Santiago Segura: Políticos, engaños y el éxito que irrita a algunos
Santiago Segura, conocido actor, director y cómico, ha ofrecido una entrevista reveladora en El Mundo que va más allá de la promoción de su última película, Padre no hay más que uno 5. Sus declaraciones abordan temas como la política, la sociedad, el éxito y la controversia que rodea a su icónico personaje, Torrente. La entrevista destila una visión pragmática y, en ocasiones, cínica de la realidad, especialmente en lo que respecta al mundo de la política, donde la "picaresca" parece ser una constante. Segura no se limita a hablar de cine; ofrece una reflexión sobre la naturaleza humana, la frustración y la envidia, y la dificultad de mantener la integridad en un entorno a menudo hostil. Este artículo desglosa las declaraciones más significativas de Segura, analizando su perspectiva sobre la política, el personaje de Torrente, el éxito y la crítica, y su filosofía personal.
- La Picaresca como Género Literario Nacional: La Visión de Segura sobre la Política
- Torrente: Un Reflejo Deplorable de la Sociedad, No una Creación Original
- Éxito, Envidia y la Indiferencia ante la Crítica: La Filosofía Personal de Santiago Segura
- La Importancia del Público y la Defensa del Entretenimiento Popular
La Picaresca como Género Literario Nacional: La Visión de Segura sobre la Política
La pregunta inicial sobre si los políticos están "condenados a engañar" desató una respuesta contundente por parte de Santiago Segura. Su afirmación de que "la picaresca es nuestro género literario" sugiere una profunda desconfianza en la clase política y una aceptación resignada de la deshonestidad como una característica inherente al poder. No se trata de una acusación generalizada, sino de una observación basada en la experiencia y la percepción de la realidad. Segura no afirma que todos los políticos sean corruptos, pero sí que el sistema político, por su propia naturaleza, fomenta y permite la manipulación y el engaño. Esta visión, aunque pesimista, resuena con un sentimiento generalizado de desilusión y escepticismo hacia la política en la sociedad actual.
Segura matiza su respuesta al señalar que no sabe si los políticos están "condenados" a engañar, pero sí está seguro de que "los que nos han engañado en la vida real" son políticos. Esta distinción es importante, ya que implica que el engaño no es una necesidad inherente a la profesión política, sino una elección individual. Sin embargo, la frecuencia con la que se produce este engaño sugiere que el sistema no ofrece suficientes incentivos para la honestidad y la transparencia. La decisión de no tener partido político ni equipo de fútbol, que Segura ha reiterado en varias ocasiones, se justifica precisamente por esta necesidad de evitar la decepción y la frustración. Para Segura, la lealtad a una institución o a un grupo conlleva inevitablemente la posibilidad de ser defraudado, y prefiere mantenerse al margen para preservar su integridad y su independencia.
Torrente: Un Reflejo Deplorable de la Sociedad, No una Creación Original
El personaje de Torrente, un policía franquista, racista, machista y corrupto, ha sido objeto de controversia desde su creación. Segura defiende su personaje argumentando que siempre lo concibió como un "vestigio de otra época", una reliquia del pasado que representaba actitudes y valores obsoletos. Sin embargo, la persistencia de estas actitudes en la sociedad actual, incluso 28 años después de la creación del personaje, le ha llevado a cuestionar su propia percepción. Segura reconoce que Torrente sigue siendo relevante porque, lamentablemente, las actitudes deplorables que representa no se han extinguido.
La acusación de que Torrente promueve el racismo, el machismo y la corrupción es recurrente. Segura responde a estas críticas argumentando que él no inventó estas actitudes, sino que simplemente las reflejó en su personaje. Su intención no era dar ideas a nadie, sino mostrar la realidad de una España que, aunque en proceso de transformación, aún conservaba vestigios de un pasado oscuro. La pregunta que plantea Segura – "¿De dónde piensan que saqué yo las ideas?" – es retórica y apunta a la hipocresía de aquellos que critican a Torrente sin reconocer la existencia de estas actitudes en la sociedad. La persistencia de Torrente, según Segura, es un síntoma de un problema más profundo y arraigado en la cultura española.
Éxito, Envidia y la Indiferencia ante la Crítica: La Filosofía Personal de Santiago Segura
El éxito de Santiago Segura, tanto como actor como director, ha sido considerable. Sin embargo, este éxito no está exento de envidia y crítica. Segura reconoce que su éxito irrita a "los frustrados y miserables", pero que a sus amigos y a la "buena gente" les produce orgullo y alegría. Esta distinción entre aquellos que celebran su éxito y aquellos que lo envidian refleja una visión realista de la naturaleza humana. Segura no se deja afectar por la envidia, sino que la considera un síntoma de la propia infelicidad de los demás.
En cuanto a la crítica, Segura la considera "subjetiva y consecuentemente respetable". No le produce "escorzor", sino "estupefacción", especialmente cuando se basa en prejuicios o en una falta de comprensión de su trabajo. Su estrategia para lidiar con la crítica es intentar que le "resbale", es decir, no tomarla demasiado en serio. Sin embargo, sí que le molesta cuando la crítica se dirige a los consumidores de sus películas, a quienes considera que tienen derecho a disfrutar del cine sin ser juzgados. Esta defensa de su público es una muestra de su respeto por la libertad individual y su rechazo a la imposición de valores y gustos.
La Importancia del Público y la Defensa del Entretenimiento Popular
La última parte de la entrevista revela la preocupación de Segura por la percepción que se tiene del público que consume sus películas. Le molesta que se les considere inferiores o menos sofisticados, y defiende su derecho a disfrutar de un cine que les divierte y les entretiene. Esta defensa del entretenimiento popular es una constante en la trayectoria de Segura, quien ha construido su carrera sobre la base de ofrecer un cine accesible y sin pretensiones. No se considera un artista intelectual o vanguardista, sino un creador que busca conectar con el público y hacerle pasar un buen rato.
La insistencia de Segura en la importancia del público es una crítica implícita a la elitización de la cultura y a la tendencia a despreciar los productos culturales populares. Considera que todos los tipos de cine tienen su valor y su público, y que no hay que juzgar a nadie por sus gustos. Su éxito demuestra que existe una demanda insatisfecha de un cine que sea divertido, accesible y que no pretenda ser más de lo que es. La defensa del público es, en última instancia, una defensa de la libertad individual y del derecho a elegir lo que uno quiere ver y disfrutar.




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