Rusia usa misiles prohibidos en Ucrania: Amenaza nuclear y escalada del conflicto.
La escalada del conflicto en Ucrania ha tomado un nuevo y preocupante giro con la confirmación del uso sistemático por parte de Rusia del misil de crucero 9M729, conocido en Occidente como “Destornillador”. Este armamento, cuya existencia y despliegue ya generaban controversia, ahora se ha convertido en un elemento central de la estrategia militar rusa, desafiando tratados internacionales y elevando significativamente la amenaza para Ucrania y la seguridad europea. El presente artículo analiza en profundidad las implicaciones de este despliegue, las reacciones internacionales, el contexto estratégico y las posibles consecuencias para el futuro del conflicto.
- El Misil 9M729: Características y Violación del Tratado INF
- Patrón de Ataques y Objetivos Estratégicos
- Reacciones Internacionales y Negaciones Rusas
- Contexto Estratégico: Escasez de Misiles y Mensaje a Occidente
- La Respuesta Ucraniana y la Solicitud de Misiles Tomahawk
- Tensiones Adicionales: Silencio del Kremlin y Declaraciones de Trump
El Misil 9M729: Características y Violación del Tratado INF
El misil 9M729 es un misil de crucero terrestre lanzado desde plataformas móviles. Su principal característica reside en su alcance, que, según estimaciones occidentales, supera los 500 kilómetros, lo que lo convierte en una clara violación del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), del cual Estados Unidos y Rusia se retiraron en 2019. Este tratado, firmado en 1987, prohibía el desarrollo, la producción y el despliegue de misiles balísticos y de crucero terrestres con un alcance entre 500 y 5.500 kilómetros. El despliegue del 9M729 ya había sido denunciado por Estados Unidos antes de la retirada del tratado, alegando que Rusia estaba desarrollando un sistema de misiles que violaba sus disposiciones.
La capacidad del 9M729 radica en su precisión y su capacidad para evadir las defensas aéreas. Su diseño permite volar a baja altura, dificultando su detección por radar. Además, puede ser equipado con ojivas convencionales o nucleares, lo que aumenta su potencial destructivo. El uso de este misil en Ucrania, confirmado por fuentes ucranianas y analistas independientes desde agosto, representa una escalada significativa en el conflicto, ya que permite a Rusia atacar objetivos estratégicos en todo el territorio ucraniano desde bases ubicadas en territorio ruso, sin necesidad de acercarse a la línea del frente.
Patrón de Ataques y Objetivos Estratégicos
Desde el 21 de agosto, Ucrania ha denunciado al menos 23 ataques con misiles 9M729. Uno de los incidentes más graves ocurrió el 5 de octubre, cuando un misil recorrió más de 1.200 kilómetros antes de impactar en la localidad de Lapaiivka, causando la muerte de cuatro civiles. Estos ataques no se limitan a objetivos militares; también han alcanzado infraestructuras civiles críticas, como instalaciones energéticas y centros de transporte. El patrón de ataques sugiere que Rusia está utilizando el 9M729 para degradar la capacidad de Ucrania para sostener la guerra, interrumpiendo sus líneas de suministro y debilitando su infraestructura.
La elección de los objetivos también revela una estrategia de desgaste. Al atacar infraestructuras civiles, Rusia busca presionar al gobierno ucraniano y socavar la moral de la población. Además, estos ataques pueden tener como objetivo crear una crisis humanitaria, lo que podría obligar a Ucrania a negociar en términos desfavorables. La precisión del misil permite a Rusia atacar objetivos específicos con un alto grado de certeza, minimizando el riesgo de daños colaterales y maximizando el impacto estratégico.
Reacciones Internacionales y Negaciones Rusas
El uso del misil 9M729 ha provocado una fuerte condena por parte de la comunidad internacional. Estados Unidos, la Unión Europea y otros países han instado a Rusia a cesar inmediatamente el uso de este armamento y a cumplir con sus obligaciones internacionales. Sin embargo, Moscú ha negado categóricamente que el 9M729 viole el tratado INF, argumentando que el misil cumple con todas las especificaciones técnicas y que su despliegue no representa una amenaza para la seguridad europea. Estas negaciones han sido ampliamente rechazadas por Occidente, que considera que Rusia está utilizando una estrategia de desinformación para justificar sus acciones.
