SENASA y FAO impulsan control de langostas con tecnología y cooperación regional
La amenaza de las plagas agrícolas es una constante en el panorama mundial, y la langosta sudamericana no es una excepción. Su capacidad migratoria y el potencial de devastación que representa para cultivos y pastizales exigen una respuesta coordinada y tecnológicamente avanzada. En este contexto, la reciente colaboración entre el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Catamarca, Argentina, marca un hito en la lucha contra esta plaga. Este taller de actualización del Programa Nacional de Langostas y Tucuras no solo fortalece la cooperación regional, sino que también introduce tecnologías innovadoras para un control más eficiente y sostenible.
- La Langosta Sudamericana: Un Desafío Regional
- El Taller en Catamarca: Un Espacio para la Cooperación y el Aprendizaje
- Fortalecimiento de la Cooperación Regional
- Nuevas Tecnologías para un Control Sostenible: Ultra Bajo Volumen (ULV)
- El Rol del SENASA y la FAO en la Protección Vegetal
- El Futuro de la Lucha Contra la Langosta Sudamericana
La Langosta Sudamericana: Un Desafío Regional
La Schistocerca cancellata, comúnmente conocida como langosta sudamericana, es una especie de insecto migratorio que se encuentra en gran parte de Sudamérica. Su comportamiento gregario, que le permite formar mangas de miles de individuos, la convierte en una amenaza particularmente grave para la agricultura. Estas mangas pueden desplazarse a grandes distancias, consumiendo vegetación a un ritmo alarmante y causando pérdidas económicas significativas. La plaga afecta principalmente cultivos como el maíz, el sorgo, el arroz, el trigo, y también pastizales naturales, impactando directamente en la producción ganadera.
La dinámica poblacional de la langosta sudamericana está influenciada por factores climáticos, como las precipitaciones y la temperatura. Períodos de sequía seguidos de lluvias intensas crean las condiciones ideales para su reproducción y proliferación. Además, la disponibilidad de sitios de cría adecuados, como áreas con vegetación densa y suelos húmedos, juega un papel crucial en su ciclo de vida. La comprensión de estos factores es fundamental para predecir y prevenir brotes de la plaga.
La emergencia fitosanitaria declarada recientemente en Argentina, que motivó los talleres en Tucumán y Catamarca, subraya la urgencia de abordar este problema. La situación exige una respuesta rápida y coordinada a nivel nacional e internacional, con el objetivo de minimizar los daños y proteger la seguridad alimentaria.
El Taller en Catamarca: Un Espacio para la Cooperación y el Aprendizaje
El taller realizado en Catamarca, del 25 al 28 de noviembre, representó una oportunidad invaluable para el intercambio de conocimientos y experiencias entre expertos internacionales y especialistas de Argentina y la región. La asistencia de profesionales del sector público y privado, tanto de SENASA como de otros organismos relevantes, fomentó un enfoque multidisciplinario y colaborativo en la búsqueda de soluciones.
La experiencia del SENASA como referente nacional e internacional en el manejo de la langosta fue un componente clave del taller. Los profesionales del servicio compartieron sus conocimientos y estrategias, basadas en años de investigación y trabajo de campo. Además, se abordaron conceptos técnicos actualizados sobre la biología, el comportamiento y el control de la plaga.
Las prácticas de campo y la recorrida por la zona de cría permanente de la langosta permitieron a los participantes observar de cerca la realidad del problema y comprender mejor los desafíos que implica su control. Esta experiencia práctica complementó los conocimientos teóricos adquiridos durante las jornadas.
Fortalecimiento de la Cooperación Regional
Uno de los objetivos principales del taller fue fortalecer los mecanismos de cooperación regional para la atención de potenciales brotes de langosta. La plaga no conoce fronteras, por lo que una respuesta coordinada entre los países afectados es esencial para evitar su propagación y minimizar sus impactos. El intercambio de información, la coordinación de estrategias de control y la asistencia mutua son elementos clave de esta cooperación.
