Rusia acumula misiles y refuerza ataques: Ucrania en alerta máxima por amenaza a civiles.

La guerra en Ucrania ha entrado en una fase crítica, marcada por una escalada en la capacidad ofensiva rusa. El reciente despliegue de un arsenal significativo de misiles balísticos de corto alcance, incluyendo sistemas Iskander-M y KN-23 provenientes de Corea del Norte, ha encendido las alarmas en Kiev y entre sus aliados. Este artículo analiza en profundidad la amenaza que representan estos misiles, el papel creciente de Corea del Norte como proveedor de armamento para Rusia, y las implicaciones estratégicas de esta nueva fase del conflicto. La capacidad de Rusia para lanzar ataques de alta precisión, incluso contra objetivos civiles, se ha visto reforzada, exigiendo una respuesta urgente y coordinada para fortalecer las defensas ucranianas y contrarrestar la estrategia de desgaste rusa.

Índice

El Arsenal Ruso en Expansión: Misiles Iskander-M y KN-23

Desde principios de julio, el servicio de inteligencia militar ucraniano ha detectado una concentración alarmante de aproximadamente 300 misiles balísticos de corto alcance a lo largo de la frontera ruso-ucraniana. Esta cifra incluye tanto los sistemas Iskander-M de fabricación rusa como los KN-23 suministrados por Corea del Norte. El Iskander-M, un misil balístico de corto alcance altamente preciso, es capaz de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 500 kilómetros, lo que lo convierte en una amenaza directa para las principales ciudades e infraestructuras ucranianas. Su capacidad para maniobrar durante el vuelo dificulta su intercepción por los sistemas de defensa antiaérea convencionales.

El KN-23, por su parte, es una copia casi idéntica del Iskander-M, tanto en diseño como en capacidades. La adquisición de estos misiles por parte de Rusia representa un importante balón de oxígeno para la industria armamentística rusa, que se enfrenta a dificultades para mantener el ritmo de producción interna. La dependencia de los suministros extranjeros, especialmente de Corea del Norte, ha aumentado significativamente en los últimos meses. Actualmente, Rusia dispone de unas 250 unidades Iskander y medio centenar de KN-23 en su arsenal operativo, lo que le permite mantener una presión constante sobre las líneas de defensa ucranianas.

El despliegue de más de 60 lanzaderas móviles a lo largo de la frontera ruso-ucraniana indica una preparación para lanzar ataques en cualquier momento. Esta capacidad de respuesta rápida y la precisión de los misiles representan una amenaza significativa para la seguridad de la población civil y la infraestructura crítica de Ucrania. La inteligencia ucraniana ha advertido que estos misiles pueden ser utilizados para atacar objetivos de alta precisión, incluso en áreas densamente pobladas.

El Papel Creciente de Corea del Norte como Proveedor de Armamento

La cooperación militar entre Rusia y Corea del Norte ha experimentado un aumento significativo en los últimos meses, convirtiendo a Pyongyang en un proveedor clave de la industria armamentística rusa. La entrega de misiles KN-23 a Rusia es un claro ejemplo de esta colaboración, que desafía las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que prohíben la venta de armas a Corea del Norte. Esta cooperación no solo proporciona a Rusia un suministro vital de armamento, sino que también permite a Corea del Norte obtener ingresos económicos y acceso a tecnología avanzada.

La necesidad de Rusia de recurrir a Corea del Norte para obtener misiles balísticos refleja las dificultades que enfrenta su propia industria armamentística para satisfacer las demandas del conflicto en Ucrania. Las sanciones internacionales impuestas a Rusia han limitado su acceso a componentes y tecnologías clave, lo que ha afectado su capacidad de producción. La adquisición de misiles KN-23 permite a Rusia compensar estas deficiencias y mantener su capacidad ofensiva.

El aumento de la cooperación militar entre Rusia y Corea del Norte también plantea preocupaciones sobre la proliferación de armas y la estabilidad regional. La transferencia de tecnología y armamento a Corea del Norte podría fortalecer su programa de armas y aumentar su capacidad para amenazar a sus vecinos y a la comunidad internacional. La comunidad internacional debe tomar medidas para contrarrestar esta cooperación y garantizar el cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad.

Estrategia de Desgaste Rusa: Ataques Balísticos Constantes

La acumulación de misiles balísticos y su despliegue a lo largo de la frontera ruso-ucraniana forman parte de una estrategia rusa de desgaste destinada a tensionar al máximo las defensas ucranianas, dañar infraestructuras clave y minar la moral de la población civil. El objetivo es mantener un flujo constante de ataques balísticos para interrumpir las líneas de suministro, destruir instalaciones militares y energéticas, y crear un clima de inseguridad y miedo.

