Ruta 35: Avances en la Reparación Tras el Temporal – Tránsito Restringido en Chasicó
La Ruta Nacional 35, arteria vital que conecta diversas provincias argentinas, ha sido severamente afectada por los recientes temporales. El 7 de marzo, las intensas lluvias y crecidas de ríos dejaron un rastro de destrucción a lo largo de sus 103 kilómetros más vulnerables. Este artículo detalla el arduo trabajo de reparación que se está llevando a cabo, la colaboración interprovincial que lo hace posible y los desafíos que aún persisten para restablecer la transitabilidad plena de esta importante vía de comunicación. A pesar de las dificultades, los avances son notables y se espera que, con el esfuerzo conjunto, la Ruta 35 recupere su funcionalidad en el menor tiempo posible.
Impacto del Temporal y Respuesta Inicial
El temporal del 7 de marzo golpeó con fuerza la región, provocando desbordes de ríos y arroyos que socavaron el terraplén de la Ruta Nacional 35 en múltiples puntos. El arroyo Chasicó, en el kilómetro 65, fue uno de los más afectados, interrumpiendo completamente el tránsito en ese sector. La magnitud de los daños exigió una respuesta rápida y coordinada, involucrando a agentes de Bahía Blanca y cuadrillas de La Pampa, Córdoba y Río Negro. La prioridad inicial fue establecer desvíos seguros para permitir el paso de vehículos livianos, mientras se evaluaban los daños y se planificaban las tareas de reparación a gran escala. La coordinación entre las distintas provincias y Vialidad Nacional fue crucial para agilizar la respuesta y optimizar los recursos disponibles.
La evaluación inicial reveló que los kilómetros 26, 32 y 65 eran los más críticos, requiriendo intervenciones urgentes. En el kilómetro 26, el socavamiento del terraplén amenazaba la estabilidad de la ruta, mientras que en el kilómetro 32 era necesario construir un desvío para evitar la zona afectada. El kilómetro 65, con el arroyo Chasicó desbordado, representaba el mayor desafío, ya que requería la construcción de un terraplén de avance y la instalación de alcantarillas para permitir el paso del agua y restablecer el tránsito. La magnitud de los trabajos demandaba una importante inversión en maquinaria y personal, así como una planificación cuidadosa para minimizar las molestias a los usuarios de la ruta.
Avances en el Kilómetro 26: Reconstrucción del Terraplén
En el kilómetro 26, los trabajos se centran en la reconstrucción del terraplén socavado. Se han instalado cuatro alcantarillas de 14 metros de largo y 2 metros de diámetro, que permitirán el correcto drenaje del agua y evitarán futuros socavamientos. Paralelamente, se está incorporando material granular por capas, alcanzando ya los 700 m3, el cual será compactado para garantizar la estabilidad del terraplén. El objetivo es restituir los 40 metros lineales del terraplén afectado y nivelar la rasante, permitiendo así el restablecimiento del tránsito en condiciones seguras. La precisión en la instalación de las alcantarillas y la correcta compactación del material granular son fundamentales para asegurar la durabilidad de la reparación.
El proceso de reconstrucción del terraplén implica varias etapas. Primero, se realiza la excavación y preparación del terreno. Luego, se instalan las alcantarillas, asegurando su correcta alineación y nivelación. A continuación, se incorpora el material granular por capas, compactando cada capa para lograr la densidad adecuada. Finalmente, se nivela la rasante y se prepara la superficie para la aplicación de la capa asfáltica. Cada etapa es supervisada por ingenieros y técnicos especializados, que garantizan el cumplimiento de los estándares de calidad y seguridad.
Desvío en el Kilómetro 32 y Progresos en el Kilómetro 65
En el kilómetro 32, se encuentra en marcha la construcción de un desvío que permitirá el tránsito de vehículos mientras se realizan las reparaciones en el tramo afectado. Los trabajos incluyen la nivelación del terreno, la construcción de un camino de acceso y la instalación de señalización adecuada. El desvío ha sido diseñado para garantizar la seguridad de los usuarios y minimizar las molestias durante las obras. Se espera que el desvío esté habilitado en un plazo breve, permitiendo así restablecer la circulación en ese sector de la ruta. La correcta planificación y ejecución del desvío son esenciales para evitar accidentes y agilizar el tránsito.
