Senasa actualiza normas del tomate: Argentina homologa calidad Mercosur e impulsa exportaciones
El sector tomatero argentino experimenta una transformación significativa impulsada por la reciente Resolución 627/2025 del Senasa. Esta actualización del Reglamento de Calidad e Identidad del Tomate no solo armoniza los estándares nacionales con los del Mercosur, sino que también abre nuevas oportunidades para el comercio regional e internacional, fortaleciendo la competitividad de los productores argentinos y facilitando el acceso a mercados clave.
Armonización de Estándares: Un Impulso al Comercio Regional
La adopción de la Resolución N° 26/2017 del Grupo Mercado Común (GMC) del MERCOSUR a través de la Resolución 627/2025 del Senasa representa un paso fundamental para eliminar barreras técnicas al comercio. Al homologar los criterios de clasificación de calidad del tomate, Argentina facilita el reconocimiento de sus productos en los países miembros del bloque regional. Esta armonización simplifica los procesos de exportación e importación, reduciendo costos y tiempos asociados a la verificación de estándares y a los trámites aduaneros.
La unificación de criterios permite que los productores argentinos compitan en igualdad de condiciones con sus contrapartes del Mercosur. Al eliminar las discrepancias en los estándares de calidad, se evitan rechazos de productos y se fomenta la confianza entre los operadores comerciales. Esta mayor transparencia y previsibilidad en las regulaciones contribuye a un comercio más fluido y eficiente, beneficiando tanto a los productores como a los consumidores.
La derogación de la Resolución N° 101/1995 del ex-Instituto Argentino de Sanidad y Calidad Vegetal (IASCAV) subraya el compromiso del gobierno argentino de modernizar la normativa fitosanitaria y adaptarla a los estándares internacionales. Esta actualización no solo simplifica la burocracia, sino que también refleja los avances tecnológicos y las mejores prácticas en la producción y comercialización de tomate. La nueva normativa, al estar alineada con los estándares del Mercosur, facilita el acceso a mercados más amplios y promueve la competitividad del sector tomatero argentino.
Impacto en las Regiones Productoras de Tomate
La medida tiene un impacto directo en las principales regiones productoras de tomate de Argentina. Mendoza y San Juan, en la región cuyana, Salta y Jujuy, en el NOA, y Corrientes y Formosa, en el NEA, se beneficiarán de la mayor facilidad para exportar sus productos a los países del Mercosur. La armonización de estándares elimina las barreras técnicas que antes dificultaban el acceso a estos mercados, permitiendo a los productores ampliar sus horizontes comerciales y aumentar sus ingresos.
La producción de tomate en Río Negro y Buenos Aires también se verá favorecida por la nueva normativa. Si bien estas provincias no son las principales productoras a nivel nacional, la armonización de estándares les permitirá acceder a los mercados del Mercosur con mayor facilidad, diversificando sus canales de comercialización y reduciendo su dependencia del mercado interno. Esta mayor flexibilidad y diversificación fortalece la resiliencia de los productores frente a las fluctuaciones del mercado y los desafíos climáticos.
El Consejo Federal de Inversiones (CFI) juega un papel crucial en el apoyo a las regiones productoras de tomate. A través de programas de financiamiento y asistencia técnica, el CFI contribuye a mejorar la infraestructura productiva, a adoptar tecnologías más eficientes y a promover la innovación en el sector. La armonización de estándares con el Mercosur crea un entorno más favorable para la inversión y el crecimiento del sector tomatero, permitiendo a los productores aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado regional.
Mercados de Exportación: Paraguay, Brasil, Uruguay y Chile
Paraguay, Brasil, Uruguay y Chile son los principales destinos de exportación del tomate fresco argentino. La armonización de estándares con el Mercosur fortalece la posición de Argentina en estos mercados, facilitando el acceso y promoviendo un comercio más fluido. Al eliminar las barreras técnicas, se reduce la probabilidad de rechazos de productos y se agilizan los procesos de importación, beneficiando tanto a los exportadores argentinos como a los importadores de los países vecinos.
La competitividad del tomate argentino se ve reforzada por la nueva normativa. Al homologar los estándares de calidad, se asegura que los productos argentinos cumplan con las exigencias de los mercados del Mercosur, lo que les permite competir en igualdad de condiciones con los productos de otros países. Esta mayor competitividad se traduce en mayores volúmenes de exportación y en mejores precios para los productores argentinos.
La armonización normativa también abre nuevas oportunidades para la diversificación de mercados. Al facilitar el acceso a los países del Mercosur, se reduce la dependencia de Argentina de otros mercados más lejanos y costosos. Esta mayor diversificación fortalece la resiliencia del sector tomatero frente a las fluctuaciones del mercado internacional y los desafíos geopolíticos.
Beneficios de la Armonización Normativa: Competitividad y Acceso a Mercados
La armonización normativa representa un avance significativo para el sector tomatero argentino. Al reducir las barreras técnicas, se mejora la competitividad de los productores, se facilita el acceso a mercados regionales e internacionales y se promueve un comercio más fluido y seguro. Esta mayor eficiencia y transparencia en las regulaciones beneficia a todos los actores de la cadena de valor, desde los productores hasta los consumidores.
La competitividad del sector se ve reforzada por la eliminación de costos y tiempos asociados a la verificación de estándares y a los trámites aduaneros. La armonización normativa simplifica los procesos de exportación e importación, permitiendo a los productores concentrarse en mejorar la calidad de sus productos y en optimizar sus procesos productivos. Esta mayor eficiencia se traduce en mayores ganancias y en un crecimiento sostenible del sector.
El acceso a mercados se ve facilitado por el reconocimiento mutuo de los estándares de calidad. Al homologar los criterios de clasificación del tomate, se asegura que los productos argentinos cumplan con las exigencias de los mercados del Mercosur, lo que les permite competir en igualdad de condiciones con los productos de otros países. Esta mayor apertura comercial crea nuevas oportunidades para los productores argentinos y contribuye al desarrollo económico del país.
La armonización normativa también contribuye a reforzar la seguridad alimentaria. Al garantizar que los productos que se comercializan cumplan con los estándares de calidad e inocuidad, se protege la salud de los consumidores y se fomenta la confianza en el sistema agroalimentario. Esta mayor seguridad y transparencia en las regulaciones beneficia a todos los actores de la cadena de valor y contribuye a un desarrollo sostenible del sector.
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