibérica en el siglo VIII.
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