El kilómetro 65, donde el arroyo Chasicó causó los mayores daños, presenta un desafío mayor. Se ha conformado un terraplén de avance y se han colocado cuatro alcantarillas de 20 metros de largo y 2 metros de diámetro, que permitirán el paso del agua y la reconstrucción del camino. Además, se han realizado trabajos de movimiento de suelo y desmonte por fuera de la zona de camino, removiendo 35.000 m3 de material para mejorar el drenaje y la estabilidad del terreno. La magnitud de los trabajos y la complejidad del terreno exigen un esfuerzo coordinado y una planificación cuidadosa.
La instalación de las alcantarillas en el kilómetro 65 es un hito importante en los trabajos de reparación. Las alcantarillas, de gran tamaño y resistencia, permitirán el correcto drenaje del agua y evitarán futuros desbordes del arroyo Chasicó. La correcta instalación de las alcantarillas es fundamental para garantizar la durabilidad de la reparación y la seguridad de los usuarios de la ruta. Se han tomado medidas especiales para asegurar la estabilidad de las alcantarillas y evitar su desplazamiento durante las crecidas del arroyo.
Consolidación de la Calzada y Preparación para el Tránsito Pesado
En el acceso al desvío, sentido a Bahía Blanca, se ha instalado una alcantarilla en la cuneta y se están aplicando capas de material rocoso para lograr la consolidación definitiva de la calzada. Esta consolidación es esencial para garantizar el tránsito de vehículos de gran porte, que ejercen una mayor presión sobre la superficie de la ruta. La aplicación de material rocoso en capas sucesivas permite crear una base sólida y resistente, capaz de soportar el peso de los vehículos pesados sin deformarse ni deteriorarse. La calidad del material rocoso y la correcta compactación son fundamentales para asegurar la durabilidad de la calzada.
El proceso de consolidación de la calzada implica varias etapas. Primero, se realiza la limpieza y preparación de la superficie. Luego, se aplica una capa de material rocoso de base, que se compacta para crear una superficie sólida y nivelada. A continuación, se aplican capas sucesivas de material rocoso de diferentes granulometrías, compactando cada capa para lograr la densidad adecuada. Finalmente, se aplica una capa de sellado para proteger la calzada de la humedad y el desgaste. Cada etapa es supervisada por ingenieros y técnicos especializados, que garantizan el cumplimiento de los estándares de calidad y seguridad.
La colaboración interprovincial ha sido fundamental para agilizar los trabajos de reparación. Las cuadrillas de La Pampa, Córdoba y Río Negro han aportado su experiencia y recursos, complementando el trabajo de los agentes de Bahía Blanca. La coordinación entre las distintas provincias y Vialidad Nacional ha permitido optimizar los recursos disponibles y avanzar a un ritmo acelerado en la reconstrucción de la ruta. El espíritu de colaboración y el compromiso de todos los involucrados son esenciales para superar este desafío y restablecer la transitabilidad de la Ruta Nacional 35.
Desafíos Persistentes y Perspectivas Futuras
A pesar de los avances significativos, aún persisten desafíos importantes en la reparación de la Ruta Nacional 35. El kilómetro 65, con el arroyo Chasicó, sigue siendo el sector más crítico, requiriendo trabajos adicionales para garantizar la estabilidad del terraplén y la seguridad del tránsito. Las condiciones climáticas adversas, como las lluvias y las crecidas de ríos, pueden retrasar los trabajos y dificultar el acceso a la zona afectada. La coordinación entre las distintas provincias y Vialidad Nacional es fundamental para superar estos desafíos y avanzar en la reconstrucción de la ruta.
La experiencia adquirida durante la reparación de la Ruta Nacional 35 servirá para mejorar la planificación y la respuesta ante futuros eventos climáticos extremos. Es necesario fortalecer la infraestructura vial y adoptar medidas preventivas para minimizar los daños causados por las inundaciones y los desbordes de ríos. La inversión en obras de drenaje y la implementación de sistemas de alerta temprana son fundamentales para proteger la ruta y garantizar la seguridad de los usuarios. La colaboración entre las distintas provincias y Vialidad Nacional es esencial para desarrollar una estrategia integral de gestión de riesgos y adaptación al cambio climático.
La Ruta Nacional 35 es una arteria vital para el desarrollo económico y social de la región. Su rehabilitación es fundamental para garantizar el transporte de bienes y personas, y para fortalecer la integración entre las provincias. El esfuerzo conjunto de los agentes de Bahía Blanca, las cuadrillas de La Pampa, Córdoba y Río Negro, y Vialidad Nacional es un ejemplo de compromiso y colaboración en la reconstrucción del país. La recuperación de la Ruta 35 es un paso importante para superar las consecuencias del temporal y avanzar hacia un futuro más próspero.
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