La inteligencia ucraniana ha observado un aumento en el ritmo de producción de misiles balísticos en Rusia, pasando de unas 40 unidades mensuales en 2024 a 60 unidades en la actualidad. Este incremento en la producción, combinado con los suministros de Corea del Norte, permite a Rusia mantener una capacidad ofensiva sostenida a pesar de las pérdidas sufridas en el campo de batalla. La estrategia rusa se basa en la idea de que Ucrania no podrá mantener indefinidamente su capacidad de defensa ante una presión constante.

Los ataques balísticos rusos se han centrado en objetivos estratégicos como centrales eléctricas, plantas de procesamiento de alimentos y nodos de transporte. Estos ataques tienen como objetivo paralizar la economía ucraniana, interrumpir el suministro de energía y alimentos, y dificultar la capacidad de Ucrania para sostener su esfuerzo bélico. La destrucción de infraestructuras civiles también tiene como objetivo desmoralizar a la población y obligar al gobierno ucraniano a negociar en términos favorables a Rusia.

Necesidad Urgente de Reforzar las Defensas Antiaéreas Ucranianas

Ante la creciente amenaza de los ataques balísticos rusos, las autoridades en Kiev insisten en la necesidad urgente de reforzar sus sistemas de defensa antiaérea y de mejorar sus capacidades de alerta temprana. Los sistemas de defensa antiaérea existentes no son suficientes para interceptar todos los misiles que lanza Rusia, lo que permite que algunos objetivos sean alcanzados. La adquisición de sistemas de defensa antiaérea más avanzados y en mayor cantidad es fundamental para proteger la población civil y la infraestructura crítica.

Además de los sistemas de defensa antiaérea, Ucrania también necesita mejorar sus capacidades de alerta temprana para poder detectar y rastrear los misiles rusos antes de que alcancen sus objetivos. Esto requiere la inversión en radares y sensores avanzados, así como en sistemas de comunicación y coordinación eficientes. La capacidad de detectar y rastrear los misiles rusos permite a Ucrania tomar medidas para proteger sus objetivos y minimizar los daños.

La comunidad internacional debe proporcionar a Ucrania el apoyo necesario para fortalecer sus defensas antiaéreas y mejorar sus capacidades de alerta temprana. Esto incluye el suministro de sistemas de defensa antiaérea avanzados, la capacitación de personal ucraniano y la asistencia financiera para la adquisición de equipos y tecnologías. La protección de Ucrania es fundamental para la seguridad y la estabilidad de Europa.

La "Flota Fantasma" Ruso-Iraní: Financiando la Guerra

La ofensiva rusa en Ucrania se enmarca en una cooperación cada vez más estrecha entre regímenes sancionados. Según ha revelado Defense Express, Ucrania ha identificado otras 31 embarcaciones de la llamada “flota fantasma” operada por Rusia e Irán. Esta flota está compuesta por petroleros rusos e iraníes que sortean las restricciones internacionales para seguir comerciando con combustibles fósiles. Este entramado permite a Rusia continuar obteniendo ingresos económicos a pesar de las sanciones impuestas por la comunidad internacional.

La “flota fantasma” utiliza tácticas de ocultamiento y engaño para evitar ser detectada por las autoridades internacionales. Los petroleros cambian de nombre, bandera y propietario para dificultar su identificación y rastreo. También utilizan rutas marítimas poco convencionales y desactivan sus sistemas de identificación automática. Estas tácticas permiten a la flota operar con relativa impunidad y continuar suministrando petróleo a Rusia.

Los ingresos generados por el comercio de petróleo a través de la “flota fantasma” financian indirectamente la guerra en Ucrania y permiten sostener la maquinaria bélica rusa. La comunidad internacional debe tomar medidas para desmantelar esta flota y sancionar a las empresas y personas involucradas en su operación. La interrupción del flujo de ingresos a Rusia es fundamental para debilitar su capacidad para continuar la guerra.

noticiaspuertosantacruz.com.ar - Imagen extraida de: https://www.huffingtonpost.es//global/ucrania-alerta-sobre-arma-rusia-grandes-cantidades-pueden-lanzar-ataques-alta-precision-civiles.html

Fuente: https://www.huffingtonpost.es//global/ucrania-alerta-sobre-arma-rusia-grandes-cantidades-pueden-lanzar-ataques-alta-precision-civiles.html

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