La articulación de acciones estratégicas a nivel regional permite optimizar los recursos disponibles y evitar la duplicación de esfuerzos. Además, facilita la implementación de medidas preventivas y la detección temprana de brotes, lo que aumenta la eficacia de las acciones de control. La colaboración entre los países también puede incluir la capacitación conjunta de personal, el desarrollo de protocolos estandarizados y la investigación colaborativa.
El taller en Catamarca sentó las bases para una mayor cooperación regional en el manejo de la langosta sudamericana, estableciendo un marco de trabajo conjunto que permitirá a los países afectados enfrentar este desafío de manera más efectiva.
Nuevas Tecnologías para un Control Sostenible: Ultra Bajo Volumen (ULV)
La introducción de nuevas tecnologías para el control de la langosta es un aspecto fundamental de la estrategia adoptada por SENASA y FAO. Entre estas tecnologías, destaca el método de Ultra Bajo Volumen (ULV), que ha demostrado ser eficaz, rápido y sostenible. Este método consiste en la aplicación de insecticidas en dosis muy bajas, utilizando equipos especializados que generan gotas de tamaño micrométrico.
La principal ventaja del ULV es su bajo requerimiento de agua, lo que lo convierte en una opción ideal para zonas áridas, donde el recurso es limitado. Además, al utilizar dosis bajas de insecticidas, se reduce el impacto ambiental y se minimiza el riesgo para la salud humana y animal. La FAO ha utilizado este método con éxito durante los últimos 35 años en África y Asia, demostrando su eficacia en el control de plagas similares.
El equipamiento ULV entregado por la FAO durante el taller en Catamarca permitirá a Argentina ampliar su capacidad de control de la langosta, utilizando una tecnología de vanguardia que se adapta a las condiciones específicas de la región. La capacitación de los profesionales en el uso de este equipo es esencial para garantizar su correcta aplicación y maximizar su eficacia.
El Rol del SENASA y la FAO en la Protección Vegetal
El SENASA, como organismo responsable de la sanidad y calidad agroalimentaria en Argentina, juega un papel crucial en la prevención y el control de plagas como la langosta sudamericana. Sus funciones incluyen la vigilancia epidemiológica, la detección temprana de brotes, la implementación de medidas de control y la capacitación de productores y técnicos.
La FAO, por su parte, brinda asistencia técnica y financiera a los países miembros para fortalecer sus capacidades en materia de seguridad alimentaria y agricultura sostenible. Su colaboración con el SENASA en el manejo de la langosta se enmarca en este mandato, proporcionando conocimientos especializados, tecnologías innovadoras y apoyo logístico.
La acción coordinada entre gobiernos nacionales, locales, organismos públicos y privados, como destacó la presidenta del SENASA, María Beatriz "Pilu" Giraudo Gaviglio, es esencial para controlar la plaga de manera efectiva. Esta coordinación implica la colaboración entre diferentes niveles de gobierno, la participación del sector privado y la movilización de recursos para financiar las acciones de control.
El Futuro de la Lucha Contra la Langosta Sudamericana
El taller en Catamarca y el evento previo en Tucumán y Catamarca representan un paso importante en la lucha contra la langosta sudamericana. Sin embargo, el desafío sigue siendo grande y requiere un compromiso continuo por parte de todos los actores involucrados. La investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, la mejora de los sistemas de vigilancia y alerta temprana, y el fortalecimiento de la cooperación regional son elementos clave para garantizar la protección vegetal y la seguridad alimentaria.
La aplicación de nuevas tecnologías, como el ULV, y la adopción de prácticas agrícolas sostenibles son fundamentales para reducir el impacto ambiental del control de la plaga. Además, es importante promover la participación de las comunidades locales en las acciones de prevención y control, brindándoles capacitación y recursos para que puedan proteger sus cultivos y pastizales.
La langosta sudamericana es una plaga migratoria que seguirá representando una amenaza para la agricultura en el futuro. Por lo tanto, es esencial mantener una vigilancia constante, invertir en investigación y desarrollo, y fortalecer la cooperación regional para enfrentar este desafío de manera efectiva.




Artículos relacionados