Expertos como Jeffrey Lewis, del Middlebury College, han analizado las características técnicas del 9M729 y han confirmado que su alcance supera ampliamente el límite de 500 kilómetros impuesto por el tratado INF. La falta de transparencia por parte de Rusia y su negativa a permitir inspecciones independientes han exacerbado las tensiones y han erosionado la confianza en el diálogo diplomático. La comunidad internacional se enfrenta a un dilema: cómo responder a la violación del tratado INF sin escalar aún más el conflicto.
Contexto Estratégico: Escasez de Misiles y Mensaje a Occidente
El despliegue del 9M729 no es un evento aislado; se enmarca en un contexto estratégico más amplio. Rusia ha estado experimentando dificultades para reponer sus reservas de misiles de largo alcance, como el Kh-101 y el Kalibr, que han sido ampliamente utilizados en la guerra contra Ucrania. El uso del 9M729 podría ser una respuesta a esta escasez, ya que este misil es más económico de producir y más fácil de desplegar. Sin embargo, el despliegue del 9M729 también tiene un componente político importante.
Rusia busca enviar un mensaje a Occidente, demostrando su capacidad para desafiar las normas internacionales y para continuar la guerra en Ucrania a pesar de las sanciones y el apoyo militar occidental a Kiev. El uso de un misil que viola un tratado internacional es una señal clara de que Rusia no está dispuesta a ceder ante la presión occidental. Además, el despliegue del 9M729 podría ser una forma de disuadir a Occidente de proporcionar a Ucrania armas más sofisticadas, como los misiles Tomahawk.
La Respuesta Ucraniana y la Solicitud de Misiles Tomahawk
Ucrania ha estado buscando activamente formas de contrarrestar la amenaza del 9M729. Las defensas aéreas ucranianas han logrado interceptar algunos de los misiles, pero su capacidad para hacerlo es limitada. La interceptación de estos misiles es un desafío técnico importante, ya que vuelan a baja altura y utilizan tecnología de sigilo. Ucrania ha solicitado a Estados Unidos el suministro de misiles Tomahawk, que tienen un alcance similar al del 9M729 y podrían ser utilizados para atacar objetivos estratégicos en territorio ruso.
La posible entrega de misiles Tomahawk a Ucrania podría escalar aún más el conflicto, ya que Rusia podría interpretarlo como una provocación y responder con ataques más agresivos. Sin embargo, Ucrania argumenta que necesita estas armas para defenderse y para disuadir a Rusia de continuar con sus ataques. La decisión de Estados Unidos de proporcionar o no misiles Tomahawk a Ucrania es un factor clave en la evolución del conflicto.
Tensiones Adicionales: Silencio del Kremlin y Declaraciones de Trump
El silencio del Kremlin sobre el tema del 9M729 y las recientes declaraciones de Donald Trump sobre reactivar pruebas nucleares añaden tensión a un escenario ya de por sí volátil. El silencio del Kremlin alimenta la especulación y la desconfianza, mientras que las declaraciones de Trump, aunque realizadas fuera del contexto de la política oficial, sugieren una posible revisión de la postura de Estados Unidos en materia de control de armas. Estas declaraciones podrían alentar a Rusia a continuar con sus acciones agresivas, ya que podrían percibir una menor resistencia por parte de Occidente.
La combinación de estos factores crea un ambiente de incertidumbre y peligro. El riesgo de una escalada accidental o intencional del conflicto es alto. La comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos diplomáticos para evitar una mayor escalada y para encontrar una solución pacífica al conflicto en Ucrania. La situación actual exige una respuesta firme y coordinada por parte de Occidente, que combine la disuasión con el diálogo.
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